Nombre | Michael Curtiz |
Actividad | Director |
Lugar de nacimiento | Budapest |
Fecha de Nacimiento | 24 de diciembre de 1888 |
Lugar de fallecimiento | Hollywood |
Fecha de fallecimiento | 10 de abril de 1962 |
Filmografia |
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Michael Curtiz, forma anglizada de su nombre artístico en húngaro, Mihály Kertész, de verdadero nombre Manó Kertész Kaminer (Budapest, 24 de diciembre de 1886 – Hollywood, 10 de abril de 1962) fue un director de cine estadounidense, originario de una familia judía húngara.
Biografía
Fue uno de los directores más prolíficos y polifacéticos de la historia del cine (llegó a rodar hasta 167 películas) a lo largo de una notable carrera de cincuenta años en que cultivó todos los géneros, y supo imprimir un gran ritmo y vitalidad a sus obras. Aunque afirmaba que nació un 24 de diciembre de 1886, tanto su fecha de nacimiento como otras circunstancias de sus primeros años están abiertos al debate, porque le gustaba contar cuentos chinos sobre sus orígenes, incluyendo que él había huido de su casa a los diecisiete años para unirse a un circo y que había sido miembro del equipo de esgrima húngaro en los Juegos Olímpicos de 1912. En realidad, Curtiz provenía de una convencional familia judía de clase media y estudió en la Universidad de Markoszy y la Real Academia de Teatro y Arte de Budapest antes de comenzar su carrera como actor y director con el nombre de Mihály Kertész en el Teatro Nacional de Hungría, en 1912. Al menos realizó una película en Hungría antes de marchar en 1913 a perfeccionar sus técnicas de cinematografía unos meses en el centro más importante de esa disciplina por entonces, en Copenhague, donde trabajó como actor en Atlantis(1913) de August Blom. Contribuyó a crear el cine húngaro dirigiendo desde entonces muchas películas, entre ellos uno de los primeros éxitos nacionales, Bánk Bán (1914). Puede decirse que su carrera cinematográfica, una de las más amplias de la historia del cine, se divide en cuatro periodos: el húngaro (1912-1918), el austriaco (1919-1925), el alemán (1925-1926) y el americano (1926-1961).
Al estallar la Primera Guerra Mundial, sirvió brevemente en el ejército austrohúngaro como artillero, pero volvió a hacer cine en 1915 y en ese año o los siguientes se casó con la actriz Lucy Doraine, de la que se divorciará en 1923. Al acabar la guerra, en Hungría empezó una guerra civil en cuyo curso tuvo problemas: el ejército de Miklós Horthy persiguió a judíos, intelectuales y comunistas; además tuvo que expatriarse cuando la industria del cine fue nacionalizada al advenir la efímera (duró algo más de cuatro meses) República Soviética Húngara de 1919. Se estableció en Viena (Austria), y allí hizo al menos 21 película para Sascha Films, entre ellos las epopeyas bíblicas Sodom und Gomorra (Sodoma y Gomorra, 1922) y Die Sklavenkönigin (1924). Esta última, lanzada en los Estados Unidos con el título de La luna de Israel, llamó la atención del productor Jack Warner, quien lo contrató en 1926 con intención de que hiciera películas similares para la Warner Brothers. Cuando marchó a Estados Unidos, dejó atrás al menos un hijo ilegítimo y una hija ilegítima, y en Hollywood se mostró asimismo como un gran mujeriego. Había realizado ya 40 películas y en el Nuevo Mundo realizará 58 largometrajes mudos y muchos más sonoros. Adicto al trabajo, no comía él mismo ni dejaba comer a los actores para aprovechar ese tiempo de rodaje, hasta que se formó el sindicato de actores y se lo prohibió; también era característico su deplorable nivel de inglés chapurreado, que hizo que, con frecuencia, un intérprete tuviera que asistir a las filmaciones para aclarar lo que decía.
Dirigió a numerosos actores, en ellos estrellas consagradas como Errol Flynn, casi siempre haciendo pareja con Olivia de Havilland, o James Cagney, en películas que han llegado a ser consideradas como clásicos: Jimmy the Gent (1933), El capitán Blood (1935), La carga de la Brigada Ligera (1936) y Robín de los bosques (1939), lo mismo que a la mítica Bette Davis en su única película en color de los años treinta, La vida privada de Elizabeth y Essex (1939).
La película que ha hecho pasar a Curtiz al Olimpo del cine fue Casablanca (1942), con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, con la que obtuvo su único Óscar. Ya no llegó a salir de los Estados Unidos, donde falleció de cáncer en 1962. Si bien el propio Curtiz había escapado de Europa antes del auge del nazismo, otros miembros de su familia no tuvieron tanta suerte y la familia de su hermana fue enviada a Auschwitz, donde falleció su marido. Curtiz aportó parte de su salario para el Fondo de Cine Europeo, asociación benéfica que ayudaba a los refugiados europeos de la industria del cine para que se establecieran en los Estados Unidos.
A comienzos de los años cuarenta y sobre todo a partir del éxito de Casablanca Curtiz se había vuelto bastante rico y ganaba 3.600 dólares por semana. Era, además, dueño de una finca enorme que poseía un campo de polo. Uno de sus compañeros habituales en este deporte era su amigo el productor de la Warner Hal B. Wallis, cuya esposa, la actriz Louise Fazenda, era muy amiga de la tercera esposa de Curtiz, Bess Meredyth, actriz y guionista. Aunque Curtiz le era frecuentemente infiel con extras y Meredyth lo dejó por un corto tiempo, permanecieron casados hasta 1961, poco antes de la muerte de Curtiz. Ella era de hecho la ayudante de dirección de Curtiz, quien apenas dominaba el inglés hablado y escrito y a menudo la llamaba para aconsejarse cuando se le presentaban problemas de rodaje. Sus principales trabajos en la década de los cuarenta fueron El lobo de mar (1941), Casablanca (1942) y Mildred Pierce (1945). Durante este periodo su estilo se consolida con su característica fluidez de movimientos de cámara, sus fuertes composiciones y sus contrastadas texturas de luz. Para ayudar en la Segunda guerra mundial dirigió la película de propaganda Mission to Moscow (1943), encargada por el propio presidente Franklin D. Roosevelt para recabar apoyo en la Unión Soviética. Otros trabajos suyos fueron Four Daughters (1938), Yankee Doodle Dandy (1942), Life With Father (1947), Flamingo Road (1949), Young Man with a Horn y The Breaking Point (1950).
A finales de los años cuarenta firmó un nuevo contrato con la Warner en virtud del cual el estudio y su propia compañía de producción iban a compartir los costos y los beneficios de sus películas posteriores. Sin embargo, estas películas empezaron a resultar un fracaso tras otro, ya fuera a causa de los cambios en la industria del cine en este período o porque Curtiz no se encontraba a gusto o porque había empezado a declinar ya como director. El caso es que hubo pleitos por medio y su relación con los hermanos Warner se rompió definitivamente en 1954. Desde ese año en adelante trabajó como director independiente.
Su primer película en esta etapa fue Sinuhé, el egipcio (1954), dirigida para la Fox y basada en la novela de mismo título del finlandés Mika Waltari. La protagonizaron Jean Simmons, Victor Mature y Gene Tierney. Dirigió después muchas películas para la Paramount, incluyendo Navidades blancas (1954), con Bing Crosby y Danny Kaye; No somos ángeles (1955), protagonizada por Humphrey Bogart; y El barrio contra mí (1958), protagonizada por Elvis Presley.
No llegó a terminar su última película, Los comancheros, pues tuvo que ser ingresado por un cáncer fulminante que acabó con su vida el 10 de abril de 1962; a causa de ello el actor principal, John Wayne, dirigió las últimas escenas, negándose a que su nombre apareciera en los títulos de crédito. Fue enterrado en el Forest Lawn Memorial Park Cemetery de Glendale, California.
Estilo
Se ha dicho a menudo que Curtiz era un director sin estilo definido: trabajó todos los géneros, no siempre aportando originalidad. Sin embargo, su estilo es muy característico; dinámico, con grandes movimientos de grúa para establecer los entornos y ambientes en que se mueven los personajes, así como ángulos de cámara inusuales; encuadres complejos, con personajes a menudo enmarcados por objetos físicos, mucho movimiento de cámara, planos subjetivos y muy marcado contraste de iluminación, con charcos de sombra. Este estilo suele poner de relieve al personaje sobre su entorno, el cual lo atrapa y representa el papel de la fatalidad y el destino; por demás, los personajes de Curtiz suelen debatirse en dilemas morales tratados más desde un punto de vista emocional que intelectual. Resumiendo, una compleja y dinámica manera de mover la cámara, composiciones robustas y texturas matizadas en la iluminación. Es uno de los representantes del clasicismo de Hollywood y es apreciado por el cinéfilo.
Miháli Kertész nacio en Budapest en 1886. Director de cine estadounidense de origen húngaro. Formado en el teatro, rodó numerosas películas en Budapest, junto a M. Stiller y V. Sjöström, y en diversos países europeos desde 1919. Instalado en Hollywood en 1926, trabajó casi en exclusiva para la Warner y demostró un sólido talento de artesano capaz también de realizar grandes títulos, como Las aventuras del capitán Blood (1935), La carga de la brigada ligera (1936), Alma en suplicio (1945) y, sobre todo, Casablanca (1943), por la que recibió el Oscar a la mejor dirección. Llevado a Hollywood por Harry Warner en 1926, durante los siguientes veinticinco años rodó más de cien títulos, muchos de ellos rutinarios, pero también otros en los que pudo desplegar su gran energía creativa. Para los críticos, su figura está íntimamente ligada al sistema de los estudios de Hollywood. A menudo ha sido calificado de técnico muy bien dotado que supo subordinar su personalidad a las exigencias de la maquinaria. Sin embargo, algunas de sus películas de los años 40 y 50 contradicen esta afirmación simplista. Su ciclo con Errol Flynn dio al cine estadounidense aventuras románticas memorables, entre las que sobresale un gran clásico como Robin de los bosques (1938), en el que Curtiz y Flynn se reencontraron con Olivia de Havilland y Basil Rathbone, tras haber participado todos ellos en la filmación de otro título emblemático del cine de aventuras, El capitán Blood (1935). El realizador húngaro tuvo la habilidad de imprimir un ritmo trepidante a la historia y logró momentos memorables, entre los cuales merecen especial recuerdo la divertida lucha entre Robin Hood y Little John o el largo y accidentado duelo final a espada entre el héroe y el villano.
También rodó excelentes filmes con Humphrey Bogart, John Garfield y James Cagney. Casablanca (1942), por la que obtuvo el Oscar, es una obra de arte ya clásica y difícilmente puede definirse como “el más afortunado de los accidentes afortunados”, en frase de Andrew Sarris. Curtiz supo engarzar a la perfección los heterogéneos elementos de un guión improvisado manteniendo en todo momento el suspense, encajó actores por cuya química nadie apostaba y manejó de modo magistral las atmósferas y los planos cortos, penetrando hasta las entrañas de los personajes. El realizador húngaro cultivó todos los géneros cinematográficos: drama social, comedia musical, western, sagas marinas, comedias de capa y espada, melodramas de gángsters y de ambiente carcelario y películas de terror y de misterio. Otros títulos destacables de su filmografía son Ángeles con las caras sucias (1938), Yanqui Dandy (1942), Pasaje para Marsella (1944), Noche y día (1946) y No somos ángeles (1955). Murio el 10 de Abril de 1962 en Hollywood.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, sirvió brevemente en el ejército austrohúngaro como artillero, pero volvió a hacer cine en 1915 y en ese año o los siguientes se casó con la actriz Lucy Doraine, de la que se divorciará en 1923. Al acabar la guerra, en Hungría empezó una guerra civil en cuyo curso tuvo problemas: el ejército de Miklós Horthy persiguió a judíos, intelectuales y comunistas; además tuvo que expatriarse cuando la industria del cine fue nacionalizada al advenir la efímera (duró algo más de cuatro meses) República Soviética Húngara de 1919. Se estableció en Viena (Austria), y allí hizo al menos 21 película para Sascha Films, entre ellos las epopeyas bíblicas Sodom und Gomorra (Sodoma y Gomorra, 1922) y Die Sklavenkönigin (1924). Esta última, lanzada en los Estados Unidos con el título de La luna de Israel, llamó la atención del productor Jack Warner, quien lo contrató en 1926 con intención de que hiciera películas similares para la Warner Brothers. Cuando marchó a Estados Unidos, dejó atrás al menos un hijo ilegítimo y una hija ilegítima, y en Hollywood se mostró asimismo como un gran mujeriego. Había realizado ya 40 películas y en el Nuevo Mundo realizará 58 largometrajes mudos y muchos más sonoros. Adicto al trabajo, no comía él mismo ni dejaba comer a los actores para aprovechar ese tiempo de rodaje, hasta que se formó el sindicato de actores y se lo prohibió; también era característico su deplorable nivel de inglés chapurreado, que hizo que, con frecuencia, un intérprete tuviera que asistir a las filmaciones para aclarar lo que decía.
Dirigió a numerosos actores, en ellos estrellas consagradas como Errol Flynn, casi siempre haciendo pareja con Olivia de Havilland, o James Cagney, en películas que han llegado a ser consideradas como clásicos: Jimmy the Gent (1933), El capitán Blood (1935), La carga de la Brigada Ligera (1936) y Robín de los bosques (1939), lo mismo que a la mítica Bette Davis en su única película en color de los años treinta, La vida privada de Elizabeth y Essex (1939).
La película que ha hecho pasar a Curtiz al Olimpo del cine fue Casablanca (1942), con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, con la que obtuvo su único Óscar. Ya no llegó a salir de los Estados Unidos, donde falleció de cáncer en 1962. Si bien el propio Curtiz había escapado de Europa antes del auge del nazismo, otros miembros de su familia no tuvieron tanta suerte y la familia de su hermana fue enviada a Auschwitz, donde falleció su marido. Curtiz aportó parte de su salario para el Fondo de Cine Europeo, asociación benéfica que ayudaba a los refugiados europeos de la industria del cine para que se establecieran en los Estados Unidos.
A comienzos de los años cuarenta y sobre todo a partir del éxito de Casablanca Curtiz se había vuelto bastante rico y ganaba 3.600 dólares por semana. Era, además, dueño de una finca enorme que poseía un campo de polo. Uno de sus compañeros habituales en este deporte era su amigo el productor de la Warner Hal B. Wallis, cuya esposa, la actriz Louise Fazenda, era muy amiga de la tercera esposa de Curtiz, Bess Meredyth, actriz y guionista. Aunque Curtiz le era frecuentemente infiel con extras y Meredyth lo dejó por un corto tiempo, permanecieron casados hasta 1961, poco antes de la muerte de Curtiz. Ella era de hecho la ayudante de dirección de Curtiz, quien apenas dominaba el inglés hablado y escrito y a menudo la llamaba para aconsejarse cuando se le presentaban problemas de rodaje. Sus principales trabajos en la década de los cuarenta fueron El lobo de mar (1941), Casablanca (1942) y Mildred Pierce (1945). Durante este periodo su estilo se consolida con su característica fluidez de movimientos de cámara, sus fuertes composiciones y sus contrastadas texturas de luz. Para ayudar en la Segunda guerra mundial dirigió la película de propaganda Mission to Moscow (1943), encargada por el propio presidente Franklin D. Roosevelt para recabar apoyo en la Unión Soviética. Otros trabajos suyos fueron Four Daughters (1938), Yankee Doodle Dandy (1942), Life With Father (1947), Flamingo Road (1949), Young Man with a Horn y The Breaking Point (1950).
A finales de los años cuarenta firmó un nuevo contrato con la Warner en virtud del cual el estudio y su propia compañía de producción iban a compartir los costos y los beneficios de sus películas posteriores. Sin embargo, estas películas empezaron a resultar un fracaso tras otro, ya fuera a causa de los cambios en la industria del cine en este período o porque Curtiz no se encontraba a gusto o porque había empezado a declinar ya como director. El caso es que hubo pleitos por medio y su relación con los hermanos Warner se rompió definitivamente en 1954. Desde ese año en adelante trabajó como director independiente.
Su primer película en esta etapa fue Sinuhé, el egipcio (1954), dirigida para la Fox y basada en la novela de mismo título del finlandés Mika Waltari. La protagonizaron Jean Simmons, Victor Mature y Gene Tierney. Dirigió después muchas películas para la Paramount, incluyendo Navidades blancas (1954), con Bing Crosby y Danny Kaye; No somos ángeles (1955), protagonizada por Humphrey Bogart; y El barrio contra mí (1958), protagonizada por Elvis Presley.
No llegó a terminar su última película, Los comancheros, pues tuvo que ser ingresado por un cáncer fulminante que acabó con su vida el 10 de abril de 1962; a causa de ello el actor principal, John Wayne, dirigió las últimas escenas, negándose a que su nombre apareciera en los títulos de crédito. Fue enterrado en el Forest Lawn Memorial Park Cemetery de Glendale, California.
Se ha dicho a menudo que Curtiz era un director sin estilo definido: trabajó todos los géneros, no siempre aportando originalidad. Sin embargo, su estilo es muy característico; dinámico, con grandes movimientos de grúa para establecer los entornos y ambientes en que se mueven los personajes, así como ángulos de cámara inusuales; encuadres complejos, con personajes a menudo enmarcados por objetos físicos, mucho movimiento de cámara, planos subjetivos y muy marcado contraste de iluminación, con charcos de sombra. Este estilo suele poner de relieve al personaje sobre su entorno, el cual lo atrapa y representa el papel de la fatalidad y el destino; por demás, los personajes de Curtiz suelen debatirse en dilemas morales tratados más desde un punto de vista emocional que intelectual. Resumiendo, una compleja y dinámica manera de mover la cámara, composiciones robustas y texturas matizadas en la iluminación. Es uno de los representantes del clasicismo de Hollywood y es apreciado por el cinéfilo.
MICHAEL CURTIZ
Director de cine de origen húngaro, nacido en Budapest el 24 de diciembre de1886 con el nombre de Manó Kertész Kaminer.
Desde su nacimiento hasta su llegada a EEUU en 1926, la vida y obra de Kertész son objeto de muchas conjeturas y pocos datos comprobados. Existen dudas que van desde la fecha de su nacimiento; hasta el hecho de si pertenecía a una familia acomodada , como citan varios autores, o si por el contrario era una familia muy pobre.
Al parecer a los catorce años abandonó el hogar familiar para dedicarse al teatro y al circo ambulante. Mas tarde realizó sus estudios artísticos en la Universidad Markosky y en la Academia Real del Teatro y de las Artes de la capital magyar, y desarrolló su carrera teatral como actor y director, se hacía llamar Mihály Kertész.
HUNGRIA
En 1908 se trasladó a la ciudad de Szeged donde entró a formar parte de la Compañía de Teatro Húngaro en 1911. En Szeged entró en contacto con el mundo del cine participando como actor y guionista y asumiendo el papel de director, aún cuando era una figura no reconocida ni valorada en aquella época, del primer largometraje de ficción húngaro “Ma és holnap” (1912). Al parecer la experiencia sirvió a Kertész para darse cuenta de dos cosas fundamentales que influyeron decisivamente en su futuro. Por un lado que quería dedicarse de lleno al mundo del cine, y por otra que no estaba en absoluto preparado para hacerlo.
En 1913 decidió pues ampliar su formación en el país que se había convertido en el más destacado dentro de la cinematografía europea: Dinamarca. Allí con la Nordisk Films Kompagni aprendió el uso de la luz artificial, de los efectos fotográficos, estudió el uso de los encuadres y de los decorados y del montaje. La Nordisk destacaba por la composición visual de sus películas y por una fórmula de trabajo eficaz, donde se producía rápido y sin exagerados costes buscando la mejor rentabilidad. Sin dudas estas fueron algunas de las claves que marcaron al director el resto de su carrera. Colaboró como ayudante de Augusto Blom en el rodaje de “Atlantis” (1913) una producción que la crítica alabó durante meses.
Tras este periodo formativo, Kerstész volvió a Hungría (aunque existen versiones que afirman que pasó antes por Estocolmo donde trabajó como ayudante de Victor Sjöström donde se encargó del rodaje de varios films, tanto en Budapest donde fue contratado por la Uher y Projectograph, como en Kolozsvár colaborando con los estudios Jëno Janovics en la dirección de “Bánk Bán” (1912). Esta película supuso el espaldarazo definitivo para su carrera.
Sin embargo el estallido de la primera guerra mundial, en la que participó sirviendo brevemente en las filas de la artillería austrohúngara, y su relación amorosa con Lucy Doraine influyeron en su carrera de forma que ese año 1915 fue menos prolífico que los anteriores.
Lucy era una bailarina de familia bien que soñaba con convertirse en estrella de cine. A pesar de la oposición paterna, se acabó casando (1918) con Kerstézs que le prometió que sus sueños se cumplirían. En 1917 se hizo cargo de una productora filial de Projectograp: Phönix, hasta finales de 1918. Durante esta etapa, el director dirigió una treintena de películas, varias de ellas interpretadas por Lucy Doraine.
La situación política en Hungría estalló en 1919, y se proclamó la República de los Consejos, una dictadura del proletariado al mando del dirigente comunista Béla Kun. La industria cinematográfica al completo fue nacionalizada. Se creó un Comité Artístico al que pertenecería Kerstész y que fue el órgano encargado de la producción cinematográfica.
Fue entonces cuando Kesrtész dirigió una producción de propaganda comunista, entre otras obras de adaptación de clásicos de la literatura.
Y cuando todo parecía ir bien, de repente Mihály y su esposa desaparecieron en mayo de 1919, sin que nadie hasta el día de hoy pueda afirmar con seguridad el motivo de su huida. Meses más tarde cayó la República de los Consejos, y el nuevo régimen inició una represión brutal llamada Terror Blanco que se cebó especialmente en el mundo del cine. Muchos consiguieron escapar y los que no lo hicieron fueron ejecutados o detenidos.
Puede que Mihály y esposa fueran avisados a tiempo o puede que fueran otras las causas de su marcha, Kerstész tenía 32 años y 40 películas en su haber cuando abandonó Hungría para no volver nunca más.
AUSTRIA
Los siguientes pasos de Kerstész le llevaron por Europa en busca del lugar idóneo para proseguir su carrera o quizás recibió una oferta de la Sascha films el caso es que acabó asentándose en Viena donde rodó una veintena de películas bajo el nombre de Michael Kerstész.
Entre ellas destacaremos, “Sodoma y Gomorra” (1922) protagonizada por Lucy Doraine. La película tuvo repercusión mundial, llegando a Hollywood donde produjo como reacción la filmación de “Los diez mandamientos” (1923) de Cecil B. de Mille que recurrió a la formula usada por Kerstész de adaptar pasajes bíblicos para el cine. Ese mismo año Mihály se divorció de Lucy y esta se quedó con la custodia de la hija habida en el matrimonio.
La Sascha Film decidió seguir el filón y contratacó con “La luna de Israel” (1918) adaptación al cine de una novela H.R. Haggart que trataba algunos pasajes bíblicos como historias de aventuras románticas. El éxito de la película fue tal en Europa que la Paramount compró los derechos de distribución en EEUU para evitar que se estrenase por miedo a que eclipsase a “Los diez mandamientos”.
Michael estaba rodando en Paris “Muñeca de Montmartre” (1925), cuando conoció a Harry M. Warner presidente de la Warner Bros que andaba a la caza de nuevos talentos. Se entrevistaron y al parecer Warner no quedó nada convencido tras el encuentro, el cineasta le pareció un hombre engreído del que perfectamente podían prescindir en la Warner. Sin embargo fueron tantos los elogios que oyó de “La luna de Israel” (1918) que se decidió a pedir una copia a la Paramount para verla a su regreso a EEUU.
En marzo de 1926 Kerstész recibió una oferta de la Warner en los siguientes términos:
Debía estar disponible en los estudios a partir de junio de ese año. Su salario quedaba fijado en 15.600 dólares anuales y la compañía se reservaba el derecho a revisar el contrato anualmente hasta 1930. Quedaba obligado a trabajar en exclusiva con la Warner, aceptando la realización de cualquier film, sin un límite máximo anual. Además le ofrecían costearle un viaje a Hungría para despedirse de los suyos y de su tierra.
Kerstész aceptó los términos del contrato pero rechazó la posibilidad de volver a Hungría; y así con casi cuarenta años y 58 películas a sus espaldas Michael Kertész dejó Europa para iniciar su nueva etapa vital y profesional.
EEUU
Llegó a NY el 6 de junio de1926, adoptó el nombre de Michael Curtiz y se estrenó con “El circo de la muerte” (1926) primera de las ocho películas que rodaría con Dolores Costello.
En el estreno de “Don Juan” (1926) primera película sonora dirigida por Alan Costard, conoció a la guionista del film Bess Meredith, de la que se enamoró perdidamente y con la que posteriormente se casó.
A su llegada a EEUU, Curtiz no hablaba inglés, y desconocía las nuevas tecnologías incipientes como el sonido y el color. Acostumbrado a utilizar la narrativa propia del cine mudo se centró fundamentalmente en el terreno visual de sus producciones.
Se vio forzado a contar con directores de diálogo que supervisaran las versiones sonoras de sus películas y dado que gran cantidad de salas de proyección no contaban con los sistemas que permitían proyectar películas sonoras, Curtiz tuvo que hacer dobles versiones (una sonora y otra muda) de sus películas.
Como dato curioso señalaré que la Warner contrató a un joven Darryl F Zanuck como guionista y más tarde, en1927 le encargó supervisar las producciones de Curtiz.
Zanuck escribía guiones mediocres que firmaba con pseudónimo, para evitar el juicio de los Warner, y se los proporcionaba a Curtiz para que los rodase; de ahí salieron penosos melodramas como “El crimen del sol” (1927).
El otro avance sin precedentes fue la llegada del color. Curtiz se estrenó con “Mammy” (1930) rodada en parte en Technicolor y totalmente sonora. Fue un gran éxito que impulsó su carrera.
A partir de 1931, debido a los efectos de la crisis, la Warner estableció un decálogo que limitaba aún más las libertades del director:
Los encargados de elegir el guión, actores y tema de la película serían los productores, nunca el director. No se permitían contactos directos entre director y guionistas, y el director no podía modificar ni una línea del guión. El director tenía la obligación de filmar un mínimo de cinco páginas del guión diarias. Los productores serían los encargados de realizar las visiones del metraje diario y decidirían si se debía repetir una escena o no.
El nuevo lema era: “Tiempo es dinero”.
Ante semejantes condiciones, me pregunto: ¿Como podían los directores dejar una impronta personal en su trabajo?
En 1933, Curtiz era ya uno de los grandes directores de la Warner, y como tal se ocupaba de solventar los problemas surgidos en otros rodajes, como sustituir a directores poco hábiles, rematar producciones mediocres y resolver adversidades varias.
A medida que aumentaba su fama, también lo hacían los continuos roces y enfrentamientos con todos en el plató. Sus accesos de ira se repetían y sus exigencias también.
Durante el rodaje de “El Capitán Blood” (1935) surgieron diferencias con Hal Wallis (que por entonces había sustituido a Zanuck) y sobre todo con Errol Flynn. A pesar de ello Curtiz estaba entusiasmado con el proyecto y decidió hacerlo a su manera olvidándose directrices de sus superiores.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la correspondencia cruzada entre Wallis y Curtiz con motivo del vestuario de Flynn en “El Capitán Blood”, escribía un airado Hal B. Wallis:
“He hablado contigo mil veces hasta amoratarme sobre el vestuario de esta película… ahí estaba el Capitán Blood con una bonita chaqueta de terciopelo con vuelo en los bajos y cuello de encaje, vestido justamente como me opuse cuando hablé contigo… ¿Qué diablos te pasa?¿Porque te empeñas en hacer todo lo que yo te digo que no hagas? ¿Que tengo que hacer para que sigas mis indicaciones? “
La película fue un éxito, lanzó al estrellato a sus protagonistas y abrió una nueva etapa de cine de aventuras y espectacular que en el que Curtiz destacó como el mejor.
Y la producción de películas seguía imparable. En el rodaje de “The case of the curiose bride” (1935) Jack Warner insistió en dar un papel a Errol Flynn (su nuevo protegido) y escribía a Wallis la siguiente nota: “Me ha llegado la típica queja de Mike Curtiz y Brown al respecto de utilizar a Errol Flynn. Espero que no te influya, porque quiero que salga en esta película, primero porque me avergüenza que gente como Curtiz o Brown se opongan a una de nuestras órdenes… Asegúrate de que esté en la película”.
Curtiz accedió y le dio a Flynn el papel de un cadáver que aparecía en la morgue durante unos segundos. La maniobra de Curtiz no sentó nada bien a Warner que acabó obligándole a filmar un flashback en el que apareciera Flynn con vida.
El siguiente gran éxito fue “La carga de la Brigada Ligera” (1936), donde la obsesión por el detalle con la que trabajaba Curtiz le llevó a a conseguir los auténticos uniformes del XXVII Cuerpo de Dragones, además de dedicar una minuciosa atención a los decorados.
Jack Warner consideraba todo aquello una tontería y por supuesto no daba su aprobación instando a Wallis para que recordase al director que debía limitarse a la historia y dejar los decorados para el decorador. Su relación con Errol Flynn empeoró por el poco interés que el galán mostraba en el rodaje, Flynn olvidaba continuamente sus diálogos por lo que Curtiz llegó a decirle: “¡Qué holgazán eres! Te recogí cuando eras un cadáver y te convertí en un héroe. Ahora, te volveré a convertir en un cadáver y en un vagabundo”.
A continuación llegó “Stollen Hollyday” (1936), en la que coincidió por primera vez con Claude Rains que se convirtió en uno de sus actores favoritos.
1938 fue el año de gloria para Curtiz, dirigió “Robin de los bosques”, “Four daughters” y “Angeles con Caras Sucias” por las que fue nominado al Oscar como mejor director.
En el rodaje de esta última Jack W. envió una nueva notita al director, que resulta muy aclaratoria respecto a las condiciones de trabajo a las que estaba sometido Curtiz: “… quiero que demuestres que eres capaz de hacer al película en treinta días, sé que puedes hacerlo si te limitas a rodar la historia……….Si dejas de lado todos los movimientos superfluos de cámara…..para tu información en el caso de sister Act (Four Daughters) han sido eliminados 600 metros de los que tu rodaste con esfuerzo y tiempo…..¿Crees que esto es un buen negocio y un despliegue inteligente? Sabes que no, así que deja las dobleces a un lado y rueda realmente la historia”.
En 1939 consiguió el Oscar a mejor director por el cortometraje histórico “Sons of liberty” (1939). Ese mismo año Curtiz recibió una oferta de la Paramount para rodar con ellos, pero acabó rechazándola.
Era un buen momento para el director y lo aprovechó para pedir un favor personal a los hermanos Warner. Michael quería que intercediesen para sacar a su familia de Hungría donde la segunda guerra mundial estaba en ciernes. Jack Warner accedió y llegó a un acuerdo con las autoridades húngaras.
Curtiz siguió trabajando incansablemente: “El halcon del mar” (1940), “La vida privada de Elisabbeth y Essex” (1939) “Four wives” (1939), “Oro amor y sangre” (1939), “Dodge, ciudad sin ley” (1938)…
En 1941 en el rodaje de “Murieron con las Botas Puestas” la relación entre Curtiz y Errol Flynn se deterioró por completo, ambos acabaron enzarzandose en una pelea a puñetazos en el plató y tuvieron que ser separados por los técnicos del rodaje. Así acabó para siempre la colaboración entre ambos. Curtiz fue retirado de la película y aseguró que no volvería a trabajar nunca con Flynn.
En 1942 llegó “Casablanca”, un film entre los film al que dedicaremos en su momento toda nuestra atención. Sin embargo valga decir que lo más característico de su planificación fue la falta de planificación, las decisiones se iban tomando a medida que surgían los problemas.
Los actores no llegaron a entender lo que estaban rodando hasta que no vieron el resultado final. En cuanto a la autoría de esta magnífica película también está repartida, indudablemente Curtiz la dirigió, y consiguió por ello el Oscar al mejor director, pero otros muchos han querido atribuirse el mérito. Parece evidente que el caos que rodeó el rodaje facilitó a Curtiz las cosas. Es más fácil obviar las indicaciones de los superiores cuando estas son confusas. Sabemos además que dirigió a los actores con suma parquedad informándoles de lo mínimo necesario para el rodaje de la escena en la que estuvieran centrados en ese momento.
Y con «Casablanca» llegó el Oscar al mejor director, tras cuatro nominaciones previas por «Yanqui Dandy», «Angeles con caras sucias», «Four Daughters» y «El Capitán Blood».
¿Quién sabe si por fin el artesano Curtiz encontró la libertad para plasmar todo su arte gracias al desorden? O si por el contrario el resultado fue obra de la conjunción de circunstancias y de la casualidad. Personalmente prefiero pensar en la primera opción.
La década de los 40 supuso un descenso en la producción de películas de los estudios, Curtiz pasó de rodar ocho o nueve películas al año a dos o tres, en 1944 filmó “Alma en suplicio” (Mildred Pierce), en la que Curtiz recuperó parte de la tradición expresionista europea, y dedicó su atención a la fotografía para conseguir tomas del estilo del cine negro.
En 1944 empezó a rodar “Noche y día”, y por primera vez en su carrera decidió abandonar el rodaje, desesperado por los errores del equipo de sonido y por los constantes choques con Cary Grant.
Esta experiencia le llevó a tomar una decisión que llevaba tiempo rumiando, decidió independizarse. Curtiz deseaba formar una compañía propia bajo la protección del estudio y aunque las negociaciones fueron confusas y tirantes, finalmente llegaron a un acuerdo.
La Warner no deseaba perder a un director tan rentable y por fin se fundó la Michael Curtiz Productions con el 51% de las acciones para Curtiz y el otro 49% para la Warner.
Con la independencia llegó la libertad absoluta para elegir sus proyectos y sus repartos; el estreno se hizo con “The Unsuspected” (1947) seguido de “Romanza en alta mar” (1947), “My dream is yours” (1948) y “Flamingo Road” (1948).
Pero al parecer el talento administrativo de Curtiz no podía equiparase con el de sus habilidades como director y la Michael Curtiz Productions no tardó en hundirse financieramente. Apenas había durado dos años y cuatro películas.
La Warner volvió a negociar con él ofreciéndole un acuerdo que no pudo rechazar.
Mientras tanto la Warner no escapó de la caza de brujas. Los antecedentes comunistas del director y el film, “Missión to Moscú” (1942) atrajeron el interés del senador McCarthy. La buena mano de Warner en esta ocasión dejó a Curtiz a salvo del problema.
En 1953 Michael Curtiz abandonó los estudios Warner Bros, después de 26 años.
Las razones fueron múltiples. Por un lado los cambios en el mundo del cine dejaron a las grandes glorias en segundo plano y Curtiz fue uno de ellos, por otro la insistencia de Warner en no aceptar que el hermano de Curtiz, David C. Curtiz, trabajase en los estudios y por otro los continuos recortes en el porcentaje de beneficios que le correspondían.
La separación fue amistosa, Curtiz se fue a la Paramount con un contrato por siete años y sin exigencias de exclusividad. Con ellos rodó “Navidades blancas” (1953) estrenando el sistema Vistavisión, “No somos ángeles” (1955), “El Rey vagabundo”(1955) y “The Scarlet hour” (1956).
En 1957 mientras rodaba el “Rebelde orgulloso” le fue diagnosticado un cáncer.
El director, a pesar de que su salud empeoraba día a día, siguiendo haciendo lo que siempre había hecho: dirigir películas. Así surgieron “El barrio contra mí” (1958) con Elvis Presley, y la oportunidad de volver a Europa de la mano de Carlo Ponti para rodar “Escándalo en la corte” (1960). Ese año se separó de Bess Meredith su esposa.
Dado lo precario de su salud volvió EEUU donde dirigiría su última película: “Los Comancheros” con John Wayne (1961) Murió el 11 de abril de 1962.
FILMOGRAFIA AMERICANA
-Los comancheros (1961) «The Comancheros»
-Francisco de Asís (1961) «Francis of Assisi»
-The Adventures of Huckleberry Finn (1960)
-Escándalo en la corte (1960) «A Breath of Scandal»
-The Man in the Net (1959)
-El justiciero (1959) «The Hangman»
-El barrio contra mí (1958) «King Creole»
-El rebelde orgulloso (1958) «The Proud Rebel»
-Para ella un solo hombre (1957) «The Helen Morgan store
-The Best Things in Life Are Free (1956)
–El rey vagabundo (1956) The Vagabond King
–The Scarlet Hour (1956)
-No somos ángeles (1955) «We’re No Angels»
-Navidades blancas (1954) «White Christmas»
-Sinuhé, el egipcio (1954) «The Egyptian»
-El muchacho de Oklahoma (1954) «The Boy from Oklahoma»
-Un conflicto en cada esquina (1953) «Trouble Along the Way»
-The Jazz Singer (1952)
-The Story of Will Rogers (1952)
-I’ll See You in My Dreams (1951)
-Jim Thorpe, el declive de un campeón (1951) «Jim Thorpe — All-American»
-La fuerza de las armas (1951) «Force of Arms»
-Punto de ruptura (1950) «The Breaking Point»
-El rey del tabaco (1950) «Bright Leaf»
-El trompetista (1950) «Young Man with a Horn»
-The Lady Takes a Sailor (1949)
-Flamingo Road (1949)
-My Dream Is Yours (1949)
-Romance on the High Seas (1948)
-The Unsuspected (1947)
-Recursos de mujer (1947) «Life with Father»
-Noche y día (1946) «Night and Day»
–Alma en suplicio (1945) «Mildred Pierce»
-Roughly Speaking (1945)
-Janie (1944)
-Pasaje para Marsella (1944) «Passage to Marseille»
-This Is the Army (1943)
-Mission to Moscow (1943)
–Casablanca (1942)
-Yanqui Dandy (1942) «Yankee Doodle Dandy»
-Capitanes de las nubes (1942) «Captains of the Clouds»
-Dive Bomber (1941)
–El lobo de mar (1941) «The Sea Wolf»
-Camino de Santa Fe (1940) «Santa Fe Trail»
-El halcón del mar (1940) «The Sea Hawk»
-Oro, amor y sangre (1940) «Virginia City»
Cuatro esposas (1939) «Four Wives»
-La vida privada de Elisabeth y Essex (1939) «The Private Lives of Elizabeth and Essex»
-Daughters Courageous (1939)
-Sons of Liberty (1939)
-Dodge, ciudad sin ley (1939) «Dodge City»
–Ángeles con caras sucias (1938) «Angels with Dirty Faces»
-Four Daughters (1938)
-Four’s a Crowd (1938)
–Robin de los bosques (1938) «The Adventures of Robin Hood»
-En busca de oro (1938) «Gold Is Where You Find It»
-The Perfect Specimen (1937)
–Kid Galahad (1937)
-Mountain Justice (1937)
-Stolen Holiday (1937)
-La carga de la Brigada Ligera (1936) «The Charge of the Light Brigade»
-Los muertos andan (1936) «The Walking Dead»
–El capitán Blood (1935) «Captain Blood»
-Little Big Shot (1935)
–La que apostó su amor (1935) «Front Page Woman»
-The Case of the Curious Bride (1935)
-Infierno negro (1935) «Black Fury»
-El agente británico (1934) «British Agent»
-The Key (1934)
-Jimmy the Gent (1934)
-Mandalay (1934)
-Hembra (1933) «Female»
-Matando en la sombra (1933) «The Kennel Murder Case»
-Goodbye Again (1933)
-Private Detective 62 (1933)
-The Keyhole (1933)
-Los crímenes del museo (1933) «Mystery of the Wax Museum»
-Veinte mil años en Sing Sing (1932) «20,000 Years in Sing Sing»
-Esclavos de la tierra (1932) «The Cabin in the Cotton»
-Doctor X (1932)
-¿Hay mujeres así? (1932) «The Strange Love of Molly Louvain
-Su gran sacrificio (1932) «Alias the Doctor»
-The Woman from Monte Carlo (1932)
-El ídolo (1931) «The Mad Genius»
-God’s Gift to Women (1931)
-Dämon des Meeres (1931)
-A Soldier’s Plaything (1930)
-River’s End (1930)
-Bright Lights (1930)
-The Matrimonial Bed (1930)
-Under a Texas Moon (1930)
-Mammy (1930)
-Hearts in Exile (1929)
-The Gamblers (1929)
-Madonna of Avenue A (1929)
-Glad Rag Doll (1929)
-El arca de Noé (1928) «Noah’s Ark»
-El supremo ardid (1928) “Tenderloin”
-Good Time Charley (1927)
-El crimen del sol (1927) “The Desired Woman”
-La mujer vendida (1927) “A Million Bid”
-El circo de la muerte (1926) “The Third Degree”
Durante 35 años Michael Curtiz dirigió más de 100 películas (en su haber se computan 167 en total, siendo el tercer director más prolífico de la historia del cine) llegándose a imponer como uno de los directores de mayor éxito del séptimo arte. Abordó todos los géneros desde la comedia sentimental al drama, pasando por el western, los films de aventuras, los relatos históricos y la comedia musical. Las grandes estrellas de la época dorada de Hollywood actuaron ante sus cámaras: Errol Flynn, James Cagney, Bette Davis, Gary Cooper, Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Olivia de Havilland, Burt Lancaster, Kirk Douglas, Elvis Presley, Lauren Bacall, Sophia Loren, John Wayne…
Dicen de él que fue un conquistador empedernido y que tuvo hijos ilegítimos con sus amantes. Que su sentido del humor le llevaba a crear juegos de palabras y confusión con el inglés, que al parecer dominaba, y que era hermético con su pasado.
Pero la pregunta aún por contestar de forma unánime es si Michael Curtiz fue un artesano o un autor. Nadie duda de la calidad de su trabajo, ni de que haya sido en su momento un faro en el panorama del cine mundial, ni de su visión ecléctica; la calidad de sus películas hablan por sí mismas; y sin embargo su nombre hoy parece haber quedado en segundo plano.
¿Estamos ante un excelente profesional o ante un artista que supeditó su talento al engranaje de los estudios?
Para responder esta y otras muchas cuestiones abrimos la zona de comentarios.