Jerome M. Moross

Jerome Moross cambió para siempre el sonido de las películas occidentales con su clásico, nominado al Oscar por The Big Country en 1958. Pero también fue un innovador en el teatro musical, en el ballet y en otros reinos musicales. Su espectáculo de Broadway The Golden Apple fue un logro histórico que combina la ópera con la comedia musical; y siempre sorprendió a los críticos y al público por igual con sus nuevos enfoques en el mundo de la música de cámara y sinfónica.

Nacido el 1 de agosto de 1913 en Brooklyn, se graduó a los 18 años de la Universidad de Nueva York, y en la década de 1930 fue miembro del Grupo de Jóvenes Compositores de Aaron Copland. Sin embargo, como Christopher Palmer señala en su El compositor en Hollywood , Moross, «independientemente de su amigo Copland, trató de desarrollar un idioma nacionalista auténticamente estadounidense que no estaba exclusivamente orientado al jazz, sino que se nutrió de una gran variedad de folk estadounidense y culturas musicales populares: la comedia musical, el vodevil, la canción popular de la variedad montañosa de los Apalaches, espirituales, azules, trapos y pisotones «.

Por esa razón, la música de Moross es esencialmente estadounidense en riqueza y sabor. Se siente inevitablemente arraigado en las tradiciones musicales estadounidenses. El compositor se movió de un lado a otro en todo el continente durante las décadas de 1940, 1950 y 1960, escribiendo para conciertos, radio, teatro y películas cuando Hollywood llamaba; orquestó las partituras de Copland para Our Town y The North Star, así como el puntaje infundido en América de Hugo Friedhofer para Los mejores años de nuestras vidas .

A partir de 1948, comenzó a obtener sus propias asignaciones cinematográficas, culminando una década más tarde en su obra maestra, The Big Country , un extenso western dirigido por William Wyler y protagonizado por Gregory Peck, Charlton Heston, Carroll Baker y Jean Simmons. «Para esta película», dice Mariana Whitmer, directora ejecutiva de la Society for American Music (y autora de un estudio de larga duración sobre la partitura), «Moross desafió intencionalmente las nociones familiares de cómo un western debería ser acompañado y compuso un imponente partitura sinfónica que sigue inspirando a los compositores de cine «.

El historiador de la música de cine John Caps citó «la calidad auténtica de la canción popular de la partitura, intencional y cuantificable», encontrando la música «rítmicamente viva … [que contiene] ese pulso inconformista, imprudente y desbocado» que ayudó a definirlo como perteneciente al oeste americano. Palmer declaró que sus ritmos eran «fuertes, musculosos, resistentes, surgidos de la tierra nativa. El lenguaje musical de Moross – sus melodías, sus acordes, sus ritmos, su estructura – es básicamente muy simple. También es personal para Moross».

El puntaje de Moross, reconocido con una nominación al Premio de la Academia, redefinió el sonido del western. «Moross captura la sensación de espacios abiertos y la grandeza del Viejo Oeste con un estilo que Elmer Bernstein [y otros compositores] asimilará hábilmente en la década de 1960».Explorando 100 años de música de cine . Y trajo más ofertas a Moross, cuyos otros westerns incluyeron The Proud Rebel (1958), The Jayhawkers (1959), The Adventures of Huckleberry Finn (1960) y los temas para el popular Wagon Train (1959) y Lancer (1968) de la televisión .

Obtuvo películas en otros géneros, como el thriller The Sharkfighters (1956), el libro de viajes de Cinerama Seven Wonders of the World (1956), el drama medieval The War Lord (1965), la fantasía de los vaqueros contra los dinosaurios The Valley of Gwangi ( 1969) y el sensible drama de Paul Newman Rachel, Rachel(1968) Pero su otra obra maestra en la película, The Cardinal (1963), fue una epopeya mundial sobre la Iglesia Católica que combinó temas reverentes, valses vieneses y, por supuesto, vintage americana como solo Moross podría haber proporcionado. Ante la insistencia del director Otto Preminger, Moross se presentó en toda Europa con la película.

Pero Moross estaba lejos de ser únicamente un compositor de cine. Experimentaba constantemente en todos los géneros musicales. Su ballet Frankie y Johnny (1938) se basaron en temas populares; sus Ballet Ballads (1948) combinaron ballet y teatro; y su notable The Golden Apple(1954) (con el libretista y letrista John Latouche) ganó el Premio del Círculo de Críticos de Drama de Nueva York al Mejor Musical y, según los críticos de la época, fue nada menos que brillante. Fue un recuento de los mitos de Homer Iliad y Odyssey ambientados en el estado de Washington de principios de siglo y anticipó los años musicales antes de que se hiciera popular. Su canción más conocida es «Lazy Afternoon», presentada por Kaye Ballard y desde entonces interpretada por todos, desde Barbra Streisand hasta Tony Bennett.

Compuso su primera y única sinfonía durante los años de guerra. Como observó recientemente el director de la Filarmónica de Buffalo, JoAnn Falletta, «Moross utilizó formas tradicionales … en música que era intrínsecamente estadounidense. Con reminiscencias del amplio espacio y la pureza tonal de las obras de Copland, Moross aporta su propio humor accesible a la forma sinfónica». Nada menos que Sir Thomas Beecham dirigió el estreno de la sinfonía en Seattle en 1943.

Moross desafió regularmente el status quo: ¡Sus señores, estén sentados!Recibió solo tres presentaciones en el City Center Opera de Nueva York en 1963: su revisión de los eventos durante la Guerra Civil, realizada como un espectáculo de trovadores, fue demasiado para que la crítica o el público la maneje cuando el movimiento de derechos civiles estaba llegando a su apogeo. Pasó gran parte de su última década escribiendo música de cámara y convirtiendo la obra de radio de Lucille Fletcher Sorry, Wrong Number en una ópera de un acto (1977).

Moross murió el 25 de julio de 1983.

Whitmer dice: «Se negó conscientemente a dejarse llevar por las tendencias populares. Se apartó de las técnicas modernistas (como el serialismo) al principio de su carrera y nunca miró hacia atrás. En cambio, Moross recurrió a la música que escuchaba a su alrededor en busca de inspiración, incluida la popular canción – tenía un gran aprecio por Vernon Duke, a quien conoció cuando era muy joven – y el jazz se escuchaba en los clubes. Pero Moross también tenía un vasto conocimiento y apreciación de la música clásica. Con la excepción de su ballet, Frankie y Johnny , Moross nunca se basó en citar el repertorio popular estadounidense para sonar «americano». Como su música estaba inspirada en modismos musicales estadounidenses, era intrínsecamente estadounidense «.

La carrera de Moross se celebra en un especial de dos horas sindicado a nivel nacional,Jerome Moross: «The Big Country» y más allá , producido por la red de radio WFMT y presentado por Michael Feinstein.