Charisse, Cyd

Nombre Cyd Charisse
Actividad Actriz
Lugar de nacimiento Texas
Fecha de Nacimiento 8 de marzo de 1922
Lugar de fallecimiento Los Angeles
Fecha de fallecimiento 17 de junio de 2008
Filmografia

tomado de wikipedia

Biografía

Nacida en AmarilloTexas, el 8 de marzo de 1922, como Tula Ellice Finklea, pronto se vio que estaba muy dotada para el baile, por lo que recibió clases de ballet y llegó a formar parte del Ballet Ruso de Sergei Diaghilev, con seudónimos como Felia Sidorova y María Istomina.

Posteriormente decidió intentar trabajar como actriz en la industria cinematográfica, y para ello eligió cambiar su nombre a Cyd, a partir del apelativo con el que la llamaba su hermano: Syd (del inglés sister). Cuando en 1939 (con 18 años) se casó con su profesor de baile Nico Charisse, decidió adoptar su apellido también en el nombre profesional.

En 1948 volvió a casarse con el actor y cantante Tony Martin, con el que mantuvo sesenta años de matrimonio, hasta su fallecimiento (un récord en parejas de Hollywood). Tuvo dos hijos: Nick Charisse, de su primer matrimonio, y Tony Martin Jr. del segundo. Su sobrina es la actriz Nana Visitor, y Liv LindelandPlaymate de la revista Playboyen 1971, es su nuera.

Escribió una autobiografía conjunta con su marido, titulada The two of us (Nosotros dos), y en 2001 entró a formar parte del Libro Guinness de los Récords en la categoría de «Piernas más valiosas», dado que en 1952 firmó un seguro por valor de 5 millones de dólares para protegerlas, superando así el récord de su antecesora, Betty Grable.

Carrera profesional

Charisse actuó en varios dúos con famosos bailarines como Fred Astaire o Gene Kelly. Su obra incluye dos de las secuencias más aclamadas de la historia de los musicales: el ballet de «Broadway Melody» en Cantando bajo la lluvia y el «Girl Hunt Ballet» en Melodías de Broadway (The Band Wagon). La voz de Charisse era normalmente doblada en las canciones de sus películas, generalmente por la cantante India Adams.

Su debut en Hollywood fue en Something to shout about (Algo por lo que gritar), de 1943, tras lo cual pasó un tiempo haciendo pequeños papeles secundarios en películas como Mission To Moscow (1943), The Harvey Girls (1946), Ziegfeld Follies (1946), Fiesta (1947), junto a Esther Williams y Ricardo Montalbán, o En una isla contigo (1948).

En los años 50 su carrera dio un importante giro cuando firmó un contrato con la Metro Goldwyn Mayer y comenzó a tener papeles más importantes en películas de diversos géneros, aunque principalmente musicales. En esa época participó en Cantando bajo la lluviaMelodías de BroadwayBrigadoonSiempre hace buen tiempo o La bella de Moscú. Pasada la época dorada de los musicales, las apariciones de Cyd Charisse en pantalla disminuyeron. En los años 60 grabó varias películas, entre las que destaca Dos semanas en otra ciudad y Something’s Got to Give, donde compartía créditos con Marilyn Monroe y Dean Martin. Ésta quedó inconclusa por el deceso de Monroe. En 1967 se retiró del cine, salvo por esporádicas apariciones en películas como Los Conquistadores de Atlantis, de ciencia ficción.

Más recientemente apareció en vídeos musicales, por ejemplo I Want To Be Your Property de Blue Mercedes o Alright de Janet Jackson; en este último daba unos pasos de baile. En 1990 grabó un vídeo de fitness para personas de avanzada edad (ella tenía 69 años en ese momento), titulado Easy Energy Shape Up (que se puede traducir como Puesta a punto de baja intensidad, aproximadamente). Además, apareció en documentales que retratan la época dorada de los estudios de Hollywood.

Muerte

Charisse ingresó en el Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles, California el 16 de junio de 2008 después de haber sufrido, aparentemente, un ataque cardiaco. Murió en la mañana siguiente a la edad de 86 años.


tomado de divasdelcine

~Cyd Charisse was born Tula Ellice Finklea on March 8, 1921 in Amarillo, Texas.:

Cyd Charisse nació el 8 de Marzo de 1921 bajo el nombre de Tula Ellice Finklea. Desde niña demostró tener grandes dotes para el baile , por lo que sus padres decidieron matricularla en escuelas de danza para potenciar así un don innato que le había sido concedido `por la naturaleza.
 
Cyd Charisse (March 8, 1922 – June 17, 2008) was an American actress and dancer. After recovering from polio as a child, and studying ballet, Charisse entered films in the 1940s. Her roles usually focused on her abilities as a dancer, and she was paired with Fred Astaire and Gene Kelly; her films include Singin’ in the Rain (1952), The Band Wagon (1953) and Silk Stockings (1957).:
 

Lo cierto es que fue una mujer muy adelantada a su época . De hecho todas sus fotos muestran a una mujer esbelta,  elegante, y con una constitución corporal moderna para su época, y que sin duda encajaría perfectamente en los cánones de belleza que se estilan en la actualidad .Su rostro era también muy armónico y atractivo. y con sus dotes como bailarina y su físico imponente muy pronto pasó a formar parte del Ballet Ruso de Sergei Diaghilev.

Se casó con 18 años con su profesor de baile, y a la par comenzó a interesarse por el mundo del cine, adoptando ya el nombre de Cyd (por un diminutivo con el que se refería a ella su hermano) y Charisse que era el apellido de su marido.

Cyd protagonizó sobre todo musicales en su época dorada, en los que compartió cartel con los bailarines más importantes del momento como eran Fred Astaire y Gene Kelly.

Su debut en Hollywood se produjo con la película “Algo por lo que gritar”, sin embargo no fue hasta los años 50, época en la que firmó un contrato con la Metro, cuando comenzó realmente a interpretar papeles más importantes y de diverso género, aunque casi todos fueron musicales..

Protagonizó un breve pero sustancioso papel en uno de los musicales más importantes e inolvidables de la época dorada de Hollywood  “Cantando bajo la LLuvia”(1952) junto a Gene Kelly´

 
 
Pero fue con «Melodías de Broadway» (1953), algunos críticos lo consideran el mejor musical de toda la historia del cine,  junto a Fred Astaire, cuando consiguió la popularidad y el reconocimiento que tanto ansiaba. 
 
 
 
 
A este título siguieron otros también muy destacables como “Brigadoon”(1954) de nuevo junto a Gene Kelly,  «La bella de Moscú» (1957)  en la que volvió a compartir cartel con Fred Astaire o “Chicago años 30″ (1958)  donde compartió cartel con Robert Taylor.
 
 
 
En el año 1957 y siendo ya una de las actrices más importantes del género musical, sus piernas fueron consideradas junto a las de la gran Marlene Dietrich. como las más bonitas del cine y aseguradas por 5.000.000 de dólares.

A partir de los años 60 y debido a que el boom de los musicales va descendiendo, sus películas se van espaciando en el tiempo. En 1962 rueda la inacabada película «Something’s Got to Give» en la que todo fueron problemas por los retrasos y posteriormente de  la muerte de su actriz principal Marilyn Monroe.

Ese mismo año rueda junto a Kirk Douglas el melodrama “Dos semanas en otra ciudad” y a partir de este momento se retira del cine por espacio de una década.Vuelve al cine en el año 1978 con la que sería su última película para la gran pantalla “Los conquistadores de Atlantis”.

A partir de entonces aparece en algunas series muy populares como:”Centro médico”, “Vacaciones en el mar” o “La isla fantasía”.

Su vida privada fue muy discreta y claramente estable , ya que su segundo matrimonio con el cantante Tony Martin fue para toda la vida, siendo una de las parejas más unidas y ejemplares de Hollywood.

A lo largo de su carrera artística renunció a películas muy importantes como “Un americano en París” debido a que estaba embarazada , y “Una cara con ángel” de Stanley Donan que fue protagonizada ante su negativa por Audrey Hepburn.

En el año 2006 y como reconocimiento a sus servicios a la danza se le otorgó La Medalla Americana de las Artes en una ceremonia privada en la Casablanca.

Murió el 17 de Junio de 2008 a los 86 años en Los Ángeles.

 
Cyd Charisse, bailarina y actriz estadounidense, famosa por su participación como bailarina en algunos de los musicales más exitosos y populares de Hollywood:
 
 
Cyd Charisse participó en Cantando bajo la lluvia, Melodías de Broadway, Brigadoon, Siempre hace buen tiempo o La bella de Moscú, entre otras:

Cyd Charisse, bailarina y actriz de películas musicales

Fue pareja de Gene Kelly y Fred Astaire en sus grandes éxitos

Lo que pocos biógrafos del cine musical americano certifican es que Cyd Charisse tuvo hasta seis o siete nombres artísticos distintos antes de recuperar el apellido de su marido y con el que se hizo famosa. Esos nombres, de raíz eslava, se corresponden básicamente con su carrera de bailarina de ballet, que era su origen y su formación y luego, lo que la distinguía del resto de las actrices-bailarinas en las películas musicales.

Se llamaba en realidad Tula Ellice Finklea, y había nacido el 8 de marzo de 1923 en Amarillo (Tejas), donde desde muy niña ya la llamaban Sid (como apócope de sister). A los seis años fue llevada al aula de ballet de Constance Fergunson, donde destacó enseguida. En 1935, estando de vacaciones con su familia en Hollywood, un pariente la llevó a la Escuela Fanchon and Marco, donde conoce a un chico francés, entrenador de danza: Nico Charisse. Así, a los 12 años, ya se queda en California, donde recibe clases de Adolph Bolm y Bronislava Nijinska. En 1937, vino a ver la clase de la hermana de Nijinski el colonel Vasili de Basil, y la recluta para sus Ballets Russes, admirado por su esbeltez y pujanza. Ella misma se hace llamar primero Natacha Tulaelis y poco después Felia Siderova, girando con la compañía hasta que la repentina muerte de su padre la hace regresar a Amarillo.

El coreógrafo David Lichine la hace volver a la compañía en 1939 para la gira europea, y entonces adopta un nombre de evocación zarista: María Istomina. En esta etapa trabaja con Leónidas Massine y Michael Fokin, participando en todo el repertorio. En Europa se casa con Nico Charisse y vuelven juntos a América, donde ella entra en el Hollywood Bowl, recomendada por Nijinska y Lichine se convierte en su partenaire en su primera intervención significativa en el cine: Something to shout about (1943), que protagoniza Don Ameche. Siempre en ese año, asume el nombre de su abuela, Lily Norwood, y con esa identidad aparece en los filmes Mission to Moscow y Thousands cheer. El coreógrafo de Broadway Robert Alton la usa sobre sus poderosas y firmes zapatillas de punta en el clásico del género: Ziegfeld follies (el gran éxito de la MGM), donde hace una coda de piruetas memorables al inicio y final de la película con Fred Astaire. Esa actuación hace que el productor Arthur Freed la contrate por siete años, algo excepcional para una corifea del cine y por fin le adapta el mote familiar de Syd hasta el Cyd definitivo, y empezó a probar con los diálogos en The harvey girls(1946) y con el drama en Three wise fools. Después tiene como partenaire al guapo Gower Champion en Till the clouds roll by (1946), lo que la lanza al papel protagónico de The unfinished dance (1947), que trataba de los entresijos de camerinos en la vida teatral de la época. También bailó con éxito en Words and music (1948), otro clásico del género.

Cyd Charisse se adaptaba a los papeles étnicos de la MGM, y así bailaba junto a Ricardo Montalbán en Fiesta (1947) y On an island with you (1948). También fue la apasionada amante de The kissing bandit (1948). Después de este filme se divorcia de Nico y se casa con Tony Martin, participa en Tension y East side, west side (ambos de 1949), continuando su carrera de caracteres exóticos con Mark of the renegade (1951), The wild north y Sombrero, estas dos últimas de 1953. Un año antes había concebido junto a Gene Kelly Cantando bajo la lluvia, como un «verdadero ballet a lo Broadway»; tal concepción del filme fue gestado al alimón. En 1953 también aparece junto a Fred Astaire en The band wagon (Melodías de Broadway), donde sus vestidos se acortan y se abren por el costado al estilo tanguero: ya sus piernas son leyenda y se convierten en «argumento» del dúo bailable de Dancing in the dark (creado por Astaire) y de Girl hunt ballet (ideado por Michael Kidd). Volvió a bailar con Kelly en Brigadoon (1954), dirigida por Vincente Minelli, que la consideraba «una diosa de elegancia al danzar» y fue la coprotagonista junto a Dan Dailey de la deliciosa Meet me in Las Vegas (1956).

Se volvió a reunir con Astaire en Silk stockings (1957), inspirado su papel en la Ninochka de Greta Garbo, para volver propiamente al ballet filmado en Black tights (1962), coreografiada por Roland Petit con decorados de Salvador Dalí y trajes de Yves Saint Laurent. Antes hizo un cameo bailado en el thriller de Nicholas Ray Party girl (1958), sin olvidar su momento junto a Kirk Douglas en Two weeks in another town (1962), otra vez bajo las órdenes de Minelli. Su strip-tease glamuroso en The silencers (1966) ha sido materia de estudio. A partir de 1964, deja el cine y vuelve a la escena, en giras de revistas refinadas hechas con Martin, como Once more with feeling, Iiya darling, No, no, Nanette (en Australia) y Charlie girl (rescatada en Londres en 1986). Una de sus últimas apariciones en el cine fue Private screenings (1989) y por primera vez en teatro en Broadway en 1992 en una versión de Grand Hotel. Y Janet Jackson la llamó para su vídeo Alright.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de junio de 2008


tomado de southerncrossreview

Cyd Charisse (1921-2008)

 

No habrá ninguna igual

Por José Pablo Feinmann

Nunca creí que Cyd Charisse fuera real. Nunca creí que una mujer así pudiera existir. Sería indigno decir que me atraía sexualmente. Tal cosa la habría transformado en una mujer real. Ella deslumbraba. Era tan perfecta que era lejana. Pero, ¿no estaba ahí el hechizo que ejercía sobre las audiencias? Medía 1 metro 75, sin tacos. Tenía un talle dilatado y elegante. Una cara bellísima, unos ojos negros y, cuando se consagra en Cantando bajo la lluvia (1952), tiene el pelo negro cortito, alla garçon, como Louise Brooks. Kelly se desliza por el piso de un danzón y se detiene ante una pierna extendida.

Cyd Charisse and Gene Kelly

Esto ya es historia. Es la pierna de Cyd. Ella la descruza en un pase de vértigo, se pone de pie y empieza a bailar. Ese baile la consagró para siempre. Al año siguiente, Fred Astaire. La película es Brindis al amor. No es posible describir ni calificar ni ponerle un adjetivo ni diez ni treinta y cuatro al pas des deux que hace con Fred en Central Park. Cyd tiene un vestidito holgado, de una tela leve que tiene el maravilloso don de bailar con ella. No saben (según el plot de la peli) si podrán, ella y Fred, bailar juntos. Porque ella viene del ballet clásico y él es un tap dancer. De pronto, se detienen, se miran, empieza a sonar la melodía de “Dancing In The Dark” y ése, precisamente ése, es el más perfecto, preciso, sofisticado y hermoso número de baile que el cine ha producido. Astaire, con gran generosidad, hace todo lo que tiene que hacer para que ella se luzca.

Cyd Charisse and Fred Astaire

Y ella es volátil, tan mujer, tan etérea, tan excepcional bailarina que uno mira eso, eso que ha mirado a lo largo de los años, porque, debo decirlo, en ciertos momentos de dolor, o en otros en que mi idea de la condición humana o del paso del hombre sobre la tierra se tornaba oscuro, alimentado por un nihilismo sin regreso, he recurrido a esa danza de Astaire y Charisse, y al verlos, al mirarlos bailar como bailan supe que la perfección existía, algo que no es un descubrimiento menor, y que si el mundo no se hizo sólo para eso, ése es uno de los motivos que lo justifican. Suelo decir –un poco locamente– “hay que escribir como Argerich toca el piano”. No me atrevería a decir “hay que escribir como Astaire y Charisse bailan ‘Dancing In The Dark’”. Llegar a eso, nunca.

Cyd se había formado en Les Ballets Russes y tuvo el talento único de llevar la técnica clásica a la comedia musical, sin resentir ninguna de las dos. Nunca hizo tap. Eso ya lo había hecho Eleanor Powell mejor que ninguna y, en su época, no lo hacía mal Ann Miller. En Brindis al amor hay un ballet final que se basa en una parodia de las novelas de Mickey Spillane. Astaire hace el Mike Hammer de turno y Cyd hace de rubia y de morocha. Cuando Astaire entra en ese lugar indeseable en que los peores gángsters de la ciudad se emborrachan y buscan chicas fáciles, descubre a Cyd recostada contra la barra. Vincente Minnelli acerca a ella su Cámara. Cyd tiene la boca entreabierta, mira con perversa inocencia a Fred y tiene una capa negra que la cubre hasta el cuello. Y entonces sucede lo que sucede para la eternidad: ella abre esa capa, la desabotona con decisión, la deja caer a lo largo de sus hombros y emerge de ahí con un vestido rojo, unos guantes negros y largos y –no olvidemos esto– el vestido rojo es cortón, abierto para que ella exhiba lo que todos queremos ver: sus legendarias piernas. No tiene sentido compararlas con las de Marlene Dietrich. Son dos personajes muy distintos. Cyd, creo, fue sobre todo una bailarina excepcional. Que, además, tenía unas piernas excepcionales. Ese número que baila con Astaire en el cabaret es demoníaco y es ella la que en eso lo transforma. Es una mujer-demonio que amenaza al hombre y lo hace retroceder.

Cyd Charisse and Fred Astaire

Hizo otras cosas. Una remake de Ninotschka en la que todos esperaban despedazarla comparándola con la Garbo. Error. Cyd estuvo brillante como actriz. Nos entregó un acento ruso delicioso y hasta me atrevería a decir casi, un cachito, mejor que el de Garbo. También hizo un film mediocre, con el pesado de Dan Dailey, que se llamó Viva Las Vegas. Pero, en ese film, Cyd se despacha con un ballet basado en la canción “Frankie And Johnny” y lo que hace es una vez más imperecedero. Después las comedias musicales agonizaron. Hizo una película con Nicholas Ray y otras cosas que pasaré por encima. Trabajó mucho en Los Angeles, en Las Vegas y, en 1992, debutó en Broadway con una remake de Grand Hotel. Juro que hacia 1972 la vi en un telefilm en el que hacía una bailarina madura y fracasada. Hay que buscarlo: no pude cerrar la boca durante todo el metraje. Era ya una notable actriz. Pero esta faceta se la negaron. No importa. Con lo que tuvo, no habrá quien pueda olvidarla. Se dirá que hoy todo se olvida, que el tiempo es velocidad, que todo es presente, que se borró el pasado. Es posible. Pero ése no es un problema para Charisse. Ella es eterna. Y este mundo, si no sucumbre, buscará en algún momento otra vez la eternidad. Ella, que fue uno de sus rostros, estará ahí, donde habrán de encontrarla siempre que la busquen.


 

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