Fontaine, Joan

Nombre Joan Fontaine
Actividad Actriz
Lugar de nacimiento Tokyo Japon
Fecha de Nacimiento 22 de octubre de 1917
Lugar de fallecimiento Carmel-by-the-sea California
Fecha de fallecimiento 15 de diciembre de 2013
Filmografia ver mas abajo

 

tomado de wikipedia

Joan de Beauvoir de Havilland, más conocida como Joan Fontaine (TokioJapón22 de octubre de 1917 – Carmel-by-the-SeaCalifornia15 de diciembre de 2013), fue una actriz británicoestadounidense, ganadora de un premio Óscar por la película Suspicion (Sospecha) y protagonista también de Rebeca; ambos filmes, dirigidos por Alfred Hitchcock. Considerada una de las leyendas del «Hollywood dorado», trabajó con muchos de los mejores directores de la época: Orson WellesBilly WilderGeorge CukorAnthony MannFritz Lang

Fue hermana de la también actriz Olivia de Havilland (n. 1916), con quien mantuvo una prolongada enemistad.

Vida y carrera

 

Tráiler de Nacida para el mal.

Joan era la hija menor de Walter de Havilland, abogado, y de Lilian Augusta Ruse, actriz británica conocida como Lilian Fontaine (por su segundo marido), quienes se casaron en 1914. Joan nació en TokioJapón debido a que su padre Walter ejercía allí su profesión. Fue la hermana menor de la también actriz Olivia de Havilland, con la que estuvo enemistada durante los últimos 38 años de sus vidas. Ambas hermanas asistieron a la escuela Los Gatos High School1​ y a la Notre Dame Convent Roman Catholic en BelmontCalifornia.

Cuando Joan contaba apenas dos años de edad, sus padres se divorciaron. Joan era por aquel entonces una niña enfermiza que había desarrollado anemia y una infección de estreptococos. Por prescripción de los médicos, la madre de Joan se trasladó con sus hijas a los Estados Unidos donde se asentaron en la ciudad de Saratoga, California. La salud de Joan mejoró rápidamente y pronto empezó a tomar lecciones de dicción junto a su hermana. También fue una niña muy brillante que obtuvo un valor de 160 en un test de inteligencia a los 3 años. A los 15 años, Joan volvió a Japón donde vivió con su padre durante dos años.

Cuando volvió a los Estados Unidos, siguió los pasos de su hermana Olivia y empezó a aparecer sobre los escenarios y en películas, pero no obtuvo el permiso de su madre, quien prefería que fuera su hermana quien usara el apellido de la familia. Fue entonces cuando Joan se vio forzada a inventarse un nombre (primero fue Joan Burfield, y finalmente Joan Fontaine, utilizando el apellido de su padrastro y también antiguo nombre de su madre sobre los escenarios).

Joan hizo su debut sobre los escenarios en la producción Call It A Day en 1935 y pronto recibió una oferta para firmar un contrato con la RKO.

Su debut en el cine fue un pequeño papel en la película No más mujeres (1935). También fue seleccionada para aparecer en la primera película de Fred Astaire sin Ginger Rogers para la RKO: Señorita en desgracia (1937), pero la película fue un fracaso. Continuó apareciendo en pequeños papeles durante una docena de películas, pero su contrato expiró en 1939 y no fue renovado. Ese mismo año se casó con su primer marido, el actor británico Brian Aherne.

Estrellato: Rebeca y Sospecha

 

Tráiler de Sospecha.

Su suerte cambió una noche en la que asistió a una cena donde tuvo la fortuna de sentarse cerca del poderoso David O. Selznick, quien había producido el megaéxito Lo que el viento se llevó. Durante la cena, ella y Selznick hablaron sobre la novela Rebeca de Daphne du Maurier. A raíz de la charla, Selznick le pidió que hiciera una audición para el papel de la heroína anónima. A partir de ese momento aguantó seis meses de pruebas y audiciones junto con cientos de actrices, hasta que se aseguró interpretar el papel.

La película Rebeca supuso el debut en el cine estadounidense del director británico Alfred Hitchcock. Joan Fontaine tuvo por compañeros de reparto a Laurence Olivier y Judith Anderson. La película fue estrenada en 1940 y Joan fue candidata al premio Óscar a la Mejor actriz, pero el premio se lo llevó Ginger Rogers por su papel en Kitty Foyle. Tampoco resultó premiada Judith Anderson, nominada como mejor actriz secundaria.

Fontaine volvió a rodar con Hitchcock en Sospecha, junto a Cary Grant, y esta vez ganó el Óscar. Fue la primera y única ocasión en que un actor de Hitchcock (hombre o mujer) ganaba la estatuilla.2

Sonada enemistad con su hermana

 

Tráiler de Nacida para el mal.

Precisamente ese año se hizo pública la enemistad entre Joan y su hermana Olivia: ambas fueron candidatas al Óscar, y (según el biógrafo Charles Higham) cuando Joan subió al escenario a recoger el premio, rechazó la felicitación de su hermana, en una ofensa entre ellas que no era la primera ni la última.

Algunos años después, Olivia le devolvería el desplante a Joan cuando esta, que la esperaba con la mano extendida, vio rechazado su saludo. Esto se debió a unas declaraciones que había hecho Joan sobre el marido de Olivia, que era escritor: al parecer, Joan se había mofado de él diciendo que tenía un largo historial de mujeres, y un solo libro escrito.

Pero la mala relación entre las hermanas venía de la niñez; en una de sus peleas, Joan terminó herida con una fractura de clavícula. La rivalidad entre ellas fue conocida en el mundillo de Hollywood desde fecha temprana. Hacia 1938, durante el proceso de casting para Lo que el viento se llevó, propusieron a Joan el papel de Melania en lugar del principal de Scarlett, a lo que ella respondió: «Para hacer el papel de tonta llamen a mi hermana». Sea como fuere, el caso es que Olivia de Havilland terminó interpretando este papel, con el cual sería nominada al Óscar como mejor actriz secundaria.

Las hermanas dejaron de hablarse por completo en 1975, porque, según declaraciones de Fontaine, de Havilland le avisó del fallecimiento de su madre (Lilian de Havilland falleció en el quirófano, al ser tratada por un cáncer) mediante un telegrama en lugar de ocuparse en contactar con ella por teléfono. Joan se encontraba de gira y recibió el comunicado dos semanas más tarde, no pudiendo acudir al funeral de su madre. La última vez que hablaron fue cuando Olivia le comunicó a Joan que su madre sería operada.3

Ya a edad madura, Joan Fontaine afirmó que había tenido desavenencias con su hermana ya desde la niñez: «El odio, lo agotamos siendo jovencitas. Ahora nos ignoramos». Y explicó: «Olivia es un león, y yo un tigre; y la ley de la selva dice que no podemos llevarnos bien».4​Buena prueba de ello fue un acto organizado en Hollywood en 1978: acudían ambas, y para evitar encontronazos las acomodaron en los extremos opuestos del recinto. Y en otra ocasión, fueron hospedadas en un mismo hotel, y Joan exigió una habitación a diez plantas de distancia de su hermana.

Años de apogeo

Convertida en ciudadana estadounidense en abril de 1943, prosiguió con su carrera artística. Su éxito continuó durante los años 1940, cuando destacó en algunos melodramas románticos. Entre sus películas más memorables están La ninfa constante (1943) junto a Charles BoyerJane Eyre (1944) junto a Orson WellesAbismos (1947) o Carta de una desconocida (1948) junto a Louis Jourdan, dirigida por Max Ophüls.

Durante los años 1950, su éxito decreció un poco, si bien participó en Otelo de Orson Welles y en el filme de aventuras medievales Ivanhoe de Richard Thorpe. En 1953 viajó a España para rodar Tres historias de amor de Hugo Fregonese.

Empezó a aparecer en la televisión y en el teatro. Así, en 1954 protagonizó en Broadway junto a Anthony Perkins la obra Tea and Sympathy, por la que obtuvo muy buenas críticas.

Aún tuvo papeles significativos en el cine; en 1956 participó en el melodrama musical Serenade, junto al tenor Mario LanzaVincent Price y la española Sara Montiel, y al año siguiente en Más allá de la duda de Fritz Lang.

También en 1957 rodó un filme atípico para el género romántico entonces en boga: Una isla en el sol, dirigido por Robert Rossen y donde tuvo por partenaire a un galán de raza negra, el cantante jamaicano Harry Belafonte. Las parejas interraciales eran entonces muy poco comunes en el cine, lo cual pudo explicar el fracaso comercial de esta película. Este tema ganaría presencia en las pantallas diez años después, con Adivina quién viene esta noche, con Sidney Poitier como galán (junto a los veteranos Katharine Hepburn y Spencer Tracy).

Durante los años 1960, continuó trabajando en el teatro, donde apareció en obras como Vidas privadasCactus Flower y la producción austriaca de El león en invierno.

Últimos trabajos

Su última película fue The Witches (1966), la cual también coprodujo. A partir de entonces realizó apariciones esporádicas en la televisión durante los años 70 y 80 y fue candidata a un Emmy por la telenovela Ryan’s Hope en 1980.

Otros datos

Vivió sus últimos años en Carmel-by-the-Sea en relativa reclusión. Publicó su autobiografía, No Bed of Roses, en 1979.

Matrimonios e hijos

Joan Fontaine se casó en cuatro ocasiones:

  • Brian Aherne (1939-1945)
  • William Dozier (1946-1951)
  • Collier Young (1952-1961)
  • Alfred Wright, Jr. (1964-1969)

Tuvo una hija, Deborah Leslie Dozier (1948) de su unión con William Dozier, y otra hija adoptada, Martita, de origen peruano, que huyó de su casa. Se sabe que Fontaine también estuvo enemistada con sus hijas, posiblemente desde que descubrió que seguían manteniendo relación con su tía Olivia de Havilland.

Joan Fontaine murió a los 96 años el 15 de diciembre de 2013 en Carmel-by-the-Sea (California) debido a causas naturales.5

Tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, concretamente en el 1645 de Vine Street.

Filmografía

Cine
Año Película Director Personaje
1935 No More Ladies Edward H. Griffith
George Cukor
Caroline ‘Carrie’ Rumsey
1937 A million to one Lynn Shores Joan Stevens
1937 Olivia George Stevens Charlotte Parratt
1937 The man who found himself Lew Landers Enfermera Doris King
1937 You can’t beat love Christy Cabane Trudy Olson
1937 Music for Madame John G. Blystone Jean Clemens
1937 Señorita en desgracia George Stevens Lady Alyce Marshmorton
1938 El rapto de Laura Ben Holmes Sheila Harrison
1938 Blond cheat Joseph Santley Juliette ‘Julie’ Evans
1938 Sky giant Lew Landers Meg Lawrence
1938 The duke of West Point Alfred E. Green Ann Porter
1939 Gunga Din George Stevens Emaline ‘Emmy’ Stebbins
1939 El hombre de la conquista George Nichols Jr. Eliza Allen
1939 Mujeres George Cukor Mrs. John Day (Peggy)
1940 Rebeca Alfred Hitchcock La señora De Winter
1941 Sospecha Alfred Hitchcock Lina
1942 Sé fiel a ti mismo Anatole Litvak Prudence Cathaway
1943 La ninfa constante Edmund Goulding Tessa Sanger
1944 Jane Eyre Robert Stevenson Jane Eyre
1944 El pirata y la dama Mitchell Leisen Dona St. Columb
1945 Mis cuatro amores William A. Seiter Susan Darell
1946 De hoy en adelante John Berry Susan Cummings
1947 Abismos Sam Wood Ivy Lexton
1948 Carta de una desconocida Max Ophüls Lisa Berndle
1948 El vals del emperador Billy Wilder Johanna Augusta Franziska
1948 ¡Viva la vida! H. C. Potter Diana (Dee Dee) Dillwood
Dottie Blucher
1948 Sangre en las manos Norman Foster Jane Wharton
1950 September affair William Dieterle Marianne ‘Manina’ Stuart
1950 Nacida para el mal Nicholas Ray Christabel Caine Carey
1951 Cariño, ¿por qué lo hiciste? Mitchell Leisen Mrs. Alice Grey
1952 Something to live for George Stevens Jenny Carey
1952 Otelo Orson Welles Page
1952 Ivanhoe Richard Thorpe Lady Rowena
1953 Tres historias de amor Hugo Fregonese Fiametta
Bartolomea
Ginevra
Isabella
1953 Vuelo a Tánger Charles Marquis Warren Susan Lane
San Francisco Herald Ledger Reporter
1953 El bígamo Ida Lupino Eve Graham
1954 La gran noche de Casanova Norman Z. McLeod Francesca Bruni
1956 Serenade o Dos pasiones y un amor Anthony Mann Kendall Hale
1956 Más allá de la duda Fritz Lang Susan Spencer
1957 Una isla al sol Robert Rossen Mavis Norman
1957 Mujeres culpables Robert Wise Anne Leslie
1958 Una cierta sonrisa Jean Negulesco Françoise Ferrand
1961 Viaje al fondo del mar Irwin Allen Dr. Susan Hiller
1962 Suave es la noche Henry King Baby Warren
1966 Las brujas Cyril Frankel Gwen Mayfield

tomado de elmundo

La última ‘batalla’ de Joan Fontaine y su hermana Olivia de Havilland

  • Para que no la confundieran, Joan tomó el apellido de su padrastro

  • Llevaban 35 años sin hablarse, desde la muerte de su madre

  • Papeles, amantes y Oscar las enfrentaron durante sus carreras

  • Joan: ‘Es posible separarse de una hermana, como de un marido’

LOCMadrid

AGENCIASLos Ángeles

Corría por los mentideros de Hollywood un chascarrillo sobre dos de sus estrellas más longevas: Olivia de Havilland (97) y Joan Fontaine(96). Las dos hermanas -famosas por su enemistad- lidiaban una última batalla: quién moriría primero.

«Me casé primero, gané el Oscar antes que Olivia y, si muero primero, sin duda se pondrá furiosa porque también le habré ganado en eso», aseguró Fontaine al Hollywood Reporter en 1978. Este lunes, fallecía la ‘señora De Winter’ de Hitchcock, dejando a la dulce Melania de ‘Lo que el viento se llevó’ como la superviviente de esta particular batalla de hermanas.

Ni siquiera en sus últimos años las nonagenarias actrices se reconciliaron. Separadas por el océano en los últimos años (De Havilland vive en París y Fontaine vivía en California), llevaban siete lustros sin hablarse. Papeles, Oscars y amantes las enfrentaron.

Hijas de un abogado y de una actriz británicos, Olivia y Joan (nacida Joan de Beauvoir de Havilland) nacieron en Tokio en 1916 y 1917. Siendo pequeñas sus padres se separaron y se instalaron en California con su madre, quien les dio clases de interpretación. La rivalidad nació durante su infancia, en un intento de atraer la atención paterna.

Rivales desde niñas

Sólo se llevaban 15 meses y, según Fontaine, su hermana mayor era «todavía demasiado joven para aceptar la llegada de una competidora de los afectos de sus padres y los criados». «Siento no recordar ni un solo acto de dulzura por su parte a lo largo de toda mi infancia», diría la lenguaraz Fontaine sobre su hermana mayor. Según ella, Olivia la veía como una mentirosa desesperada por llamar la atención, haciéndose la enferma (Fontaine fue una niña enfermiza) e intentando superarla. En sus memorias, Joan contaba cómo siendo adolescentes Olivia le rompió la clavícula.

Para que no la confundieran con su hermana mayor (que ya hacía carrera en Hollywood), Joan tomó el apellido de su padrastro. Aunque ambas hermanas odiaban a George Fontaine, parece que el odio mutuo era todavía mayor.

La larga disputa entre ambas hacía que en Hollywood saltaran una y otra vez a los titulares. En su autobiografía, ‘No Bed of Roses’, publicada en 1978, Fontaine no se mordió la lengua. Contó que ella y Olivia ni siquiera se llevaron bien de niñas, pero cuando ambas comenzaron a hacer carrera en Hollywood saltaron las chispas. «Es posible separarse de una hermana, igual que de un marido», dijo el año de su publicación a la revista ‘People’. «No la veo jamás ni tengo la menor intención de hacerlo.»

Un enfrentamiento de Oscar

Durante sus carreras, compitieron por numerosos papeles. Fontaine aspiraba a ser la Scarlett de ‘Lo que el viento se llevó’ y, cuando le sugirieron que hiciese el casting para Melania, desechó el papel por insignificante y sugirió a su hermana para ello. Un hecho que lamentaría después. Como consuelo, batió a Olivia al hacerse con el papel de ‘Rebeca’, su primer papel a las órdenes de Alfred Hitchcock.

 

Fontaine, en ‘Sospecha’ Gtres

La polémica se agravó cuando en 1942 ambas fueron nominadas al Oscar y Joan se lo llevó por ‘Sospecha’, también del mago del suspense. «Fue un momento agridulce. Me quedé de piedra. Miré fijamente al otro lado de la mesa, donde estaba sentada Olivia. ‘¡Sube ahí arriba!’, susurró autoritariamente», recordaría después Fontaine en su autobiografía. «Toda la antipatía que sentíamos mutuamente de niñas… toda se hizo presente en imágenes caleidoscópicas. Sentía que Olivia se lanzaría sobre la mesa y me tiraría del pelo«.

Eso sí, Olivia la superó tras ganar esa misma década dos Oscarcomo mejor actriz protagonista en ‘Vida íntima de Julia Norris’ (1946) y ‘La heredera’ (1949). Cuando recogió su primer premio, Olivia hizo un feo a su hermana -según contó ésta- al ignorar sus felicitaciones durante la ceremonia: «Me lanzó una mirada, ignoró mi mano, agarró su Oscar y se marchó». De poco consuelo les supo saber que eran las únicas hermanas que ganaron premios de la Academia por sus interpretaciones.

Al parecer, Olivia estaba enfadada por un comentario malicioso que Fontaine había hecho sobre el marido escritor de la hermana, casado en varias ocasiones («Está mal que su marido tenga tantas mujeres y un solo libro»). Por aquel comentario, estuvieron sin hablarse seis años. «Nunca me pidió perdón», dijo De Havilland en una entrevista radiofónica.

Aquella década, De Havilland rodó ‘A través del espejo’, un filme en el que interpretaba a dos gemelas (una hermana ‘buena’ y otra asesina), Terry y Ruth Collins. Más de uno pensó entonces en la agria relación entre las hermanas.

Ellas también eran rivales en hombres. Fontaine fue la primera en casarse, pero lo hizo con uno de los ex novios de su hermana, el también actor Brian Aherne. La noche antes de la boda, el novio de entonces de De Havilland, Howard Hughes, flirteó con Fontaine. El excéntrico millonario pidió en matrimonio a Joan en varias ocasiones.

Dejaron de hablarse definitivamente en 1975, después de que De Havilland no le invitara a un servicio en memoria de su madre, fallecida poco antes a causa de un cáncer. Olivia, sin embargo, aseguró que su hermana no fue porque estaba demasiado ocupada para asistir.


tomado de elpais

Fallece Joan Fontaine, uno de los últimos eslabones con el Hollywood dorado

La actriz fue la protagonista de ‘Rebeca’ y ganó un Oscar por ‘Sospecha’

Ha muerto en su casa de Carmel, California, a los 96 años

Joan Fontaine en una umagen de 1948.

Joan Fontaine (Tokio, 1917) falleció el domingo mientras dormía en su casa de Carmel (California) a los 96 años. Con su muerte se rompe uno de los últimos eslabones con la edad dorada de Hollywood. Fontaine, que alcanzó el estrellato gracias al productor David O. Selznick, fue una de las actrices favoritas de Alfred Hitchcock y obtuvo un Oscar por Sospecha. Su carrera artística abarcó seis décadas, aunque declinó claramente a partir de los años cincuenta, y aspiró a otros dos Oscar, que no consiguió, por Rebeca (película que daría nombre a la prenda de vestir epónima) y dando la réplica a Charles Boyer en La ninfa constante (1943). Pero tanto o o más que por su carrera, Fontaine fue famosa por la enconada rivalidad que la enfrentó a otra actriz rutilante, su hermana mayor, Olivia de Havilland.

Olivia fue la primera en probar suerte en Hollywood, lo que forzó a Joan a cambiarse de apellido en los años treinta, cuando empezó a conseguir papeles menores en películas no siempre memorables y que, sin duda, estaban a una distancia sideral del clásico que su hermana protagonizó en 1939, encarnando a la Melanie de Lo que el viento se llevó. Sin embargo fue en Fontaine, no en de Havilland, en quien Selznick puso los ojos en la fiesta en la que le presentó a un prometedor director, Alfred Hitchcock.

Junto a él rodó Rebeca (1940) y al año siguiente Sospecha, trabajos ambos por los que recibió una candidatura al Oscar; lograría la estatuilla a la mejor actriz con la segunda cinta, convirtiéndose, a sus 24 años, en la ganadora más joven del premio. Fue esta victoria la que envenenó para siempre la relación entre estas actrices nacidas en Japón, donde su padre trabajaba como abogado de patentes. La distinguida familia de expatriados británicos, emparentados lejanamente con la realeza, no se mantuvo mucho tiempo unida. El matrimonio acabó cuando Joan tenía dos años. La madre se trasladó con sus dos hijas a California, donde se casó con George Fontaine, de quien la menor tomaría el nombre artístico. Allí, Joan y Olivia recibieron una formación exquisita pero espartana: la madre, una actriz formada en la venerable Real Academia de Arte Dramático (RAMA) londinense, las obligaba a recitar a Shakespeare tras la cena. Si su dicción no era perfecta, recibían un golpe en los nudillos.

Con semejante entrenamiento, Olivia se consolidó como actriz rápidamente cuando la Warner la emparejó cinematagráficamente con Errol Flynn. La hermana, que durante un tiempo fue su chófer, lo tuvo más difícil. Aunque Irving Thalberg le ofreció su primer papel en No más mujeres (1935), después pasó año y medio inactiva. No empezaría a abrirse paso de verdad hasta que Katharine Hepburn, con la que coincidió en Olivia (1937), se la recomendó a un productor de la RKO.

El año que Fontaine ganó el Oscar por Sospecha, De Havilland concurría por Si no amaneciera. Fontaine no solo se hizo con la estatuilla, sino que se negó además a aceptar las felicitaciones de su hermana. No volvieron a dirigirse la palabra. De Havilland ganaría en años posteriores otros dos Oscar, por La heredera y Vida íntima de Julia Norris. Fontaine y De Havilland, todavía con vida a sus 97 años, son las únicas hermanas que han conseguido un Oscar en la historia de estos premios. Pero como declaró Fontaine en una entrevista, la rivalidad siempre estuvo ahí. “Mi hermana es un león. Yo, un tigre. Y según las leyes de la jungla nunca podremos ser amigas”, dijo. Incluso durante la reunión de legendarias ganadoras del Oscar que organizó la Academia en 1979, las dos hermanas fueron situadas en extremos opuestos del escenario.

Además de sus trabajos junto a Hitchcock, la única actriz que trabajó con el maestro del suspense que consiguió un Oscar, Fontaine protagonizó Jane Eyre junto a Orson Welles, September Affair (1950), con Joseph Cotten, y Una isla al sol (1957), donde el romance interracial que protagonizaba con Harry Belafonte no ayudó a relanzar una carrera que a partir de esa década se fue dispersando.

Casada y divorciada en cuatro ocasiones, Fontaine deja dos hijas de sus diferentes matrimonios. “En el momento que escucho la marcha nupcial, se acabó el matrimonio”, comentó en una ocasión. La actriz también fue una reconocida interiorista y piloto profesional.


tomado de cajondesastre

Adios a Joan Fontaine

 
El pasado domingo, 4 de diciembre, falleció en Carmel-by-the-Sea (California) la actriz Joan Fontaine a la probecta edad de 96 años. La actriz se llamaba en realidad Joan de Beauvoir de Havilland y cambió u nombre para que no coincidiera con el de su hermana mayor, la también actriz Olivia de Havilland, con la que mantuvo una rivalidad sangrienta. Había nacido en Tokio, ya que su padre Walter ejercía allí la profesión de abogado, mientras su madre era Lilian Augusta Ruse, actriz británica conocida como Lilian Fontaine. La carrera de la actriz fallecida tuvo sus momentos más brillantes en los años 40 y 50, en los tiempos más dorados y «glamourosos» de Hollywood. Leyendo las crónicas de los más expertos cineastas compruebas que con frecuencia la profesionalidad de la Fontaine no queda bien parada, aunque por lo menos parece indiscutible su gran belleza y el hecho de que atinara con las películas adecuadas para conseguir lo máximo en el cine, entre otras cosas un Oscar de Hollywood.
Cuentan que fue la actriz favorita de Hitchcock, por mucho de que tal privilegio también podría ser atribuido a otras bellezas tan notables como Ingrid Bergman, Tippi Hedren, Grace Kelly, Kim Novak, Vera Miles o Janet Leigh. De cualquier manera, no parece una osadía considerar que el trabajo de Joan Fontaine en «Rebeca» es de esos que consigue que identifiques un nombre y un rostro con una película; como señora de Winter -nótese que el genial director británico no nos descubre en ningún momento el verdadero nombre de la protagonista, tal vez para remarcar su irrelevancia ante la fallecida Rebeca- la actriz se consagra definitivamente, e incluso las chaquetas de punto que luce adquieren el nombre de «rebeca» en los cinco continentes. Su interpretación supuso su primera nominación al Oscar a la mejor actriz, aunque en esta ocasión el galardón se lo llevó Ginger Rogers por «Espejismo de amor». «Rebeca» logró el Oscar a la mejor película, y no hay porque dudar que también en esto la Fontaine puso su granito de arena, sin olvidar por supuesto a un reparto de lujo como el que formaban con ella Lawrence Olivier, George Sanders y Judith Anderson.

Alfred Hitchcock siguió contando con ella y al año siguiente le dio el papel protagonista de «Sospecha», uno de los mejores trabajos del mago del suspense; en ella tiene por compañero de cartel a Cary Grant, y aunque algún «malvado» asegura que lo único que brilla además de Grant es la blancura del vaso de leche que éste sube por la noche a su esposa de la ficción -evidentemente Joan Fontaine, su interpretación supuso la obtención de su estatuilla a la segunda, y que le pregunten a Peter O’Toole si esto es sencillo. Las rivales que tuvo para conseguir el ansiado trofeo eran de primer nivel: Bette Davis, Greer Garson, Bárbara Stanwick y su mismísima hermana, Olivia de Havilland. Antes de estas dos películas con Hitchcock que la consagraron como estrella, la actriz desaparecida había trabajado en dos ocasiones con George Cukor -«No más mujeres» (1935), con Robert Montgomery y Joan Crawford de protagonistas y un papel muy secundario y «Mujeres» (1939), junto a actrices tan importantes como la propia Crawford, Rosalid Rusell, Norma Shearer y Paulette Goddard-, amen de otras intervenciones, siempre en segunda fila, en otros films menos relevantes.

En 1943 obtiene su tercera y última nominación al Oscar, en esta ocasión por «La ninfa constante», un drama romántico de Edmund Goulding con el clásico argumento de muchacha inocente que se enamora de quien no le corresponde; el galán en esta ocasión es Charles Boyer y la estatuilla la terminó obteniendo Jennifer Jones por «La canción de Bernardette». Aunque no la eligieran candidata al olimpo, más valioso fue su trabajo en «Jane Eyre» (1944), versión que hizo Robert Stevenson de la inmortal novela de Charlotte Bronte y en la que la actriz da vida a la heroína del libro -lógicamente en edad madura- compartiendo reparto estelar con Orson Welles, Márgaret O’Brien, Elizabeth Taylor y Agnes Moorehead. El último gran trabajo de esta década lo realizó en «Carta de una desconocida» (1948), otro melodrama dirigido esta vez por Max Ophüls donde Joan repite su papel de mujer no correspondida, una película excelente con Louis Jourdan de partenaire. «El pirata y la dama» (1944), «De hoy en adelante» (1946), «Sangre en las manos» (1948) , junto a Burt Lancaster, «El vals del emperador» (1948), con Bing Crosby y «¡Viva la vida!» (1948), con James Stewart son otros títulos.
Algunos comentaristas destacan «September affair» (1950), un film dirigido por William Dieterle que consiste en un complejo drama romántico con toques de thriller y misterio, la pareja de Fontaine es Joseph Cotten y en el reparto figura una entonces más joven Jésicca Tandy. La primera película que posiblemente viera yo en su día de esta actriz fue «Ivanhoe» (1952), una versión cinematográfica del clásico de Walter Scott que dirigió Richard Thorpe en la que encarnó a Lady Rowena, con Robert Taylor como Wilfred de Ivanhoe, Liz Taylor como Rebeca y George Sanders -¡cómo no!- de villano. Curioso fue su trabajo en una comedia de enredo como «El bígamo» (1953), de Ida Lupino y destacado el de «Dos pasiones y un amor» (1956), donde Anthony Mann la puso en cartel junto a su entonces mujer Sara Montiel, Mario Lanza y Vicent Price en un musical con tintes de drama. Posiblemente su mejor trabajo de estos años fue «Más allá de la duda» (1956), un drama complicado de Fritz Lang que rodó junto a Dana Andrews. Muy polémica resultó «Una isla al sol» (1957), de Robert Rossen, con James Mason, Joan Collins, Harry Belafonte y Stephen Boyd de compañeros de cartel y que al presentar relaciones entre personajes de distintas razas fue boicoteada por el Ku-Klux-Klan y prohibida en Carolina del Sur. También destaca «Mujeres culpables» (1958), de Robert Wise, un drama judicial donde trabaja con Paul Newman y Jean Simmons. Aún recuerdo la versión en cine del célebre «Viaje al fondo del mar», de Irwin Allen, donde trabaja junto a Walter Pidgeon, Bárbara Eden y Peter Lorre en un papel de mujer bastante menos dulce de lo habitual en ella.

A partir de esta época la presencia de Joan Fontaine se reduce a la pequeña pantalla. descanse en paz.


tomado de hollywoodreporter

Nuevos detalles sobre la pelea de Joan Fontaine-Olivia de Havilland revelada

THR premia las recientes entrevistas del analista Scott Feinberg con las hermanas y arrojan nueva luz sobre su complicada relación.

En un almuerzo a principios de este mes, me senté junto a las actrices Laura Dern y Meg Ryan y comenzamos a charlar sobre películas clásicas, una pasión que compartimos. Finalmente, la conversación nos llevó a Olivia de Havilland y Joan Fontaine., las legendarias hermanas ganadoras del Oscar. En los últimos nueve meses, entrevisté a ambos nonagenarios para un libro que estoy escribiendo sobre películas antiguas para jóvenes; Hablé con Joan, que vivía en Carmel, por teléfono en marzo, y con Olivia en persona en su casa en París después de que el Festival de Cine de Cannes concluyera en mayo. Laura y Meg estaban ansiosas por saber la respuesta a la misma pregunta que todas las personas con las que hablé después de esas entrevistas me preguntaron: «¿Se acabó» la pelea «, una supuesta guerra fría entre las dos hermanas, durante décadas?

La respuesta no fue tan simple.

De niños, Olivia y Joan, que tenían una edad de 15 meses, no se llevaban bien. Joan, que fue mucho más abierta a discutir la enemistad con los años que Olivia, sugirió en su autobiografía más vendida de 1978 No Bed of Rosesque la raíz de su problema era la infelicidad de Olivia por tener que compartir la atención de sus padres con alguien más después del nacimiento de Joan. Supuestamente, Olivia comenzó a molestar a Joan cuando el hermano menor aún estaba en la cuna y, a medida que ingresaban en la adolescencia, el bullying se convirtió en un tirón de cabello, en ropa desgarrada que iba a convertirse en una indiscutible lucha e incluso en una pelea directa, con un incidente. causando una ruptura en la clavícula de Joan. Más tarde, el abuso se hizo menos físico y más psicológico. Como editora del periódico de su escuela secundaria, Olivia aparentemente publicó un testamento falso: «Le lego a mi hermana la capacidad de ganarse el corazón de los niños, que ella no tiene en este momento».

FOTOS: Notables Muertes de Hollywood del 2013 

Olivia y Joan expresaron su interés en actuar desde una edad temprana, tal vez para tratar de impresionar y ganar los afectos de su madre, una ex (y futura) actriz que se había divorciado de su padre cuando eran bebés y los había trasladado de Tokio, donde había trabajado como profesor y abogado en Los Ángeles, que ofrecía un clima que se pensaba que era mejor para la salud de la enfermiza joven Joan. Pero fue Olivia quien terminó primero con una carrera cinematográfica. Ella fue elegida como la suplente de Gloria Stuart , la conocida actriz de cine (que un día interpretaría a la anciana en Titanic ), quien interpretó el papel de Hermia en la muy esperada producción de Hollywood Bowl de Max Reinhardt . sueño de una noche de verano. Cuando Stuart abandonó bruscamente la producción para un concierto de cine poco antes de la noche de apertura, Olivia tuvo su momento en el centro de atención y brilló. Luego fue elegida en la adaptación a la pantalla grande de la obra (1935), que le exigió firmar un contrato de siete años con Warner Bros., y poco después fue elegida junto a Errol Flynn en la primera de las ocho películas. que harían juntos en los próximos seis años, incluyendo Las aventuras de Robin Hood (1938), que la ayudaron a convertirla en una atracción espectacular.

Joan, mientras tanto, comenzó a servir como chófer de Olivia, ya que Olivia, en ese momento, no sabía conducir. Joan me recordó que una noche, mientras se espera para recoger a Olivia en el lote de la Warner, fue abordada por un empleado del estudio que le dijo que ella debe estar en películas y quería ayudarla a que esto suceda – pero cuando Joan mencionó esto a su madre le dijeron que Warner Bros. era «el estudio de Olivia» y que no debía trabajar allí. Joan me dijo que finalmente se vio obligada a aceptar eso, «Dos de Havillands en la marquesina serían demasiadas, así que tuve que dejar el nombre distinguido de Olivia para ella y tomé el nombre de mi padrastro». Joan consiguió un agente y pronto firmó un contrato de dos películas en RKO,Damsels in Distress (1937) y Gunga Din (1939) antes de dirigirse a MGM para filmar una pequeña parte en The Women (1939) para George Cukor .

Mientras tanto, David O. Selznick y su estudio independiente Selznick International Pictures estaban organizando Gone With the Wind (1939), y prácticamente todas las actrices importantes de la ciudad querían interpretar el papel de Scarlett O’Hara. Joan me dijo que Cukor, el director inicial de la película, la llamó para hablar sobre una parte de la película, no de Scarlett, sino de Melanie, y, como ella recuerda: «Cometí un tremendo error y siempre lo lamenté. era George Cukor, llevaba ropa bastante elegante. Me dijo: ‘Oh, eres demasiado elegante para el papel que quiero que hagas’. Y yo dije: ‘Bueno, ¿y mi hermana?’ Y él dijo: ¿Quién es tu hermana? Le expliqué. Y él dijo: ‘Gracias’. Y así es como Olivia consiguió ese papel «.

La versión de los eventos de Joan sugiere varias cosas: que ella fue la primera opción para Melanie; que Olivia era menos elegante que ella; y que Olivia solo obtuvo el papel por el que siempre será recordada por la generosidad de Joan. La versión de Olivia de cómo obtuvo el papel no hace ninguna mención de esto, ya sea porque nunca sucedió o porque quiere que piense que ella se hizo cargo del papel por su cuenta. En cualquier caso, Olivia me dijo que Cukor la llamó un día y le preguntó si estaría dispuesta a hacer algo «altamente ilegal», lo que la intrigó y la llevó a preguntar qué. Él le dijo que quería que ella entrara y leyera en secreto la parte de Melanie con él y Selznick, a pesar de que estaba bajo contrato con Warner Bros., y si ella parecía adecuada para la parte, encontrarían la manera de hacer las cosas. trabajo. Ella entróJack Warner la prestó para la foto que rechazó, hasta que Olivia se reunió en secreto y convenció a la Sra. Warner para que presionara a su favor, lo que finalmente funcionó. El resto, como ellos dicen, es historia.

Gone With the Wind trajo a Olivia la primera de sus cinco nominaciones al Oscar, y su única en la categoría de actriz de reparto, en lugar de actriz principal. La noche del Oscar, sin embargo, demostró ser una experiencia humillante para ella: Olivia, que sentía que debería haber sido nominada en la categoría de actriz principal junto a Vivien Leigh , no solo tuvo que conformarse con un nom que la apoyaba, sino que luego perdió a su compañero. estrella Hattie McDaniel, marcando la primera vez que una persona de color había ganado un Oscar. Debido a su raza, McDaniel se había visto obligada a sentarse en la parte trasera de la sala, cerca de la cocina, y estaba tan sorprendida como cualquiera, excepto por Olivia, al escuchar su nombre. Olivia, por su parte, admitiría más tarde que la pérdida la empujó a una especie de depresión durante unas semanas, pero que luego siguió adelante.

Mientras tanto, casi al mismo tiempo, Joan vio su gran oportunidad: ganar la parte de primera clase de la «segunda Sra. De Winter» junto a Laurence Olivier en la primera película estadounidense de Alfred Hitchcock, también producida por Selznick – Rebecca (1940). Olivier quería a su entonces amante y futura esposa, Vivien Leigh , y no fue particularmente amable con Joan durante la toma de la foto. «Hitch» aprovechó esto y le dijo a Joan que ningunode sus compañeros de reparto quería que ella interpretara el papel o le gustaba mucho, lo que no hacía más que mejorar su interpretación de una mujer asustada y atormentada. («De todos modos, tengo un complejo de inferioridad», me confesó Joan, de manera bastante interesante. «Se le agregó».) El año después de que Gone With the Wind ganó la mejor película, Oscar y Olivia obtuvieron su primera nominación al Oscar al mejor apoyo. la actriz, Rebecca fue nominada a mejor película y Joan fue nominada a mejor actriz. Muchos eligieron a Joan para ganar, pero, mientras la película ganó, ella no.

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Al año siguiente trajo un enfrentamiento para las edades: Olivia y Joan fueron ambos nominados para el Oscar a mejor actriz – Olivia para no amaneciera y Joan para otra película de Hitchcock, Sospecha – siendo la primera vez que un par de hermanos había competido contra uno Otro en la misma categoría en los Premios de la Academia. (Ha ocurrido una sola vez desde entonces, cuando Lynn Redgrave y Vanessa Redgrave25 años más tarde, ambos fueron nominados a mejor actriz.) Además, en esos días la ceremonia tuvo lugar durante la cena, y los dos estaban sentados en la misma mesa. Joan había planeado saltarse la ceremonia, concluyendo que si no había ganado el año anterior por lo que ella consideraba una película y actuación superiores, no era probable que ganara ese año. Fue solo porque Olivia apareció en el set de la imagen en la que Joan estaba trabajando con un vestido en la mano que estaba convencida de asistir. Pero en la ceremonia, cuando se llamó el nombre de Joan, ella recordó en su autobiografía que se quedó inmóvil: «Miré hacia el otro lado de la mesa, donde Olivia estaba sentada justo enfrente de mí. ¿Qué había hecho? Todos los ánimos que nos habíamos sentido cuando éramos niños, los arranques del pelo, Los salvajes relojes de lucha libre, cuando Olivia se fracturó la clavícula, volvieron corriendo en imágenes caleidoscópicas. Mi parálisis fue total «.

Le pregunté a Joan sobre ese momento y ella recordó: «Estaba aterrorizada por Olivia», y agregó con una risa: «¡ Todavía le tengo miedo!» De vencer a su hermana por un Oscar, dijo medio en broma: «Eso fue algo muy malo para mí», y luego añadió más seriamente: «Cuando lo entendí, todos dijeron: ‘Oh, muchacho, deberías haber obtuve eso para la otra [ Rebecca ], ‘así que no tuve ninguna satisfacción con eso «.

Cuando ambas hermanas se establecieron firmemente en lo alto de la lista A de Hollywood, su relación fue probada por peleas sobre hombres. Joan se había casado en 1939, por primera vez en cuatro ocasiones, antes de su hermana mayor, que en aquellos días se consideraba algo ligera, y del actor Brian Aherne , con quien una vez había salido con Olivia. La noche antes de la boda de Joan, el entonces novio de Olivia, Howard Hughes , mientras bailaba con Joan, al parecer trató de convencer a Joan de que no se casara con Aherne porque, dijo, él quería casarse con ella. Cuando Joan, horrorizada, compartió esto con Olivia, parece que Olivia no la creyó o no quiso creerla; Independientemente, solo complicó aún más su relación.

Luego, en 1946, no mucho después de que Olivia se casara con el autor Marcus Goodrich , el primero de sus dos esposos, que se habían casado cuatro veces, Joan aparentemente dijo: «Es una pena que el esposo de Olivia haya tenido tantas esposas y solo un libro. . » Este comentario innecesariamente significante, al comienzo del matrimonio de Olivia, se remonta a Olivia y elevó una relación ya de por sí escandalosa a una guerra fría. Olivia no tenía interés en hablar con Joan hasta que Joan se disculpó, y Joan, por alguna razón, no tenía ninguna prisa por hacerlo. Años después, en 1957, en la única entrevista en la que comentó su relación con su hermana, dijo Olivia.The Associated Press, «Joan es muy brillante y aguda y tiene un ingenio que puede ser cortante. Ella dijo algunas cosas sobre Marcus que me dolieron profundamente». En consecuencia, Olivia continuó: «Ella era consciente de que había un distanciamiento entre nosotros».

En 1947, 14 meses después de su boda, Olivia finalmente ganó un Oscar como mejor actriz, por To Each His Own (1946), la primera de las dos, de hecho, que lo haría en un lapso de solo cuatro años, con el La segunda venida de La heredera (1949). Después de que Olivia completara su discurso de aceptación para la primera, Joan se acercó al backstage, quien, que acababa de presentar el premio al mejor actor, se quedó para felicitar a su hermana. Pero, como fue famoso inmortalizado en una foto tomada por Hymie Fink de Photoplay , Olivia se apartó de Joan , rechazando su avance. Daily Variety informó en ese momento que Olivia luego murmuró a su agente de prensa, Henry Rogers.«No sé por qué hace eso cuando sabe cómo me siento». Joan, por su parte, según se informa, «se quedó allí mirándola con una expresión desconcertada y luego se encogió de hombros y se marchó». (Más tarde, Joan escribiría: « Fui a felicitarla como lo habría hecho con cualquier ganador. Me echó un vistazo, ignoró mi mano, agarró su Oscar y se alejó con la rueda «.) Posteriormente , la prensa le dijo a la prensa: Las niñas no se han hablado durante cuatro meses. La señorita De Havilland no deseaba que le tomasen una foto a su hermana. Esto se remonta años y años, desde que eran niñas, un caso de dos hermanas que no lo hacen. t tienen mucho en común «.

En mayo, cuando llegué a la casa señorial de Olivia, cerca del centro de París, en la misma cuadra que la casa de un ex presidente francés, un asistente me llevó adentro. Instantáneamente vi a Olivia mirando por una esquina, caminé para saludar y me saludaron muy calurosamente. Luego hizo que su asistente nos sirviera champán y sacara una bandeja de bocadillos y, sabiendo que acababa de venir del Festival de Cine de Cannes, me contó la historia de cómo su propio viaje a Cannes, 60 años antes, la había llevado a ella. traslado a paris.

En 1952, De Havilland se divorció de Goodrich y, poco después, aceptó una invitación para asistir al festival de 1953 en Cannes junto con su pequeño hijo. Desde el momento en que llegaron, dijo ella, fue perseguida por un francés que no le habló pero que no la dejó fuera de su vista. Días después, cuando finalmente intercambiaron palabras, resultó ser Pierre Galante , el editor de la revista francesa Paris Match , y continuó persiguiéndola, más abiertamente, hasta que ella accedió a casarse con él. Sintiendo que, con la llegada de la televisión, la Edad de Oro de Hollywood estaba terminando y que los papeles dignos de su talento serían cada vez más escasos, Olivia decidió abandonar América, mudarse a París y casarse con Galante en 1955. (Se divorciaron en 1979.)

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A lo largo de los años entre el desaire de los Oscar de 1947 y la publicación de la autobiografía de Joan en 1978, parece que las hermanas tuvieron una relación de frío y calor. «Juré que nunca me reconciliaría con Joan hasta que ella se disculpe», dijo Olivia en su entrevista de 1957 con la AP. «Pero cuando volví a Hollywood después de mi separación de Marcus [en 1952], parecía una tontería volver a pedir una disculpa». Joan me habló de Olivia: «Ella venía a mi departamento en Nueva York a menudo». (Los dos aparentemente pasaron la Navidad juntos allí en 1961). Fueron fotografiados riendo juntos.en un evento en 1967. Y, como afirmó Joan en su autobiografía, fue a ver a Olivia a París en 1969, a petición de Olivia, y la ayudó en sus problemas financieros y matrimoniales. («Ella firmó con mi oficina de conferencias y finalmente tuvo tantas reservas que tuve que encontrar una nueva oficina para manejar la mía», escribió Joan).

Todas las fuentes parecen estar de acuerdo en que las cosas empeoraron después de la muerte de su amada madre en 1975. En No Bed of Roses , Joan escribió que ella estaba fuera del país en el momento de la muerte de su madre y solo se enteró de la situación. Servicio conmemorativo por casualidad. «No me invitaron», alegó Joan, y fue «solo después de quemar los cables telefónicos de costa a costa» y de amenazar con «llamar a la prensa y contarles toda la historia» que el servicio se pospuso el tiempo suficiente para permitir que Joan estar de servicio. Además, le dijo a People : «Olivia y la ejecutora de la finca se hicieron cargo de la carga, deshaciéndose de los efectos de la madre y de su cuerpo, fue incinerada, sin molestarse en consultarme». En el servicio,lo describió : «Olivia esparció un puñado de cenizas, luego me pasó el recipiente en silencio. Así me despedí de mi madre. En cuanto a Olivia, no tenía palabras en absoluto».

En 1979, un año después de que se publicara la autobiografía de Joan, ambas hermanas asistieron a la celebración del 50 aniversario de la Academia de los Oscar y las ganadoras del Oscar, pero se sentaron en los extremos opuestos del escenario para la «foto de clase», aparentemente a pedido, y lo hicieron. No hablar con los demás en ningún momento. Diez años más tarde, cuando se reunieron de nuevo para la celebración del aniversario de un Oscar, todavía no habían hablado en términos de habla; al descubrir que se alojaban en habitaciones de hotel adyacentes, Joan aparentemente cambió su habitación y dijo que nunca regresaría a los Oscar. Ella nunca lo hizo.

Olivia, por otro lado, lo hizo – se dirigió al escenario para presentar la foto de la clase en los 75.os premios de la Academia en 2003, uno de los segmentos más memorables en la historia de la transmisión de los Oscar. Le dije lo especial que pensé que era, lo molesto que estaba cuando no se repitió a principios de 2013 en los 85.os Oscars y cuánto esperaba que ella volviera a Hollywood para una futura ceremonia de los Oscar. Ella dijo que le gustaría, pero dudó que sucediera, ya que ella había experimentado meses de dificultades para dormir después de regresar de su visita más reciente a los Estados Unidos y no quería pasar por otra experiencia similar. Le pregunté un poco pesadamente si todavía tenía muchos amigos o familiares en California, y ella dijo que realmente no, aparte de «mi hermana», ya que su vida había estado en París durante 60 años, aunque, según ella, era muy cerrar con su sobrina, Deborah, la hija de Joan (con quien Joan se había alejado una vez, supuestamente por enojo por estar manteniendo comunicación con su tía).

Sentado a pocos metros de Olivia, que era tan amable conmigo, y sabiendo cómo habían sido recibidos otros entrevistadores curiosos, no pude reunir el coraje para preguntarle más sobre su relación con Joan. Pero, al final de mi conversación telefónica anterior con Joan, que ya había hecho varias referencias a Olivia en el transcurso de una conversación perfectamente coherente e interesante, sentí que al menos tenía que intentarlo, y me sorprendió lo que era. dijo: «Esta ‘pelea de Olivia’ siempre me ha irritado porque no tiene base. ¡Hasta el día de hoy no tiene base!»

Entonces, le pregunté a Joan, ¿son ustedes dos amigos? «¡Por supuesto!» Bueno, me alegra saber eso, respondí. Supongo que a algunas personas les gusta sensacionalizar las cosas. «Oh, cierto, tienen que hacerlo. Dos chicas agradables que se gustan no son copia». ¿Así que hoy tú y Olivia están en comunicación? ¿Se hablan el uno al otro? «Absolutamente.» Guau. Bueno, eso es asombroso. Estoy muy feliz de escuchar eso. «Oh, por supuesto.» Más adelante en la conversación, sentí que tenía que aclarar lo que había oído antes. ¿Hubo un momento en que ustedes dos no se llevaban bien hasta el punto en que no se hablaban entre sí? «Nunca. Nunca. No hay una palabra de verdad sobre eso». ¿Por qué crees que la gente cree eso? «Oh, no tengo idea. Es solo algo que decir». Bueno, eso no es justo para ti. «Oh, es terrible. «¿Y has visto a Olivia a lo largo de los años?» La he visto en París. Y ella venía a menudo a mi apartamento en Nueva York. «Tengo que decir que esto es algo muy agradable de escuchar porque me dio pena pensar que ustedes dos estaban en malas condiciones». Déjenme decirles que Olivia y yo nunca tuvo una pelea Nunca hemos tenido ninguna insatisfacción. Nunca hemos tenido palabras duras. Y todo esto es prensa «.

Me gustaría creer que la cuenta de Joan, en lugar de las décadas de informes de los medios de comunicación en sentido contrario, representa la verdad sobre la naturaleza de la relación de las hermanas. Pero a menos que Olivia, Deborah o la asistente de Joan durante sus últimos años, Susan Pfeiffer , deseen compartir sus propias perspectivas, supongo que nunca lo sabremos con seguridad.

Joan, mientras promocionaba su autobiografía en 1978, le dijo a People : «Olivia siempre dijo que yo era la primera en todo; primero me casé, primero obtuve un Premio de la Academia, tuve un hijo primero. Si muero, estará furiosa porque otra vez voy a haber llegado primero! » Joan murió el 15 de diciembre, noticias que rompí en THR , y el 16 de diciembre, Olivia emitió una extraña declaración pública : «Me sorprendió y me entristeció la noticia del fallecimiento de mi hermana, Joan Fontaine, y mi sobrina, Deborah, y aprecio las muchas y amables expresiones de simpatía que hemos recibido «.

A principios de este mes, después de que terminé de compartir la historia mencionada con Laura Dern y Meg Ryan, se le pidió a Dern que dijera algunas palabras sobre su padre, Bruce Dern , quien fue honrado en el almuerzo. Le rindió un conmovedor tributo frente a una sala llena de miembros de la Academia, después de lo cual recibió un voluminoso aplauso, y luego se rió a carcajadas. «Aunque acabo de decirle a Scott:» Es una mentira. En realidad somos como Olivia de Havilland y Joan Fontaine, no hablamos. «


 

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