Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Jan Sterling
Danny Kaye, Paul Henreid y Richard Conte
En 1938 el Comité de Actividades Antiamericanas, HUAC, modificó la finalidad para la que había sido creado en 1934: investigar y frenar las actividades de los simpatizantes del nacionalsocialismo, cuyos dirigentes fueron confinados en la neoyorquina isla de Ellis. Su nuevo objetivo amplió el original a cualquier movimiento político considerado como subversivo. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, se reactivó el Comité, pero en esta ocasión sólo para contrarrestar el avance de las ideas comunistas dentro de la nación estadounidense. En julio de 1948 se inició un largo juicio contra los dirigentes del Partido Comunista de Estados Unidos. Tanto EugeneDennis como la mayor parte del resto de la cúpula directiva del partido fueron condenados a cinco años de prisión (1).
En 1950 se procesó al matrimonio judío constituido por Julius y Ethel Rosenberg por espionaje en cuestiones relativas a la energía atómica en favor de la Unión Soviética. Aunque las pruebas aportadas en el juicio no habían sido concluyentes, ni los secretos presuntamente robados alcanzaban un alto o medio nivel técnico, ambos fueron ejecutados en Sing Sing en junio de 1953.
Pero la notoriedad del Comité fue debida al proceso sostenido contra la industria cinematográfica estadounidense, o más en concreto, contra varios cineastas de Hollywood. Juicios conocidos como «la cazade brujas«, rememorando otros tiempos
La caza de brujas
«La Comisión de la Primera Enmienda»
Entre febrero de 1692 y mayo de 1693, la sociedad puritana de origen británico que habitaba en Massachusetts, imbuida de una doctrina religiosa extremista, misógina e intransigente procedió a perseguir a las personas, sobre todo mujeres, que no daban el perfil humano y místico que exigía su reaccionaria y particular moral, acusándoles de brujería. Varios tribunales, entre los que destacó el de Salem, fueron responsables del asesinato de unos treinta conciudadanos. Estos procesos han pasado en el tiempo a ser conocidos como «la caza de brujas».
Mucho más benigna, pero con similar base legal inapropiada, se originó una «caza de brujas» contra el comunismo intelectual que con germen en Europa estaba ramificándose en Estados Unidos, a través del medio de difusión de ideas que era con mucho el más influyente: el cinematógrafo, centralizado en Hollywood. Esta actividad represora estatal fue iniciada por la administración demócrata de Harry Truman y ultimada por la republicana de Dwight Eisenhower.
Si bien los sucesos de Massachusetts resultaron ser una secuela fútil y perniciosa de los tribunales de la Inquisición y de las estúpidas y sangrientas guerras de religión que asolaron Europa durante los siglos XVI y XVII. A partir de 1945, la eficaz «caza de brujas» de la posguerra frenó de raíz un grave problema para la «forma de vida americana» («american life» o «american way of life»): la progresión del comunismo en Estados Unidos (2).
Caza de Brujas Óleo de Tompkins Harrison Matteson «La examinación de la bruja»
Varios cineastas intentaron promocionar el comunismo valiéndose de las películas, sus guiones y la popularidad de los actores. Muchas veces, sólo intentaban hacer partícipes de ideas no convencionales a los espectadores o, simplemente, el guión, y la dirección, encerraba pensamientos y actos anticapitalistas, que eran considerados como comunistas.
El procesado más insigne fue Elia Kazan, actor de teatro en su juventud y, sobre todo, inolvidable director de películas como «La barrera invisible» (premiada con Oscar al mejor director), «Un tranvía llamado deseo», «Pánico en las calles», «Viva Zapata», «La ley del silencio», «Al este del Edén» y «Esplendor en la hierba».
Kazan había sido miembro del Partido Comunista de Estados Unidos durante unos meses en 1934. En enero de 1952 compareció ante la HUAC. Explicó que su pertenencia al Partido Comunista había expirado hacía 16 años. Sin embargo, al ser presionado, su declaración fue mucho más lejos, al dar los nombres de cineastas simpatizantes con el comunismo. De esta forma, minimizó su pena.
En «La ley del Silencio» («On the Waterfront», premiada en 1954 con ocho Oscars y entre ellos a la mejor dirección, película y actor), Kazan juega con su idea social y justifica su condición de chivato:el estibador Terry Malloy, interpretado por Marlon Brando, denuncia la corrupción existente en los muelles de Nueva York movido por nobles y algo confusos sentimientos de amor y justicia no exenta de venganza. El final de la película es un retorcido canto de alabanza a los valores norteamericanos.
El senador Joseph McCarthy se convirtió en la cabeza visible de los procesos contra los cineastas acusados de comunistas o de simpatizar con el comunismo y, por tanto, considerados como traidores a la patria.
Las delaciones bajo presión, las pruebas circunstanciales o irrelevantes llenaron los ámbitos de los procesos, conocidos como los juicios del macarthismo. Las similitudes existentes con los sucesos de Salem reavivó el término de «caza de brujas». La oposición al macarthismo acuñó y popularizó ese nombre.
Los Diez de Hollywood y la Comisión de la Primera Enmienda
El director de cine Elia Kazan
La primera, y más notoria, lista negra de la «caza de brujas» estuvo conformada por los cineastas conocidos como «Los Diez de Hollywood«.
El 24 de noviembre de 1947, el Comité llamó a declarar a los «Diez de Hollywood», Al día siguiente, la Asociación de Productores de Cine, reunida en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, publicó un manifiesto, que ha perdurado con el nombre de la Declaración Waldorf, su expresa síntesis es: «Nunca contrataremos conscientemente a un comunista o a un miembro de un partido o grupo que sea partidario de derrocar al gobierno de Estados Unidos, sea por la fuerza o por cualquier otro método ilegal o anticonstitucional«. El capitalismo mantenía, una vez más, causa ciega común con la política de Estado.
En la lista negra figuraba el director Edward Dmytryk, que dirigió, entre otras: «The Hawk» en 1935, «Tras el sol naciente» en 1943, «El motín del Caine» y «Lanza rota» en 1954, «La mano izquierda de Dios» en 1955, «El árbol de la vida» en 1956, «El baile de los malditos» en 1958 y «Álvarez Kelly» en 1966.
Lauren Bacall, Humphrey Bogart y Katherine Hepburn
Con Dmytryk fueron procesados nueve guionistas, entre los que destacan John Howard Lawson, Adrian Scott (que también fue productor), Lester Cole («Sangre sobre el sol», «Nacida libre») y ,sobre todo, Dalton Trumbo: «Me casé con una bruja», «El último tren de Gun Hill», «Éxodo», «Espartaco», «Papillon», «Fugitivos», «Vacaciones en Roma» (Oscar al guión), «Castillos en la arena» y «El bravo» (Oscar al guión). Todos los encausados fueron obligados a declarar. La lista pronto engrosó hasta comprender a diecinueve acusados. Al final del proceso, llegaron a semejante situación más de doscientos cineastas.
Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Gene Kelly, Danny Kaye y otras estrellas de la interpretación, fundaron la asociación titulada «Comisión de la Primera Enmienda», con el objetivo de ayudar judicialmente a sus compañeros encausados, evocando que la Constitución proclamaba, en esta enmienda, la libertad de expresión y asociación. Derechos humanos que se estaban vulnerando en los procesos, debido a la intransigencia estatal.
Epílogo
Marlon Brando en «La ley del silencio»
Edward Dmytryk delató a más de veinte compañeros, por lo que, en compensación, su paso por prisión fue muy breve.
Dalton Trumbo, que había pertenecido al Partido Comunista entre 1943 y 1948, también delató, permaneciendo algunos meses en la cárcel. Tuvo que utilizar seudónimos para continuar vendiendo guiones. De esta forma, obtuvo el Oscar en 1957 («The brave one», «El bravo»), premio que no pudo recoger hasta 1975.
Lawson fue condenado a doce meses de prisión. Scott, al igual que otros muchos encausados, fue condenado a varios meses ce cárcel. El actor John Garfield también fue procesado; no delató a ningún compañero, de esta forma no pudo eludir la condena, por la que no pudo volver a trabajar en el cine. Garfield murió en mayo de 1952.
En 1954, el Estado apartó a McCarthy de su actividad política, a la vez que ilegalizó el Partido Comunista.
De esta forma, la primera y a la vez mayor democracia del mundo acabó, dentro de su territorio nacional, con cualquier desviación marxista, y por tiempo indefinido. La Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos fue efectiva el 15 de diciembre de 1791, y al igual que las otras nueve, limita la Carta de Derechos. La Primera Enmienda prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento oficial de una religión, o que impida la práctica libre de la misma o reduzca la libertad de expresión o vulnere la libertad de prensa o interfiera con el derecho de reunión pacífica o prohiba solicitar una compensación por agravios gubernamentales.