El Manierismo

tomada de encadenados.org

El Manierismo surge en el siglo XVI, en Italia (1527 exactamente, año del saqueo de Roma por las tropas de Carlos V) como contraposición al equilibrio, el orden y la armonía renacentista. Puente entre el Renacimiento y el Barroco, es considerado, hoy en día como un “arte de crisis” (religiosa, económica, social, bélica …, racionalista) con respuestas muy diversas por parte de los distintos artistas. No nos interesan las tendencias decorativas, intelectuales y cortesanas. La tendencia más oportuna en nuestro caso será la que cultiven pintores como Tintoretto (1518-1594) y El Greco (1541-1614) imbuida de una religiosidad atormentada y trascendental que afectará a la expresividad formal de sus obras. La actitud interior, ante la existencia, de estos artistas estaría también próxima a esa “condición” expresionista a la que hemos aludido en capítulos anteriores.

No hay afinidades temáticas entre ellos y las películas negras, pero sí un lenguaje plástico, consciente o inconscientemente, heredado por éstas.

Tintoretto (1518 -1594)

Hombre austero, hogareño, reservado, profundamente religioso y con una pasión desbordada por la pintura, desarrolló un arte alejado de la pomposidad de las cortes y del boato que rodeaban a su maestro, Tiziano. Poco amigo de los viajes vivió toda su vida en Venecia encerrado en su obrador con las ventanas cerradas e iluminándose con lámparas y antorchas, lo cual explica la abundancia de temas nocturnos en su obra.

El Greco (1541 – 1614)

El Greco llega España en 1576, desde su Creta natal, después de pasar por Italia, donde recibe la influencia de Tiziano, Tintoretto y Miguel Angel. De Tiziano se queda con el color irreal, de Tintoretto asume el doble punto de vista en la composición –la diopsia-:el terrenal y el divino y el alargamiento de la figuras y de Miguel Angel se influye su manierismo monumentalista. Con todos estos ingredientes elabora un lenguaje propio que cristaliza en una obra muy personal imbuida de una profunda espiritualidad.

En Toledo, donde se instaló definitivamente, encontró el clima místico acorde a su profunda religiosidad. Los paisajes de Toledo (ya sea los exentos o los que figuran al fondo de otras composiciones) pintados con tonos fríos (verdes y azules oscuros) tienen la atmósfera tenebrista de algunos paisajes nocturnos de las películas negras.

El Manierismo aporta al cine negro:

  • la eliminación del color real a favor de tonos más fríos e irreales, dirigidos más a las emociones que a la razón. El cine negro, a pesar del realismo que le  hemos atribuido, no duda en utilizar el B/N en detrimento del color por considerarlo más apropiado para expresar ese mundo/infierno torturado/interior en el que viven sus atrapados personajes.
  • el desequilibrio compositivo, creado al desplazar el centro de interés hacía los lados, creando un equilibrio asimétrico basado en la ley de compensación de masas en detrimento de la ley de la balanza clásica.
  • la tensión interna que reflejan sus obras, propias de la pérdida de confianza en el hombre y la razón y la angustia ante el futuro. El pintor manierista rompe con el academicismo anterior como el cine negro quiebra el clasicismo tranquilo y equilibrado de cierto cine complaciente americano, para traslucir la desesperanza e incertidumbre ante un mundo contradictorio.

La tensión manierista la potencian en el cine negro:

  • la deformación a la que se ven sometidas las formas. En El Greco la deformación estructural es  simbólica. En el cine negro no son deformaciones estructurales sino lumínicas, porque a pesar de su ocultamiento, sabemos que la identidad visual de los distintos elementos (personajes, objetos…) está intacta. Por ejemplo: la deformación visual que las sombras producen en el rostro de Bogart crean una tensión que desaparecería si se le iluminara con más naturalidad.
  • la oblicuidad, ya sea compositiva o creada por las miradas entre los personajes. En la secuencia inicial de Forajidos (Robert Siodmak, 1948) dos matones entran en un bar preguntando por el sueco. La composición  muestra una perspectiva en profundidad del local (confluencia de diagonales) y con la barra en primer término creando una oblicuidad añadida. Tanta inestabilidad formal crea, en el espectador, una tensión, “a priori”, que se refuerza cuando los sicarios entran en acción. La secuencia de Perversidad (Fritz Lang,1945) en la comisaría con Johnny (Dan Duryea) en el centro del encuadre y una gran mesa oblicua en primer término que acentúa la tensión del momento.
  • Las miradas en el cine negro son tan importantes como cualquier otro elemento formal, no sólo crean ejes imaginarios, como ya sabemos, sino que crean direcciones de lectura, centros de interés, dinamismo interno… En Perdición (Billy Wilder, 1944), los personajes interpretados por Fred McMurray y Barbara Stanwich se perforan con las miradas haciendo que el espacio que hay entre ellos se pulverice
  • El contraste cromático o lumínico también crea tensión. En las películas negras se aplica el contraste más absoluto posible (B/N) para acentuar ésta.

Todas estas características, presentes en las mejores obras manieristas, las reúnen también las mejores películas negras. Tanto, que algunas de ellas reproducen casi fielmente la obra de referencia.

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