fragmentos tomados del libro Cine Negro de Noel Simsolo
El “Realismo Poético” fue producto, en parte, de la quiebra de las grandes sociedades de producción a mediados de los años treinta. Esta situación permite el florecimiento de realizadores y productores independientes. Aunque la producción no fue muy copiosa, fue suficiente para desarrollar esta famosa escuela francesa. El realismo poético fue el lazo que unió de 1930-1945 a René Clair, Jean Vigo, Jean Renoir, Marcel Carné, Jacques Becker, Jean Grémillon, Jacques Feyder y Julien Duvivier.
Esta “escuela”, por llamarla de alguna manera, fue como una especie de neorromanticismo que se recreaba en los contrastes violentos: el hombre y su aspiración a la felicidad, por un lado, y la sociedad y sus discutibles reglas, por otro. Sus personajes no eran gente de la alta sociedad, no eran héroes típicos de las películas americanas; eran obreros, malhechores, desertores, prostitutas, criados, personajes de las clases más bajas de la sociedad. Eran películas pesimistas, que casi siempre acababan mal, pero eran verdaderamente hermosas. Concebían películas donde se enfrentaban el bien y del mal, a través de personajes malvados y otros íntegros, víctimas de un destino muy a menudo trágico.
Tres puntos a destacar del realismo poético de entreguerras: la denuncia del orden social en sí mismo (Jacques Prevert tuvo aquí un papel esencial); la crónica de las costumbres, satírica y desengañada; y la percepción lírica empleada como forma de rechazar la condición humana, tanto la de los intelectuales como la de los proletarios de todas las clases. El realismo poético enfrenta los sentimientos humanos y a menudo la buena voluntad de los hombres a las crueldades de un inexorable destino.
Jean Renoir
Uno de los grandes maestros del «realismo poético» fue Jean Renoir. Hijo del famoso pintor impresionista Auguste Renoir, es el autor completo de sus films, los cuales expresan su singular personalidad. Así, escribió en 1938:
«Con ingenuidad y trabajo me esforzaba por imitar a los maestros norteamericanos, y es que no había entendido que un francés que vive en Francia, bebe vino tinto y come queso de Brie, con las grisáceas perspectivas parisinas de fondo, no puede hacer obra de calidad si no es fundándose en las tradiciones de la gente que vive como él».
Son películas claves en esos primeros años “La chienne” (1931), “Boudu sauvé des eaux” (1932), “Toni” (1934), considerada gran precursora del Neorrealismo, “Une partie de campagne” (1936), emocionado homenaje al impresionismo, y “Los bas fonds” (también del año 1936).
La película La Bete Humaine (1937) llega a sintetizar un lirismo trágico y un naturalismo negro. El crimen, los celos, las pulsiones sexuales, son los materiales de base de Zola y Renoir mantiene el espíritu del escritor en su dirección.
Unos años mas tarde, el gran pesimista que fue Fritz Lang filmará remakes de estas películas dentro del cine negro.
Julien Duvivier
Julien adaptó algunas novelas de Simenon, y como Renoir habia comprendido que Simenon trabajaba sobre las ambiguedades de la naturaleza humana y la necesidad irreversible de destruir su propio equilibrio, ya sea mediante el alcohol, el sexo, el crimen o la avaricia.
Marcel Carné
No es exagerado considerar a Jean Gabin como un icono del cine negro, más que un mito emblemático del realismo poético francés. Lo que llama la atención de Gabin es interioridad casi patológica. Un sufrimiento mudo frente a la podredumbre, la corrupción y el vicio. Su actuación pasa de la sobriedad total a un estallido de energía colérica de asombroso verismo.
Las películas Quai de Brumes (1938) y Le jour se leve (1939) películas de Marcel Carné y Jacques Prevert que superaban a pesar de sus directores el realismo poético para entrar en el cine negro.
Los sueños de felicidad siempre se convierten en pesadillas. La poesía no es más que un requiem. Niebla, lluvia, personajes sórdidos, lo llenan todo de un carácter opresivo y turbio. A pesar del humor sarcástico de Jacques Prevert, una estética onírica y angustiosa habita en sus imágenes. Lo plagiarán con frecuencia en su estilo y en su temática negra.
Una película como Le jour se leve anticipa el tono general que tendrán las películas del cine negro. Claustrofobia del personaje encerrado en un habitación durante la noche esperando la llegada de la policía que lo busca. Durante el transcurso de la noche una serie de flashbacks nos van contando la historia de como ha llegado a esa situación. Por otro lado muestra como la muerte es la única salida a esa situación, algo también muy presente en el cine negro.