Contrabando

Título en castellano Contrabando
Titulo original The Lineup
Año de filmación 1958
Duración 86′
Pais Estados Unidos
Director Don Siegel
Guion Stirling Silliphant
Música Mischa Bakaleinikoff
Dirección de fotografia Hal Mohr (B&W)
Reparto
Productora Pajemer Productions
Sinopsis Tras el robo de una maleta en una estación de tren, la policí­a descubre un alijo de droga oculto en una figurita de porcelana. Dos hombres llegan a la ciudad con la intención de recuperar dicho alijo sin saber que la policía está al acecho.
Premios  
Subgénero/Temática Crimen, Drogas

tomado de filmaffinity

La incorporación de la televisión al escenario de las historias cinematográficas marcó, sin duda, un antes y un después. «The Line-up» reconduce hacia la pantalla grande una serie radiofónica y televisiva de los 50, y la reconduce de la mano de Don Siegel, director del episodio piloto «The Paisley Gang», contando además con la participación de los policías principales de la serie, Warner Anderson y Marshall Reed. Sin embargo el verdadero protagonista de la serie es el gran Eli Wallach en uno de esos papeles de psicópata a los que estuvo abonado durante mucho tiempo.

La pregunta es ¿Acudían los espectadores a las salas de cine para ver aquellas historias que tenían a su disposición en sus televisores? En estos últimos años la televisión no ha sido obstáculo para el cine, pero entonces… No estoy tan seguro. Lo cierto es que la película no ha quedado entre lo mejor de Don Siegel a pesar de sus innegables valores y de haber sido rodada en las calles de San Francisco (entiéndase la referencia cruzada a otra serie televisiva algo posterior).

«The Line-up», que podríamos traducir por «La rueda de identificación» es un ejemplo del cine de Siegel, absolutamente urbano y con personajes de trazo grueso. Si recordamos su personaje por excelencia: Harry (Clint Eastwood) vemos que este Dancer (Eli Wallach) como psicópata estilo Tommy Udo -la conexión con El beso de la muerte de Henry Hathaway es evidente- estando en el otro lado del espectro de la ley, es igual de visceral y contundente que aquel Harry llamado el Sucio. Dancer es el matón encargado de recuperar los alijos de heroina pasados de contrabando por pardillos máximos utilizados al efecto. Sus expeditivos métodos tal vez no hubiesen encajado en los seriales domésticos, de ahí que el cine parezca el lugar natural para una actuación magistral que se extralimita hasta el vértice justo de la locura. De hecho, aunque la película tiene un inicio mas que interesante y que pone en alerta al espectador, luego decae entre rutinas policiales más o menos predecibles, hasta que aparece Eli Wallach con su libro de gramática en la mano. Las «ventajas» del «si yo fuere tu» frente al «si yo fuese tu» nos ponen en guardia del talante rarillo del individuo así como de su mentor y compañero Julian (Robert Keith). Avisados quedamos.

El resto del film se desarrolla en tono thriller con visos de «noir» con sus buenas dosis de acción y suspense. San Francisco como referencia, sus calles pendientes, sus autopistas y el Golden Gate modelan un paisaje donde Siegel se mueve como pez en el agua. Y el resultado es un film bastante interesante que podría completarse con alguna de las de Harry e incluso con Bullitt (también en San Francisco) en una sesión más que aceptable.


The Lineup de Don Siegel se deja ver con interés pero no comparto ese entusiasmo general por ella. Durante los primeros veinte minutos cuando se centra en la investigación policial, resulta demasiado rutinaria y monótona donde toda la intervención de los policias es muy explicativa. Noto una falta de climax y atmósfera que apenas consigue atrapar con fuerza exceptuando los últimos diez minutos. Aquí, Siegel demuestra su habilidad para las secuencias de acción y las persecuciones con especial violencia (fuertes amenazas a una madre e hija). También, es preciso considerarla como una de las primeras películas americanas valientes a la hora de tratar temas de tráfico de drogas como la heroína.

Me pareció un tanto pasado el personaje de Eli Wallach como asesino psicópata. Me quedo antes con un brillante Robert Keith como el compañero dialogante pero sin escrúpulos con las mujeres (Hay una frase suya demoledora en donde el sexo femenino no tiene cabida en nuestra sociedad).

El estilo general es austero presentando enorme sequedad con los personajes (unos policias desganados) y sirve como precedente a sus futuros y superiores Código del hampa o Brigada homicida. Siegel no figura entre mis directores favoritos del género (a falta de visionar Motín en el Pabellón 11 e Infierno 36). Eso sí, me gusta bastante La gran estafa con Walter Matthau, un notable policiaco de los setenta que destacaba por su austeridad y contundencia.


tomado de espinof

Añorando estrenos: 'The Lineup' de Don Siegel

Cuando en las conversaciones de carácter cinéfilo salen a colación los nombres de grandes directores de todos los tiempos, los lugares comunes se suceden uno tras otro. Ford, Hitchock, Murnau, Hawks, Borzage, Eastwood, Welles, Ophüls, Renoir, Spielberg y algunos más son los apellidos que suelen nombrarse ávidamente. Entre creadores, narradores, más o menos originales, entre los que aportan o sencillamente dignifican un arte tan masivo como complicado, yo siempre me acuerdo de otros nombres no tan famosos o considerados en su momento. Por supuesto que todos los citados me parecen absolutos genios, pero hay directores como Don Siegel, que a mí particularmente me parece que posee suficientes cualidades como para pertenecer a ese excelso grupo en el que delante del nombre del director suele decirse o escribirse “el gran”.

A Siegel se le considera sobre todo por sus trabajos de mediados finales de los 60 y prácticamente todos los 70. Films tan arriesgados y personales como ‘Código del hampa’ (‘The Killers’, 1964) —remake de una obra maestra de Robert Siodmak—, ‘El seductor’ (‘The Beguiled’, 1970) o ‘Harry el sucio’ (‘Dirty Harry’, 1971) demuestran la gran capacidad de Siegel para la puesta en escena y la narración. De su porimera etapa, años 40/50, sobresale el gran clásico ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ (‘The Invasion of the Body Snatchers’, 1956) y el resto de films parecían destinados al olvido, salvo para la crítica francesa, siempre a la cabeza de la élite, donde las reivindicaron durante mucho tiempo. En esta misma sección os hablaba de la ópera prima de Siegel, ‘The Verdict’ (id, 1946), y basten films como la poderosa ‘Crimen en las calles’ (‘Crime in the Streets’, 1956) o la presente ‘The Lineup’ (id, 1958), para tener muy en cuenta esa etapa medio desconocida de Siegel.

matones mirando

‘The Lineup’ es un thriller duro y puro que engancha al espectador desde su espectacular inicio, lleno de intensidad, la misma que se extiende durante su metraje y alcanza cotas muy altas en su espléndido tramo final. Un curioso hecho en la parada de taxis del aeropuerto de San Francisco termina con un policía y un taxista muertos. Pronto la policía empezará una investigación, descubriendo que un importante alijo de droga ha entrado en el país a través de diferentes personas utilizadas como mensajeros. Los dueños de dicha droga harán visitas a esas respectivas personas mientras la policía les pisa los talones. ‘The Lineup’ es pues, una persecución, un juego al gato y ratón que pone en evidencia las dotes de Siegel para la tensión. Para ello combina con gran precisión montaje, diálogos y acción, logrando que centremos nuestra atención sobre todo en un personaje, el encarnado por un soberbio Eli Wallach.

El mítico actor visto en films como ‘El bueno, el feo y el malo’ (‘Il buono, il brutto, il cattivo, Sergio Leone, 1966) da vida a Dancer —apropiadísimo nombre—, mano derecha de Julian (Robert Keith), de gatillo fácil y nervios siempre a flor de piel. Una bomba de relojería a punto de estallar en cualquier instante, y por supuesto con devastadoras consecuencias. Creo conveniente señalar que Wallach estaba bastante enfadado por el hecho de haber hecho un prestigioso debut en ‘Baby Doll’ (id, Elia Kazan, 1956) y el participar en lo que parecía, debido al carácter de serie B, un thriller común, no le agradaba lo más mínimo. Durante el rodaje se dio cuenta de que estaba interpretanco un complejo rol en un thriller muy bien escrito —el oscarizado Stirling Silliphant, luego experto en films de catástrofes, firma el gguión—. Quiero pensar que Wallach aprovechó esa furia interna para la composición de su fascinante personaje. Un desquiciante villano que parece disfrutar matando.

polis currando

Y aunque es Wallach quien acapara toda nuestra atención, el resto del elenco está a la altura, sobre todo Robert Keith, el jefe de Dancer. Nunca ha usado un arma, jamás ha disparado contra nadie en persona pero sí lo ha ordenado. Dancer es su perfecta mano derecha, y lo será aún más cuando lo tenga perfectamente controlado, sobre todo en su carácter tan violento, lo que precisamente les traerá la perdición. Siegel alterna la investigación criminal de dos policías con el trabajo de Dancer y Julian, acompañados de un chófer, al que da vida Richard Jaeckel, desesperados por reunir toda la droga y entregarla a un comprador bastante peligroso conocido como “El hombre”. Las conversaciones triviales entre ambos personajes son un clarísimo precedente de las tan laureadas chorradas verbales entre John Travolta y Samuel L. Jackson en ‘Pulp Fiction’ (id, Quentin Tarantino, 1994), otra prueba más de que el pastiche ese es cualquier cosa menos original.

San Francisco ya se convertía en uno de los escenarios predilectos de Siegel, y este recogía el testigo dejado en los 40 por realizadores como Henry Hathaway o Jules Dassin, en films como ‘La casa de la calle 92’ (‘The House on 92nd Street’, 1946) o ‘La ciudad desnuda’ (‘The Naked City’, 1948), en la que se filmaba en exteriores y el tono casi documental presidía gran parte del relato. Existe también un guiño a uno de los trabajos más recordados de Hathaway precisamente, ‘El beso de la muerte’ (‘Kiss of Death’, 1947), y que tiene lugar en la sorprendente secuencia del encuentro entre Dancer y “El hombre”, el cual aparece en silla de ruedas y cuya única línea de diálogo —“estás muerto porque me has visto“— precipita los emocionantes y tensos instantes finales. ‘The Lineup’ no tiene el prestigio de otras obras de su director, pero el paso del tiempo coloca las cosas en su sitio, y hoy sobresale como un duro thriller, lleno de violencia y con personajes de verdad. Pronto seguiremos con Siegel en esta sección, pero regresando a sus años de montador en el cine clásico americano, donde aprendió todo.


tomado de britannica

Siegel tuvo más éxito con The Lineup (1958), que se basó en una popular serie de televisión. Ofreció a Eli Wallach como un asesino pagado que debe recuperar la heroína que estaba escondida en el equipaje de los viajeros desprevenidos; Richard Jaeckel retrató a un mafioso actuando como su chofer. The Gun Runners (1958), la tercera adaptación cinematográfica de Ernest Hemingway ‘s Tener y no tener , fue decepcionante. Con Hound-Dog Man (1959), Siegel cambió de marcha. El drama se centra en dos adolescentes y sus aventuras un verano; El ídolo pop adolescente Fabian fue sorprendentemente efectivo en su debut en la pantalla. Edge of Eternity (1959) fue un western contemporáneo, con un diputado ( Cornel Wilde) persiguiendo a un asesino (Mickey Shaughnessy).

Siegel luego hizo el arenoso Flaming Star (1960), que presentóElvis Presley en una actuación convincente como un hombre cuyas lealtades se dividen entre su padre blanco (Steve Forrest) y su madre Kiowa (Dolores del Río). Es ampliamente considerada la mejor película no musical de Presley.Hell Is for Heroes (1962) fue una imagen dura de la Segunda Guerra Mundial protagonizada por Steve McQueen en unpapel antiheroico como un soldado rebelde de los Estados Unidos que finalmente lidera a sus cansados ​​compañeros ( Fess Parker , Nick Adams y James Coburn , entre otros) en un ataque contra una fuerza alemana mucho más grande.

Siegel luego centró su atención en la televisión. Trabajó en varias series antes de hacerLos asesinos (1964). El clásico drama criminal se basó en una historia corta de Hemingwaysobre dos sicarios ( Lee Marvin y Clu Gulager) que intentan descubrir información sobre el hombre al que fueron contratados para matar. Su búsqueda los lleva a un gángster (Reagan, en su último largometraje) y a su novia (Angie Dickinson). Originalmente filmado como un original de TV, se consideró demasiado violento para la pantalla pequeña y en su lugar se le dio un estreno teatral. Sus próximos proyectos fueron las películas de televisión The Hanged Man (1964), una nueva versión pasable de Ride the Pink Horse de Robert Montgomery (1947), y Stranger on the Run (1967), un western de suspenso con un excelente elenco que incluía a Henry Fonda, Anne Baxter, Sal Mineo y Dan Duryea.

Los asesinos


 

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