Nombre | Jules Dassin |
Actividad | Director |
Lugar de nacimiento | Middleton Connecticut |
Fecha de Nacimiento | 18 de diciembre de 1911 |
Lugar de fallecimiento | Atenas Grecia |
Fecha de fallecimiento | 31 de marzo de 2008 |
Filmografia |
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Julius Dassin (18 de diciembre de 1911, Middletown (Connecticut), Estados Unidos – 31 de marzo de 2008, Atenas, Grecia) fue un guionista, escritor, actor y director de cine estadounidense de origen judío-ruso. Es padre del cantante Joe Dassin.
Tras una importante carrera cinematográfica, entre 1941 y 1950, acabó trasladándose a Francia, al ser incluido en la lista negra de Hollywood durante el macarthismo. Allí cambió su nombre por el de Jules, continuando con su profesión. Finalizó rodando en colaboración con Grecia.
Biografía
Julius Dassin fue uno de los 8 hijos de Samuel Dassin, un barbero y Berthe Vogel, inmigrantes rusos de religión judía.
Entre 1934 y 1936 estudió arte dramático en Europa; luego trabajó de 1936 a 1939 en el Yiddish Proletarian Theatre (ARTEF) de Nueva York como actor y director, produciendo al mismo tiempo programas radiofónicos. En esa década fue militante de izquierda, pero en 1939, con el pacto germano-soviético, abandonó la afiliación expresa.
A partir de 1940, trabajó en Hollywood en calidad de ayudante de dirección de Alfred Hitchcock. Un año más tarde debutó como realizador, e hizo varias películas sobre la época, como El agente nazi y Reunión en Francia. Más autónomo es su film inspirado en una historia de Oscar Wilde, El fantasma de Canterville.
Lo mejor de su obra se inscribe en el cine de gángsters y policiaco de posguerra: Fuerza bruta (Brute Force, 1947), La ciudad desnuda (The Naked City, 1948), que es al tiempo un documental sobre Nueva York, y Mercado de ladrones(Thieves’ Highway, 1949). Son películas de gran valor visual, que a menudo se han incluido en el llamado ‘cine negro’.1
Estaba dotado de un estilo realista, muy incisivo y acaso violento. Por las denuncias, en la persecución maccarthista, le llevó a exiliarse en Europa. En 1950, Dassin rodó en Londres Noche en la ciudad con el actor Richard Widmark en el papel principal. Realizó en Francia, conocido ya como Jules Dassin, las muy recordadas Rififi (Du rififi chez les hommes, 1954) y Nunca en domingo (1960).
Luego, casado con la actriz Melína Merkoúri desde 1966, realizó la parte de su obra en Grecia, como por ejemplo El que debe morir (Celui qui doit mourir, 1956), según la novela Cristo nuevamente crucificado de Nikos Kazantzakis.
Jules Dassin falleció de gripe el 31 de marzo de 2008, a los 96 años de edad.
Candidaturas
Oscar
Año | Categoría | Película | Resultado |
---|---|---|---|
1960 | Oscar a la mejor dirección | Nunca en domingo | Candidato |
1960 | Oscar al mejor guion original | Nunca en domingo | Candidato |
SE APAGÓ LA ESTRELLA DE JULES DASSIN
En la tarde de ayer falleció en Atenas, a los 97 años, el cineasta de origen norteamericano Jules Dassin. Nacido en la ciudad de Middletown, Connecticut, Dassin era uno de los ocho hijos de un matrimonio judío que había emigrado desde Rusia a los Estados Unidos, y ostentaba desde hace varias décadas la ciudadanía griega.
Considerado en Grecia como un gran filheleno, se le llegó a calificar de «griego de primera generación». El mismo director cinematográfico había declarado:»Siempre me he sentido griego, incluso mucho antes de serlo oficialmente. Grecia es mi hogar».
Entre 1934 y 1936 estudió arte dramático en Europa; y de 1936 a 1939 actuó en el Yiddish Proletarian Theater de Nueva York como actor y director, al tiempo que producía algunos programas radiofónicos. A partir de 1940, trabajó en Hollywood como ayudante de dirección, debutando como realizador en 1942.
Colocado en la lista negra de Hollywood tras la Segunda Guerra Mundial, la persecución maccarthista le llevó a exiliarse a Europa, donde continuó con su labor artística primero en Francia y después en Grecia.
Contrajo un primer matrimonio con Beatrice Launer, con la cual tuvo dos hijos: el famoso cantante francés Joe Dassin (fallecido en 1980 y cuya temprana muerte le provocó una profunda crisis) y la acriz Julie Dassin.
El gran amor de su vida fue, sin embargo, la entonces actriz y luego ministra griega de Cultura, Melina Merkuri, a quien conoció en el Festival de Cannes en 1955, donde ganó el premio al mejor director por la película «Rififí». Contrajo matrimonio con Merkuri, pero la pareja no tuvo hijos. Juntos rodaron las películas «Ποτέ την Κυριακή» («Nunca en domingo»), «Τοπ Καπί» (Topkapi) y «Φαίδρα» (Fedra). Tras la muerte de su esposa, Dassin se convirtió en presidente de la Fundación Melina Merkuri, la cual tenía como principal objetivo promocionar la creación del nuevo Museo de la Acrópolis y la promoción y difusión de la cultura griega. Por medio de la Fundación que dirigía, Dassin se dedicó a trabajar en el proyecto por el que había luchado su esposa: lograr el retorno a Grecia de los Mármoles de Elgin, las esculturas y frisos del Partenón que se encuentran en el Museo Británico de Londres.
Conocido también por su activismo en contra de la dictadura durante el período de la Junta de los Coroneles en Grecia, sobre aquella época declaró:»Viví un exilio diferente desde 1967 hasta 1974. Rodé tan sólo una película porque mi corazón sólo sentía una gran decepción por la dictadura en Grecia. Me consagré a Melina permaneciendo a su lado el mayor tiempo posible. El cine no estaba en nuestro pensamiento».
«Me duele tener que criticar a la organización del festival porque han hecho otras cosas magníficamente», dice el cineasta «Pero creo que han caído en el error invitando a Dinytryk. Me habían informado de su intención mucho antes. Yo, por mi parte, les reconocí su derecho a querer oír las dos interpretaciones, antagónicas, de los hechos pero me reservé el mío a no querer sentarme en una misma mesa con Dinytryk. Un tanto optimistas, los organizadores del festival creyeron que sería el propio Dmytryk quien declina ría la invitación. No ha sido así y una vez en Barcelona me he encontrado ante el dilema: ¿qué hacer, marcharme de Barcelo na o criticar abiertamente a Dmytryk?. Con inocencia, creí que lo segundo podía funcionar y los resultados están a la vista: me he equivocado».Dassin desconoce si antes, en algún otro lugar, se había in tentado ya debatir en torno a período de la caza de brujas. No le pareció mala idea que en Es paña, «en donde se ha sufrido incluso mayores persecuciones en contra de la libertad de ex presión», se quisiera obtener lecciones de un período del pasado norteamericano. «Pero, aunque sea una lástima, no ha servido de nada intentar hablar, ni nada nuevo ha podido ser dicho al respecto».
Dassin establece el calificativo «batalla» para explicarse qué pasó en aquel entonces: «Una batalla contra un poder que pretende ahogar los intentos de expresión libre y crítica de quienes creen que tienen algo que ofrecer, algo que decir. Como en toda batalla, para ganarla se necesita de una estrategia y la gente que ya en el primer momento acepta callar, pierde. Pero pierde sin remedio. Es una cuestión de reflejos, uno debe ser capaz de decir ‘no, no callaré,’ aunque le prometan poder hablar mejor más tarde si se calla al principio».
Aunque reconoce que la persecución en Hollywood no llegó a los extremos que se dieron en otros ámbitos, Dassin asegura que «hay muchas clases de muertes y la moral es una de ellas». Y añade: «No creo en la existencia de dos bandos, de buenos y malos. Se trata de un grupo sólo de personas malheridas que, demasiado implicadas en la historia, tienen dificul tades a la hora de juzgar los he chos con objetividad».
Jules Dassin, defensor acé rrimo de los cines denominados nacionales, lamenta que el exilio le haya llevado, a menudo, a rozar el producto más «internacional». «Siempre he hecho un esfuerzo por adaptarme a otros países, a otras culturas. En realidad añoro mi país y le necesito».
En 1968, Jules Dassin volvió a rodar en los EEUUU. Se trataba de un filme sobre la marginación de los negros que tuvo problemas. A pesar de ello afirma que «el macartismo es hoy impensable en mi país. El americano es un personaje esencialmente demócrata. Incluso cuando comete errores, los hace creyendo defender la democracia. Pero los media le influyen y manipulan».
A pesar de las dudas sobre el sentimiento político de su país, Dassin confia en poder rodar allí, en un futuro próximo, un filme biográfico. El guión está escribiéndolo ya.
Lo esencial: Las 8 mejores películas de Jules Dassin
A raíz de nuestros Jean-Pierre Melville Essentials de la semana pasada, dedicamos esta entrega de la serie a otro maestro de noir que a menudo está relegado al margen en las listas de directores de renombre. A pesar de cómo su nombre podría verse en el papel, Jules Dassin nació en Middletown, Connecticut, de padres judíos rusos (y para que conste, su nombre se pronuncia como ‘Jewels DASS-in’). Después de un breve periodo de actuación con una compañía yiddish, dirigió su atención a la dirección. Con unos pocos MGMfotos en su haber antes de la Segunda Guerra Mundial, no fue hasta finales de los años 40 que Dassin fue reconocido como uno de los talentos más destacados de la era. Pero sus inclinaciones políticas izquierdistas surgieron durante las audiencias del Comité de Actividades de la Casa de las Américas, y fue uno de los muchos cineastas estadounidenses en la lista negra de Hollywood.
Dassin se vio obligado a mudarse a Europa, y después de un corto período de desempleo, recuperó su estatus como director furiosamente creativo. No solo filmó sus películas en el lugar, sino que también fue un filósofo cinematográfico, mostrando una habilidad especial para descubrir la naturaleza humana a través de una variedad de riesgos laborales. Ya sea el San Francisco blanqueado por el sol de “ Thieves ‘Highway ”, los puertos marítimos de “ Never On Sunday ” y “ The Law ” o las selvas de concreto europeas en “ Rififi ” y “ Topkapi ”, sus ambientes son componentes vitales en su Cuentos y son tremendamente emblemáticos de los peligros de sus personajes.
Al celebrar la nueva restauración de su obra magna meditativa “Rififi” (que comienza su carrera de una semana en el Foro de Cine este miércoles ), nos encontramos con las mejores películas de este formidable maestro .
«Fuerza bruta» (1947)
A finales de los años 40, Dassin ya había dirigido a personajes como John Wayne y Joan Crawford (» Reunión en Francia «), Charles Laughton (» El fantasma de Canterville «) y Lucille Ball (» Dos personas inteligentes «) Pero no fue hasta este, su octavo largometraje , que comenzó a pasar del director de buen actor al gran director, punto. “No es astucia, no es imaginación. Sólo fuerza. Fuerza bruta «, bromea Art SmithEl alcohólico Dr. Walters, “la fuerza hace líderes. Pero … también los destruye «. A pesar de su consumo de alcohol, Walters es el personaje más sobrio de la prisión en la película, mientras que los convictos ansiosos por escapar como Collins ( Burt Lancaster , en el segundo papel de su carrera), Spencer ( John Hoyt ) y Gallagher ( Charles Bickford ), así como el guardia pasivamente psicótico Capitán Munsey ( Hume Cronyn ), lentamente pierden su control sobre la realidad, ya sea a través de la prisa o la arrogancia. El guión es de Richard Brooks.Los primeros esfuerzos, un esfuerzo arcaicamente inequívoco, pero gracias a la hábil percepción de Dassin con los actores, cada personaje es casi instantáneamente atractivo. El tono noir-ish de este drama clásico temprano de la prisión se ve acentuado por la envolvente fotografía en blanco y negro de William H. Daniels , la estructura fuera de ritmo de los flashbacks encantadores y las mujeres de los prisioneros «en el exterior» (curiosamente acreditadas como tal en la apertura), y Calypso ( Sir Lancelot), un preso que cómicamente canta casi todo lo que dice en forma de canción calmante. Con «Brute Force», Dassin, un maestro de la dirección de ubicación, crea mucho espacio para respirar en uno de sus entornos más claustrofóbicos a través del cuidadoso movimiento de la cámara y el ingenioso encuadre, estableciendo un alto nivel para la gran cantidad de películas de escape de la prisión. A medida que se adentra en los instintos más bajos de hombres de todos lados, ya sea encarcelados por su sed de poder o por su renuencia a rendirse, pocas películas pueden compararse.
«The Naked City» (1948)
Antes de ingresar a los gimnasios de lucha libre de Londres en » Night and The City «, o de ir a las lujosas calles de París en «Rififi», Dassin desobedeció la corrupción en las calles de la ciudad de Nueva York. Si bien su nombre podría no ser el más brillante entre los directores de cine y crimen más influyentes, Dassin, «La ciudad desnuda», es la única exposición necesaria para demostrar que elevó el género a su manera. Profundamente impresionados por los neorrealistas italianos, por el noticiero cinematográfico visto tres años antes en » House on 92nd Street » de Henry Hathaway , y por el fotógrafo de Nueva York Weegee (como Arthur Fellig), Dassin entrelazó la historia de su película con su ambientación en una combinación explosiva de estilos para hacer de la «Ciudad Desnuda» un personaje furiosamente convincente. La película persigue con su enfoque semi-documental sumamente efectivo mientras se asemeja a un puñado de vidas aleatorias entre ocho millones de neoyorquinos, antes de concentrarse en el asesinato de una niña. Seguimos al teniente Muldoon (un Barry Fitzgerald que roba escenas)) y su unidad mientras buscan a su asesino, antes de que termine con una nota emocionante con una secuencia de persecución deslumbrante. «The Naked City» es famosa por ser una de las primeras tomas de Nueva York filmadas por completo en el lugar, pero lo que es aún más fascinante es que Dassin filmó en público con cámaras ocultas para obtener el ambiente más auténtico posible. Las tomas aéreas a vista de pájaro, la puesta de sol bajo el puente de Brooklyn y esas luces icónicas de Manhattan en la noche le dan a la película un pulso «que nunca deja de latir», como nuestro narrador, navegante y guía de turismo casi sin nombre ( Mark Hellinger ) lo elocuentemente lo pone. Continuó para inspirar un programa de televisión fantásticamente popular del mismo nombre, que se desarrolló desde 1958-1963.
«Carretera de los ladrones» (1949)
Digamos que se le pidió que nombrara el primer escenario que le viene a la mente cuando oye la frase “cine negro”. Junglas urbanas metropolitanas, salas de bares llenos de humo, caminos oscuros en los callejones … ¿verdad? Fresno cocido al sol y su hampa de frutas del mercado negro casi no estarían en la mente de nadie, pero Dassin tomó el guión de AI Bezzerides para «Thieves ‘Highway» y lo hizo brillar a la luz de la luna como una película sensual llena de giros y giros inesperados, con todo el encanto y la violencia mercurial de los noirs más suculentos. El ex veterano de la guerra Nick ( Richard Conte ) regresa a casa a una escena aparentemente idílica con sus padres ( Morris Carnovsky y Tamara Shayne ) y la futura esposa Polly ( Barbara Lawrence), pero se rompe el corazón cuando se entera de que su padre perdió las piernas en un accidente de camión causado por el astuto vendedor de productos de San Francisco Mike Figlia (el incomparable Lee J. Cobb ). Forjando una alianza poco probable con el conductor de camión endurecido Ed ( Millard Mitchell ), quien mantuvo el camión de su padre «junto con escupir», una línea tan buena, se usa dos veces. Nick decide descargar una cosecha temprana de manzanas Golden Delicious a Figlia, y Para inculcar un poco de justicia. Los planes están deliciosamente frustrados una vez, la zorra italiana Rica (la entonces novia de Dassin, Valentina Cortese)) le pone sus «manos suaves, uñas afiladas» a Nick. «Thieves ‘Highway» ofrece a Cone-eyeded Conte la plataforma perfecta para equilibrar el estilo melodramático con un temperamento de fusión corta, y el resto del reparto —Cobb, Mitchell y Cortese especialmente— brindan un apoyo sólido, pero es realmente la naturaleza impredecible de la película que la convierte en una de las más entretenidas y mejores de Dassin. El desglose de la camioneta de Nick que forma el vínculo entre él y Ed; la emocionante secuencia de la carretera cuando el camión de Ed le falla; El sospechoso que Rica atrae a Nick; los estallidos de humor de las impactantes frases de Figlia: todos estos elementos hacen de «Thieves ‘Highway» una película envolvente que no se parece a una ráfaga de brisa fresca en un caluroso día de verano.
“La noche y la ciudad” (1950)
Hecho en medio de su calvario de listas negras ( Darryl Zanuck le dijo que se le impediría trabajar en el futuro, pero que aún tenía tiempo para cumplir su obligación contractual con 20th Century Fox : el director no pudo para poner un pie en la propiedad del estudio para terminar la película y no supervisar el proceso de puntuación), «Night & The City» marca acertadamente un punto medio en la carrera de Dassin, ya que es tanto una imagen de Hollywood como el comienzo de su período europeo. Basado en una novela de Gerald Kersh(que Dassin confesó que nunca había leído), es un raro ejemplo de un noir ambientado en Londres, siguiendo a Harry Fabian ( Richard Widmark), un estafador norteamericano duro que comienza un plan para ejecutar la escena de lucha local con un veterano peleador griego ( Stanislaus Zbyszko ), poniéndolo cara a cara con el hijo del hombre ( Herbert Lom ). Es un cuento agradable y enrevesado, con el frenético héroe de Widmark, siempre en la pata de atrás, corriendo por un Londres que rara vez se siente como un laberinto como lo hace aquí. Al igual que con «The Naked City», la película es tanto un retrato de un lugar como su personaje principal, y es esta versión seminal de Londres la que más perdura en la memoria. La magnífica fotografía de claroscuro de Max Greene otorga una poesía caprichosa y aturdida a un lado no glamoroso de la ciudad, y Jo Eisinger (» GildaEl guión de «) lo llena con una serie de personajes profundamente convincentes, desde la trágica y buena novia de Harry, Mary ( Gene Tierney , elenco porque Zanuck creía que la actriz era suicida y se beneficiaría del trabajo), a parte femenina y fatal, parte -la inocente Helen ( Googie Withers , protagonista de la otra gran foto del crimen de Londres del período » Siempre llueve el domingo «). La gran pesadilla que Dassin crea equivale a una imagen vívida de la posguerra de Londres, una de las películas de estudio más duras e inflexibles de la época, y posiblemente el mejor trabajo del director ( la nueva versión de Irwin Winkler en 1992 tampoco es mala, presentando uno de los turnos más subestimados de Robert De Niro ).
«Rififi» (1955)
Una vez que llegaron los 50, Dassin se encontró en las calles de París, casi sin hablar francés y desesperadamente bajo en fondos. Le tomó algunos años encontrar el equilibrio, pero una vez que convenció a Jean-Pierre Melvillepara que le diera las riendas de una película de robo, la joya de la corona de su obra tomó forma. Trabajando con un presupuesto bajo, sin un reparto estelar y con un libro que no le gustaba especialmente, el director hizo algunos cambios de forma cinematográficos para hacer de «Rififi» la obra maestra inolvidable del crimen que es, y un «canto al trabajo». ”Como señala el gran ensayo de Criterio de Jamie Hook . Enfocado en un viejo gángster canoso recién salido de la cárcel, Tony «le Stephanois» ( Jean Servais), la película se mezcla con la tensión forjada del cable del piano, ya que detalla de manera experta la orquestación de un atraco de joyas. Cocinado por el protegido de Tony Jo ( Carl Mohner ) y el ladrón italiano local Mario Ferrati ( Robert Manuel ), y asistido fatalmente por el seguro amigo de Mario, César (Dassin mismo, como ‘Perlo Vita’), el robo anticipó el » Le Cercle Rouge » de Melville.”Por 15 años y ocupó una cuarta parte del tiempo de ejecución de la película en un silencio casi total. Servais es la imagen de escándalo del clásico gángster de cara cansada, que le quita el peso del mundo a sus súper geniales películas, mientras que el resto de la pandilla se inmortaliza en la pieza central icónica de la película. Su serie de películas anteriores destacó el agudo ojo de Dassin por los detalles, pero los dioses del cine estaban claramente un paso por delante de todos los demás. Con suerte, Dassin hizo su mayor esfuerzo creativo; un trabajo sumamente influyente y conmovedoramente existencial que cinceó su legado cinematográfico, incluso cuando fue prohibido en varios países y condenado por la American Legion of Decency por su retrato franco y realista de ladrones y drogadictos. «Rififi» es más que su infame robo (si fuera solo eso, sería suficiente),Philippe Agostini ) es un sello visual sobre el destino del tipo duro. Es una pieza de género que redefine los límites convencionales para abrir paso a la magia de las películas.
«La Ley» (1959)
Enterrado bajo títulos más prestigiosos y contendientes a los premios, «The Law» es una imagen subvaluada y subvaluada con sórdidos teatrales y un extraño tipo de magnetismo. Cuenta con un magnífico reparto, un petardo de guión (la propia adaptación de Dassin de la novela de Roger Vailland , con la ayuda deDiego FabriyFrançoise Giroud ) y payasadas de telenovelas que, desde un punto de vista general, son más operativas. que jabonosa. Ponga a Gina Lollobrigida, Marcello Mastroianni, Yves Montand, Melina Mercouri y Pierre Brasseur En una película, y el chisporroteo de todo tipo está garantizado. La lujuria por el sexo, el poder, el respeto y la pasión están embotellados en una pequeña ciudad portuaria italiana de Porto Manacore, donde Marietta es hermosa (Lollobrigida, que combina su belleza impresionante con una actuación maravillosa), que forma parte de una familia de mujeres bajo el La tutela de Don Cesare (Brasseur), imagina al recién llegado agrónomo Enrico (¿te imaginas que Mastroianni se refiera a «granjero?»). Desconfía de sus avances y afirma que no puede estar con ella porque no tiene dote, lo que hace que Marietta robe a un turista suizo. En paralelo, el corrupto ladrón Matteo Brigante (Montand, se deleita con la despreciable naturaleza de su personaje como un travieso niño chapoteando en una bañera) impone la ley a través de la tiranía y le encanta participar en el juego de la ciudad donde el jefe y el diputado humillan a quien quieran (en lo que podría ser el juego de bebidas más cruel) película). Mercouri interpreta a la esposa de un juez deprimido que protagoniza su propia novela rusa y persigue al joven hijo de Brigante, Francesco (Raf Mattioli ). «La Ley» tiene cualidades de cuento de hadas, con Marietta como la Cenicienta y las mujeres que la desprecian, una naturaleza perversa que se burla de la misoginia desenfrenada si no fuera por la voluntad de Marietta de Lollobrigida con voluntad de hierro, y un humor volátil (reacción de Montand cortar es brillante; «¿es profundo?»). No es el mayor logro de Dassin, sino una curiosidad esencial por sus convincentes excentricidades y sus fieras actuaciones, y un brillante ejemplo de la apasionante aventura del director con el melodrama. Y si necesita rastrearlo, está disponible en DVD a través del Osciloscopio .
«Nunca el domingo» (1960)
Similar a la película discutida en la entrada anterior, «Nunca el domingo» se reduce en comparación con las obras maestras de Dassin de ocupaciones corruptas y corruptibles, pero solo cuando se juzga sobre una base puramente cerebral y técnica. Esta oda al bullicioso y encantador espíritu griego no se controla con precisión con su dirección, y la arrogancia infantil del protagonista masculino a menudo se exagera descaradamente para irritar («¡Yo, un boy scout estadounidense, traeré la armonía a tu vida!») una línea real en este guión nominado al Oscar …), pero la película es la apuesta de Melina Mercouri por el estrellato. Es imposible quitarle los ojos de encima: tenía 40 años en ese momento, pero exhibía suficiente atractivo sexual como para avergonzar a todos los estándares de la era femenina de Hollywood. Ella juega el espíritu libre Ilya, una renombrada prostituta en la ciudad griega de El Pireo, que rechaza cualquier cosa fea hasta el punto de darles un final feliz a las tragedias griegas («… ¡y luego todas van a la orilla del mar!»), y se encuentra con su obstinado combate en Homer (Dassin), un La escritora estadounidense viajera que decide «salvarla» porque para él, verás, es más un símbolo que una mujer. La exhibición vívida y mágica de Mercouri, que incluye bailar, cantar y el tipo de temperamento que un ave hubiera dejado salir de su jaula, le mereció una atención muy merecida, incluida unaPremio a la actuación de Cannes y nominación al Oscar. Ella por sí sola eleva «Nunca el domingo» a un estado esencial y marca otro tipo de legado para Dassin (quien luego se casaría con Mercouri y jugaría un papel importante con ella en la política griega); el tipo que celebra el espíritu sobre la intelectualidad académica, y tiene su corazón latiendo firmemente en el lugar correcto.
«Topkapi» (1964)
Filmada en un tecnicolor juguetón en obvias etapas de sonido de estudio y mostrando un tono gay, la película de 1969 de Dassin, «Topkapi», es el polo opuesto al tono áspero, el tono y la ubicación de sus películas anteriores. Al igual que «The Happy Thieves» se encuentra con » Ocean’s Eleven «, el cambio a mediados de los años 60 de Dassin es ligero, tonto y ocasionalmente tan encantador como espera serlo, probablemente Dassin está haciendo una parodia de la película de robo que se popularizó con «Rififi». los centros de películas en una pareja delictiva ex-romántica ( Maximilian Schell y Melina Mercouri) con la esperanza de robar una daga enjoyada de un museo de Estambul, y reclutan a un equipo de mala reputación para ayudar, incluido un rube inglés y un estafador de poca monta ( Peter Ustinov). De hecho, engañados en su plan, el desventurado Arthur Simpson de Ustinov cae en manos de la policía turca que asume que este plan de robo es una gran conspiración terrorista para asesinar a líderes militares. Lleno de miembros de la tripulación, torpes y poco confiables, «Topkapi» está destinado a ser una espumosa bauble en la vena de la » Charada «. Pero con Dassin sigue siendo persona non grata en los EE. UU. Y forzado a usar una mayoría de estrellas internacionales, la película compensa con Algún sabor a la izquierda del centro. Co-protagonizada por Robert Morley, Gilles Ségal, Jess Hahn y Akim Tamiroff, es el inepto boob de Ustinov en su cabeza el que logra el equilibrio perfecto entre un toque de luz entrañable, pero también transmite estacas cuando es necesario que salgan a la superficie (ganó un Oscar como mejor actor por su actuación y se lo merece). A pesar de que la película puede resultar empalagosa, el escándalo de la película sin aliento es asombroso: podría decirse que es una clase magistral en silencio, tensión y catarsis. Se siente como la película B-squad de B-team castoffs, pero a pesar de todas sus cualidades, «Topkapi» sigue siendo una pequeña y encantadora baratija que es fácil de disfrutar.
En una carrera que vio 24 características , otras películas notables incluyen Dassin de 1957 “ El que debe morir ”, que le volvió a hacer equipo con Jean Servais y marcó su primera colaboración con Mercouri. Junto con «Nunca el domingo», tendrían éxito con más imágenes inspiradas en el greco, como » Phaedra » (1962), donde jugó frente a Anthony Perkins . El sólido » Uptight » de 1968 vio a Dassin iluminar más a los marginados y desentrañar un tipo diferente de corrupción dentro de un equipo de revolucionarios negros durante el movimiento por los Derechos Civiles. Y su exitosa colaboración en 1978 con su esposa llegó a su fin en » A Dream Of Passion » , coprotagonizada por Ellen Burstyn, donde la tragedia infame de Medea es re-imaginada y representada. Imaginemos que esta fue la última película de Dassin, porque cuanto menos se diga sobre » El Círculo de Dos «, mejor.
Tu turno, fieles lectores de The Playlist, para contarnos sobre tus películas favoritas de Dassin. ¿Hay algunas obras menos conocidas que nos perdimos para bañarnos de alabanza? No retengas nada. O, si solo desea continuar la discusión de cuán magro es el «Rififi», no recibirá ninguna queja de nosotros. Tu sabes donde ir.
Jules Dassin, quien murió el lunes a los 96 años de edad, era un cineasta estadounidense conducido al exilio debido a sus simpatías comunistas tempranas; completó su trabajo más conocido en el extranjero, primero en Francia y luego en Grecia.
Se asoció principalmente con Rififi (1955), un thriller francés famoso por una secuencia de media hora de robo sin diálogo ni música y puntuado solo por sonidos naturales. Al mudarse a Grecia, se asoció estrechamente con la actriz Melina Mercouri, quien posteriormente se convirtió en su esposa.
Juntos hicieron un flujo constante de películas y disfrutaron de un gran éxito con Never on Sunday (1960), la historia de un académico estadounidense y una prostituta griega que cobra solo lo que los clientes pueden pagar y nunca trabaja los domingos.
Dassin, cuyo nombre parecía francés pero se pronunciaba al estilo estadounidense como Joolz Dass-in, era famoso en su juventud por una variedad de realismo que no sobrevivió mucho a su expulsión de Hollywood.
En los años inmediatos de la posguerra, bajo la influencia del neorrealismo italiano, realizó tres dramas duros de la vida: Brute Force (1947), The Naked City (1948) y Thieves ‘Highway (1949), que ayudó a para restaurar temas de la clase trabajadora y lugares naturales al cine estadounidense después de años de fantasía y artificio.
La Ciudad Desnuda en particular, que representa una persecución a través de los barrios más pobres de Nueva York, abrió nuevos caminos en términos de realismo.
Sus dos primeras películas en Europa, Night and the City (1950), realizadas en Londres, y el thriller francés Rififi, continuaron con este enfoque. pero, desde un punto de vista artístico, conocer a Mercouri fue una bendición mixta. Una actriz extravagante, más grande que la vida, lo alentó en caminos muy alejados de su compromiso original con la verosimilitud y los temas de la clase trabajadora.
Primero colaboraron en He Who Must Die (1957), una coproducción franco-italiana basada en la novela Christ Recrucified de Nikos Kazantzakis. La historia de una obra de Pasión en la que los actores aficionados asumen las características de sus roles bíblicos, tuvo una importancia nueva en el trabajo de Dassin. Fue la película en la que descubrió Grecia y comenzó a luchar conscientemente por el reconocimiento internacional.
Donde una vez hizo tensa, los cuentos de los cuentos semi-documentales de guiones que lograron una especie de poesía urbana casi por accidente, más tarde se centró en obras que ya gozaban de una reputación literaria, no solo Kazantzakis, sino Roger Vailland en La Loi (1958), Marguerite Duras en 10.30 PM Summer (1966) y Romain Gary en Promise at Dawn (1970).
Pero él era un mal juez de su potencial cinematográfico. Todos emergieron como imágenes pretenciosas, de alto nivel, desprovistas de figuras humanas reconocibles.
Intercalados entre estas placas de «arte elevado» había dos que complacían a la multitud. En Nunca el domingo tuvo el ingenio de burlarse de sí mismo, interpretando a Homer Thrace, un ingenuo estadounidense enamorado de «la gloria que era Grecia».
Fue la película más atractiva de sus últimos años y merecidamente exitosa. La melodía del tema, de Manos Hadjidakis, se convirtió en un éxito internacional.
Topkapi (1964) era casi tan popular. Tomado de una historia de Eric Ambler sobre una redada en el Palacio Topkapi en Estambul, ganó un Oscar de apoyo para Peter Ustinov. Como Nunca el domingo, demostró que Dassin no había perdido por completo su sentido del humor.
Uno de los ocho hijos de padres inmigrantes judíos y rusos, nació Julius Dassin el 18 de diciembre de 1911 en Middletown, Connecticut, aunque la familia se mudó a Harlem cuando aún era joven. Fue educado en Morris High School en el Bronx y demostró un interés temprano en el drama.
Después de graduarse, Dassin viajó a Europa durante dos años, adquiriendo experiencia teatral y regresando a Nueva York en 1936. Para unirse a las compañías de teatro judías que florecían en la ciudad, se enseñó a sí mismo en idish.
Durante cinco veranos fue director de entretenimiento de una compañía judía en Catskills y también se unió a Artef Players, un colectivo socialista judío, para el que apareció en varias obras marxistas. En 1940 ya escribía para la radio.
Después de que RKO lo invitara a Hollywood durante seis meses como aprendiz de director, tuvo poco que hacer, pero le pagaron $ 200 por semana para participar en la producción de They Knew What They Wanted y el Sr. y la Sra. Smith de Hitchcock.
Hitch lo acosó sin piedad. «Nunca imprimiría una toma», recordó Dassin, «sin gritar en mi dirección ‘¿Está bien para ti?’ «
Después de los seis meses, RKO no renovó el aprendizaje de Dassin, y lo echaron en el desierto de Hollywood.
Por casualidad, consiguió un trabajo en MGM y no desengañó a nadie cuando comenzaron a circular falsos rumores de que era el sobrino del jefe del estudio, Louis B Mayer.
Entonces, en 1941, pudo filmar dos cortometrajes, sobre Artur Rubinstein y Pablo Casals, y una adaptación de la historia de Poe The Tell-Tale Heart.
Estos languidecieron en la estantería durante meses hasta que un día, un cine cercano perdió un noticiero y le pidió a MGM algo para llenar el vacío. Envió The Tell-Tale Heart, que ganó varios premios y le otorgó a Dassin un contrato de siete años.
Todas sus primeras películas fueron potboilers, pero en 1944 fue asignado a The Canterville Ghost, basado en la historia de Oscar Wilde y actualizado a los tiempos modernos. Charles Laughton jugó el fantasma.
Dassin no estaba contento con el guión y trató de cambiarlo. Cuando MGM se negó, organizó una huelga de un hombre y 14 meses para escapar de su contrato. Perdiendo esa batalla, también, disparó rápidamente dos programas de relleno para completar sus obligaciones contractuales.
Al abandonar MGM, se unió a Universal con el productor y guionista Mark Hellinger, quien se estaba forjando una reputación de dramas con temas predominantemente masculinos. Entre ellos, Hellinger, Dassin y el escritor Richard Brooks produjeron un poderoso drama carcelario en Brute Force (1947).
La primera película memorable de Dassin, protagonizada por Burt Lancaster como convicto y Hume Cronyn como un director sádico que golpea a los prisioneros mientras escucha a Wagner. Muchas escenas violentas tuvieron que atenuarse para ser liberadas, especialmente una secuencia en la que los reclusos atacan a una paloma con sopletes.
The Naked City (1948) resultó ser la última película de Hellinger; Murió de un ataque al corazón durante la producción.
Ambientada en Nueva York, concluyó una investigación policial bastante convencional dentro de una magnífica evocación de la ciudad: sus limpiadores de calles, sus lecheros recorriendo sus rondas, la neblina matutina, todo filmado con cámaras ocultas. A menudo se dice que la ciudad en sí es la verdadera estrella de la película.
Con la muerte de Hellinger, Dassin cambió estudios nuevamente, estableciéndose en 20th Century Fox, para la cual hizo dos películas, Thieves ‘Highway (1949) y Night and the City (1950), con Richard Widmark. Ambos eran inusuales, aunque menos innovadores que The Naked City.
Thieves ‘Highway fue una historia de corrupción sindical en un contexto de la industria de camiones y los mercados de frutas y verduras. Fue decepcionado por una trama secundaria estereotipada, en la que el héroe (Richard Conte) se enamora de una tarta italiana con corazón (Valentina Cortese).
Night and the City, una historia de las raquetas de lucha de Londres, fue una película estilizada con fotografía casi expresionista. Los críticos ingleses de la época lo rechazaron como una tergiversación de la capital vista a través de los ojos de un extranjero. Críticos franceses más perspicaces vieron más allá de esto las cualidades subyacentes de la película.
Poco después de completar esta película, Dassin fue nombrado como comunista por Frank Tuttle y su compañero director, Edward Dmytryk, en un testimonio ante el Comité de la Cámara de Representantes sobre las actividades no estadounidenses. En seguida encontró los estudios cerrados para él.
Mientras se preparaba para montar un musical de Broadway con Bette Davis, Two’s Company, fue citado para comparecer ante el comité, pero posteriormente se le informó que esto se había «pospuesto indefinidamente».
En efecto, estaba desempleado en América; así que él y su familia emigraron en 1953 a Francia, donde fueron invitados a dirigir una comedia de Fernandel. Sin embargo, fue despedido de la foto, dos días antes de que comenzara el rodaje, cuando las investigaciones en los Estados Unidos provocaron que se incluyera en la lista negra.
Durante dos años tuvo que ganarse la vida hasta que, en 1955, encontró a un productor francés dispuesto a respaldarlo en una película de bajo presupuesto basada en una novela de Auguste le Breton.
Esto se convirtió en Rififi, que fue la película francesa más rentable hecha hasta ese momento y ganó el premio al mejor director de Dassin en el Festival de Cine de Cannes. En él, desempeñó un pequeño papel de actuación, como un petardo con una debilidad por las mujeres, bajo el seudónimo de Perlo Vita.
En el festival conoció a Melina Mercouri, quien convenció a su padre, un miembro del parlamento griego, para que respaldara la próxima película de Dassin, El que debe morir (1957), que tenía un papel importante para ella como una puta que interpretaba a María Magdalena en la Pasión. jugar dentro de la película. Él Who Must Die fue originalmente muy admirado, aunque marcó el comienzo de un período más consciente de sí mismo en el trabajo de Dassin.
Lo atribuyó a los años de contemplación que siguieron a su caída en desgracia en Hollywood: «Comencé esos años como técnico», dijo, «y salí de ellos como artista». No era una visión universalmente compartida.
Hubo acuerdo general en que su versión de 1958 de La Loi, la novela ganadora del Premio Goncourt de Roger Vailland, fue una falla. Llamado Where the Hot Wind Blows en lanzamiento, fue protagonizada por Mercouri, Yves Montand, Pierre Brasseur, Gina Lollobrigida y Marcello Mastroianni.
Los dos últimos se impusieron a Dassin como condición para la financiación, y tuvo que escribir partes para adaptarse a sus personalidades de pantalla. Como resultado, consideró el guión «un desastre … simplemente una pesadilla».
Recuperó su reputación en Never on Sunday, que hizo para su propia compañía de producción por solo $ 150,000, manteniendo el costo bajo al desempeñar uno de los papeles principales.
Topkapi también tuvo éxito, pero también hubo fracasos, especialmente una versión moderna de Phaedra (1962), con Mercouri, Raf Vallone y Anthony Perkins; y 10.30 PM Verano, la adaptación de Marguerite Duras con Mercouri como esposa alcohólica que pierde a su esposo (Peter Finch) frente a Romy Schneider.
En 1967, con la erosión de la lista negra de Hollywood, Dassin regresó a Estados Unidos y, con Mercouri, presentó un exitoso musical de Broadway de Never on Sunday bajo el título Ilya Darling.
Al año siguiente realizó un documental sobre la guerra árabe-israelí titulado Survival 1967, y Uptight, su primera película de Hollywood en 19 años. Fue una nueva versión de la novela de Liam O’Flaherty, The Informer, con la acción cambiada de los problemas irlandeses al movimiento de liberación negro. Se encontró forzado y pasado de moda, como si la larga ausencia de Dassin lo hubiera dejado fuera de contacto con las técnicas cinematográficas contemporáneas.
Cuando los coroneles tomaron el poder en Grecia en 1967, Dassin y Mercouri se lanzaron a la lucha para librar al país de la junta. Recaudaron fondos y difundieron propaganda, por lo que a Mercouri le quitaron la ciudadanía griega y le confiscaron sus propiedades.
Más tarde fueron convocados para ser juzgados en Atenas por conspiración. No fueron, pero en 1974 Dassin hizo una película llamada The Rehearsal, en forma de una obra teatral sobre la masacre de 25 estudiantes en la Universidad de Atenas en 1973. Fue filmada en un tiroteo, con Laurence Olivier, Maximilian Schell, Arthur Miller y Lillian Hellman dan sus servicios gratis. Unos días antes de la fecha de apertura, los coroneles fueron expulsados, por lo que nunca fue liberado.
Dassin y Mercouri, libres de regresar a Grecia, dividieron su tiempo entre teatro y cine, presentando una producción de The Threepenny Opera en griego en 1975 y haciendo una última película juntos, A Dream of Passion (1975), en la que interpretó a una actriz que se desvanecía. quien se involucra con una mujer estadounidense (Ellen Burstyn) encarcelada por infanticidio.
La película final de Dassin fue Circle of Two (1980), con Richard Burton como un artista que tiene un romance con Tatum O’Neal. Ninguna de las dos estrellas fue su elección, y la película fracasó estrepitosamente. Después de esto abandonó el cine para escribir obras de teatro y una novela.
Jules Dassin se casó, primero, Béatrice Launer, con quien tuvo dos hijas y un hijo, Joe, que era un cantante popular en Francia hasta que murió de un ataque al corazón a los 42 años; la noticia de su muerte causó que Dassin sufriera una coronaria.
El matrimonio se disolvió en 1962, y en 1966 se casó con Melina Mercouri, quien, después de la caída de los coroneles, se convirtió en la Ministra de Cultura griega y hizo campaña para el regreso a Grecia de los Mármoles de Elgin. Después de su muerte en 1994, Dassin estableció la Fundación Melina Mercouri para continuar su trabajo.
Una injusticia hecha al individuo es una
amenaza hecha a toda la sociedad.
Montesquieu
Esteban Hernández
Existe una página negra en la historia del cine de Hollywood, negra no solo por la persecución implantada sino por lo que se derivó después entre delaciones y falsas acusaciones, me refiero al llamado macartismo o caza de brujas, que se desarrolló entre 1950 y 1956 en EEUU, proceso liderado por un individuo ambicioso, carente de escrúpulos, que utilizó todos los medios para destruir a actores/actrices, directores, productores y cuanta gente se le pintara roja o de izquierda. Pienso que esas son cosas de sociedades poco democráticas, de dictaduras, pero que en el ámbito norteamericano nunca debió haber tenido lugar. Las técnicas del macartismo se basaban en incriminar falsamente a los acusados, con hechos jamás comprobados, o incluir a determinados grupos en la lista de organizaciones pro-comunistas, sin que estos lo fueran. Se le llamó caza de brujas por su parecido con un proceso similar en el Medioevo, pues los acusados no tenían forma de demostrar su inocencia. Ese tipo de maraña, por llamarlo de alguna manera, no ha sido exclusivo del macartismo, quiero aclarar. Como dije las dictaduras son ejemplo de ello, no permiten hablar y basta que alguien lo haga, para que los de arriba acusen y los jueces servilmente acaten los elementos falsos para luego condenar sin piedad. El macartismo tuvo buena cobertura de la prensa y los elementos contrarios a este proceso fueron también de carácter público. Por suerte, ya antes que finalizara la década de los 50 y antes de la muerte de McCarthy, este proceso se vino abajo, aunque como ya dije, sus heridas ahí han quedado hasta hoy día.
Joseph McCarthy como persona era poco cosa, me imagino que un ser mentalmente enfermizo, quien terminó su vida alcoholizado en 1957. La justicia de la naturaleza se lo llevó definitivamente, pero él lesionó a muchos artistas y al arte del cine en sí. Aquí quiero referirme a dos grandes directores norteamericanos, muy distintos de Elia Kazan, que habló hasta por los codos cuando compareció ante el Comité de Actividades Anti-Norteamericanas, uno es Joseph Losey y el otro Jules Dassin, los que fueron víctimas de la caza de brujas y no acataron las ordenes de ir a testificar y optaron por el exilio.
Joseph Losey se inició como director en cine en 1943, pero fue llamado a servicio militar y no regresó al cine hasta 1945. Entre sus primeras realizaciones como director están el documental educativo, “A gun in his hands (1945)” (Un arma en sus manos) y el film “Galileo Galilei (1947)”. Su gran éxito llegó con el film “El muchacho de los cabellos verdes (1948)”, película que va contra el racismo.
A continuación dirigió algunos suspenses, entre ellos el remake de “M (1951)”, que Fritz Lang había dirigido en décadas anteriores en Alemania, y “El merodeador (1951)” protagonizado por Van Heflin, película filmada en Italia. Durante esta filmación se acusó a Losey de comunista por parte del Comité de actividades anti-americanas, ya que él había cursado estudios teatrales en Kiev, Moscú y Leningrado con anterioridad y mantenía contactos con los profesionales del arte de la Unión Soviética. Losey no compareció a declarar ante el comité ya mencionado, optó por exilarse en Inglaterra y realizó filmes bajo varios pseudónimos, tales como Andrea Forzano, Victor Hanbury y Joseph Walton. No tenía otra forma que esconderse para poder continuar su obra.
En Gran Bretaña gozó de completa libertad desde 1954. Entre sus filmes más destacados entonces están:
– Los estupendos dramas “Eva (1962)” con Jeanne Moureau y Stanley Baker
– “El sirviente (1963)” con Bogarde y James Fox, que logró realizar acreditado con su verdadero nombre
– El drama –film de guerra “Rey y patria (1964)” con Bogarde, uno de sus mejores filmes en su carrera
– La comedia -suspense “Modesty Blaise (1966)” con Monica Vitti y Bogarde
– Los dramas “Accidente (1967)” con Bogarde y Stanley Baker,
– “La mujer maldita (1968)” con Elizabeth Taylor y Richard Burton,
– “El mensajero (1970)” con Allan Bates y Julie Christie
– El film de acción “Caza humana (1970) con Robert Shaw.
– Los dramas “El asesinato de Trotsky (1972)” con Richard Burton, Alain Delon y Rommy Schneider,
– “Galileo (1975)” con Topol,
– “El otro señor Klein (1976)” con Alain Delon y Jeanne Moreau, film que muestra la salvaje actitud de los nazis con todo aquello que pudiera parecer judío,
– “Don Giovanni (1979)” con Ruggero Raimondi,
– “La truite (1982)” (La trucha) con Isabelle Huppert y Jeanne Moreau,
– Su último film, “Los baños turcos (1985)” con Vanessa Redgrave, Diana Dors y Sarah Miles.
A pesar de que el Comité de actividades antiamericanas levantó las sanciones a Losey, este director jamás regresó a su natal EE.UU.
Jules Dassin fue un destacado director judío-americano de dramas y películas de crimen, quien en sus inicios dentro del séptimo arte intentó convertirse en actor, algo de lo que desistió al poco tiempo, para luego convertirse en director y guionista.
Dassin se crió en Harlem, Nueva York y una vez terminado sus estudios de escuela superior en 1929, se marchó a Europa para recibir clases de interpretación. A su regreso a Nueva York comenzó a actuar en obras del ARTEF Players habladas en yidish. A finales de la década de los 30, se sabe que Dassin se enroló en el partido comunista de los EE UU., membresía que abandonó una vez conoció del tratado Molotov- Ribbentrop firmado entre la URSS y la Alemania nazi. Casi al mismo tiempo, Dassin se trasladó a Hollywood, donde sirvió de discípulo- asistente de Hitchcok y Garson Kanin. Logró su primer gran éxito con el drama “Fuerza bruta (1947)” con Burt Lancaster, que se desarrolla en una cárcel con un cruel régimen penitenciario, al que le siguieron:
– El film de crimen “La ciudad desnuda (1948)” con Barry Fitzgerald
– Los filmes de cine negro “Mercado de ladrones (1949)” con Richard Conte, sobre un camionero que no cede ante la presión y chantaje de la mafia,
– “Noche en la ciudad (1950)” con Richard Widmark y Gene Tierney, film de los mejores realizados por Dassin, que se desarrolla en Londres con un Widmark convertido en un farsante que al final se quema en su propia salsa
Mientras Dassin desarrollaba su actividad como realizador, le llegaba una citación a declarar en el comité de actividades antiamericanas por su pasada afiliación al partido comunista y ser acusado como tal por los directores Edward Dmytryk y Frank Tuttle. Dassin se negó a testificar y abandonó los EE UU en 1953, trasladándose a París, donde realizó, con muchas dificultades financieras, el estupendo film de crimen “Rififi (1955)” con Jean Servais y Carl Möhner, y donde él también actuó, película que gira alrededor de un gran robo de joyas por parte de un grupo mafioso que se ve luego acosado por otro clan más poderoso. Para sorpresa del propio Dassin, por “Rififi” recibió el premio de mejor director en el festival de Cannes de 1955.
Luego Jules contrajo matrimonio con la actriz griega Melina Mercouri, la misma que llegara a ser Ministra de Cultura de su país. Jules y Melina establecieron una buena colaboración, el primero dirigiendo y la segunda protagonizando interesantes películas como:
– El film de cine negro- crimen “La ley (1958)” con un reparto de actores y actrices impresionante, que incluyó además a Gina Lollobrigida, Marcello Mastroianni, Yves Montand y Serge Reggiani, película que se desarrolla en un ambiente de un pueblo meridional y mafioso
– La comedia-drama “Nunca en domingo (1960)”, donde se recrea algo de la vida en Grecia
– El famoso drama “Fedra (1962)”, también protagonizado por Anthony Perkins y Raf Vallone, película con un argumento sumamente excitante
– El film de aventuras “Topkapi (1964)” con Maximilian Schell y Peter Ustinov, película sobre un robo muy tecnificado en Turquía, donde Melina tuvo una buena interpretación
– Los dramas “Promesa al amanecer (1970)” con Assi Dayan,
– “I dokimi (1974)” (El ensayo) con Mikis Theodorakis, Olympia Dukakis, entre otros, película que es una fuerte acusación al régimen de opresión impuesto por la dictadura en Grecia en los 60,
– “Kravgi gynaikon (1978)” (Un sueño de pasión) con Ellen Burstyn, en todos estos filmes con Melina Mercouri.
Dassin murió el 31 de marzo de 2008 en Atenas, Grecia, como Losey, jamás volvió a su natal EEUU.