Título en castellano | Desesperado |
Titulo original | Desperate |
Año de filmación | 1947 |
Duración | 73′ |
Pais | Estados Unidos |
Director | Anthony Mann |
Guion | Anthony Mann, Harry Essex (Historia: Dorothy Atlas) |
Música | Paul Sawtell |
Dirección de fotografia | George E. Diskant |
Reparto | |
Productora | RKO Radio Pictures |
Sinopsis | Steve Randall se acaba de casar y busca un nuevo trabajo como camionero, pero se da cuenta de que la carga del camión es robada y lo denuncia a la policía. El temible gangster Walt Radak jura venganza. Steve y su esposa empiezan a temer por sus vidas… |
Premios | |
Subgénero/Temática | Drama |
La fatalidad, la traición y el engaño vuelven a tener cita en este noir de serie B con la firma de Anthony Mann. Bastante cercano al género en los comienzos de su carrera, el cineasta americano, bajo la batuta de la RKO, crea otra más de las numerosísimas producciones de la época y que engrosan un estilo y una forma de hacer cine que todavía hoy consigue entusiasmar al público. Y es que los ingredientes, aunque típicos y sencillos, se combinan perfectamente y con gran efectividad: metraje corto, guión trabajado, un hilo argumental atractivo, giros narrativos bastante cuidados o la presencia de actores poco conocidos, completan un abanico que Mann pone en escena de una manera muy hábil. Su dirección es correcta, sin alardes, lo cual no le impide lucirse en algunos planos tremendamente logrados.
Sin duda, el mayor interés de la cinta es cuando aparece el Raymond Burr encarnando al gángster de turno. Actor carismático, corpulento y de gran presencia en la pantalla y que ocultó su condición de homosexual durante gran parte de su carrera por miedo a perjudicar a la misma. Eran otros tiempos. Y Mann aprovecha su figura para filmar unas cuantas escenas de enorme calidad visual, que hace que recordemos a que director estamos viendo y en que momento fue rodada la cinta. Evidentemente no estamos ante una obra destacada en la filmografía del director o ante una de las cumbres de la serie B. El ostracismo al que se ve sometida así lo atestigua. Sin embargo, si llegan hasta a ella o leen estas líneas no duden en dejar despertar su curiosidad. Lo pasarán bien.
Una vez vista Desesperado de Anthony Mann, estoy sorprendido por la habilidad y capacidad narrativa de este director en el género del cine negro que en nada desmerece a sus grandes westerns. Un estilo con diálogos concisos y sin adornos, marcado por una violencia seca donde aparecen de nuevo elementos como la fatalidad, la traición y el engaño.
En su planteamiento hay similitudes con Side Street porque ambas son historias con personajes honrados que se encuentran en el sitio equivocado y acaban manteniendo contactos, a su pesar, con mafiosos o atracadores. Es como una encrucijada del destino.
Tanto la parte inicial como el final contienen un par de secuencias excelentemente fotografiadas, con un elaborado contraste de luces y sombras donde se subrayan los intensos juegos de miradas y el sudor de sus frentes. Sin duda, a nivel de planificación y puesta en escena la secuencia del tiroteo en las escaleras es de lo mejor visto en la Serie B.
Entre medias, surgen algunos pequeños altibajos como la aparición de ese sarcástico agente de seguros o esos momentos más sentimentales de la pareja un tanto blandos en comparación con las escenas duras donde interviene Raymond Burr (Perry Mason o Ironside), un gangster brutal y vengativo. Desde luego, la película gana enteros con su sola presencia.
En líneas generales, otra muestra atractiva de la fuerza que imprime Mann a sus trabajos, sin llegar al nivel de Side Street, un título aún más importante por su modernidad e innovación estética para la época.
Acabamos de dejar a Raymond Burr en muy mala postura en Red Light por haber encargado el asesinato del hermano de George Raft en una historia de doble venganza. Ahora la situación se invierte. Nos encontramos con que el hermano del inquietante Raymond Burr se encuentra condenado a la pena de muerte por culpa, dice Burr, de este bonachón de Steve Brodie. Decide presionarle con todos los medios posibles a su disposición para que se declare culpable en lugar de su hermano. Steve está desesperado… y, como siempre en este tipo de situaciones – eso lo podría confirmar perfectamente el protagonista de Detour – el azar le va a meter en líos en los que arrastrará a su tierna mujer embarazada. ¿Pero que pasó?
Steve Randall es un camionero recién casado con la rubia Anne, inmigrante checa. La pareja pretende tener una vida tranquila, honrada y alegre, en la línea establecida por los textos fundadores de su querido país. Mientras Anne está preparando una fiesta después de 4 meses de matrimonio para anunciarle que está embarazada, proponen a Stevie un trabajo bien pagado (unos 50 dólares) para esta misma noche. Se trata de transportar una carga que le espera en un almacén. Steve acepta, ya que es un viejo amigo suyo quien lo ha recomendado. Cuando se da cuenta de que ha sido contratado por unos delincuentes y que se trata de una mercancía robada, intenta resistir y advierte a un guardia, utilizando las luces del camión.
Eso le va a costar muy caro: un tiroteo, la muerte del guardia, la captura por la policía de uno de los gángsteres, hermano del jefe Walt Radak. Este, furioso, decide que Steve debe pagar por esta traición: denunciarse para que su hermano sea liberado. Le amenaza con el chantaje: la vida de Anne está en juego. Para Anne y Steve, empieza entonces una huida que les llevará a casa de los tíos checos de Anne, en el campo… Pero no será tan idílico: Walt Radak y su banda con sus traiciones internas, por un lado, la policía con un inspector con unos métodos pocos legales, por otro lado, les irán persiguiendo. Radak está herido por balas en un tiroteo, después de haber sido denunciado por un detective que había contratado para buscar a Stevie. Eso da dos meses de respiro a Steve. Mientras, el embarazo de Anne toca a su fin… Humor y suspense en el tren que conduce a Anne y Stevie al campo, instante grotesco cuando Steve y Anne están escondidos detrás de unos cabezudos de carnaval, momento de relax con la boda en un ambiente checo, la mirada de un bebé…
El puño de Burr es impresionante en un primerísimo plano. Los golpes llueven, cada vez más duros y vertiginosos, mientras la bombilla, colgada en el techo, se balancea encima de los sombreros. La luz y las sombras no paran de oscilar sobre las caras inquietantes de los esbirros de la banda a Burr-Radak. Stevie, el más desesperado de los hombres, pasa el tiempo buscando un refugio seguro para proteger a su futuro heredero y su mamá: y cuanto más lo intenta, más suda por los líos en que se mete. Roba un viejo coche pero tiene que hacer dedos con Anne… y los coge el sheriff… Más sorpresas le espera a Stevie en su “Detour”. Cuando decide entregarse a la policía, se encuentra con un inspector (Jason Robards) que pasa el tiempo limándose las uñas: este decide utilizarle como cebo para atrapar a la banda de Radak y lo deja en libertad.
Anthony Mann imprime su estilo al género y, además, nos ofrece una prefiguración de sus futuros westerns que tantas influencias tendrá sobre Leone (ese se encargará de añadir la armónica): el encuentro final entre Steve y Burr-Radak cuando éste – por una cuestión de principios – decide matar a Steve a medianoche, justo cuando su hermanito se encuentra sentado en la silla eléctrica. La secuencia, al ritmo del tic-tac del reloj, las miradas entre los dos hombres, cada vez de más cerca… despierta el empatía y el sudor del espectador que sufre con Stevie; esperamos lo peor, pero la interrupción con la dueña del hotel que les propone cake y coffee… nos conduce a un segundo final.
Entonces tocamos fondo en la desesperación más absoluta cuando vemos que nos espera una escalera infinita que se pierde en los abismos oscuros donde el inspector –limándose- las- uñas espera el fin de la partida… 73 minutos de disfrute ofrecidos por el Gran Mann.
Esta relación entre Stevie y el inspector –limándose- las- uñas no va a pasar desapercibida a la censura que supervisa Joseph I.Breen para la RKO; en un primer momento, se alegaron para rechazar el borrador del guión escribe Gonzalo Pavés en su excelente libro “El cine negro de la RKO”. Podemos leer en la carta de Breen a los estudios el 17 de Octubre de 1946: “lamentamos decirle que esta historia, en su forma presente, es inaceptable… porque Steve, su protagonista principal, ayudado e incitado por un oficial de policía, se toma la justicia por su mano y asesina a Radak. Además, sin que exista referencia alguna a un proceso judicial, el agente de policía deja que Steve se marche impune”.
Del mismo libro citado de Pavés podemos también citar esta reflexión que concierne particularmente a Desperate: “el azar convierte a sus protagonistas en victimas de la violencia de la sociedad… Esta manifiesta hostilidad de un mundo oscuro y perverso, la sufren gente sencilla que, por simples coincidencias del destino, se ven implicados en delitos que no han cometido, como así ocurre en Stranger on the Third Floor. Temerosos de la justicia, tratan de huir como en Desperate con la esperanza de descubrir por sus medios la verdad y probar su inocencia.
Bajo la administración de N.Peter Rathvon en la RKO entre 1946-47, se rueda películas como Nocturne, Born to kill, Riff-Raff, Out of Past, Desperate… películas que lanzan a Robert Mitchum, laurence Tierney, Jane Greer, Raymond Burr o Steve Brodie, con una caracterización de los personajes interpretados que consolidará la imagen publicitaria de estos actores.
Desperate es una muestra del estilo “serie B” que caracterizó el cine negro desde el inicio de la década de 1940… Para nosotros parece claro que, al menos en lo que a la RKO respecta, su cine negro no fue concebido en estas unidades de bajo presupuesto. De los 18 films noirs producidos bajo los mandatos de Koerner y Rathvon, sólo The Devil Thumbs a Ride y Desperate pueden considerarse como pura serie B… Pocas películas de la RKO en la década de 1940 se han proyectado en Los Ángeles como acompañantes de grandes producciones. Con A woman secret o The Threat, la película de Anthony Mann, Desperate , es una de estas” (acompaña The other love de André de Toth como película principal).
La formación teatral de Anton Bundesmann (actor, asistente y director de producción, escenográfo) le conduce a la dirección escenográfica en el Federal Teatro de Nueva York, orientado hacia unos temas sociales de izquierda, produciendo obras que desafiaban el fascismo y el capitalismo, enfrentándose a los ataques de la derecha republicana del Congreso. Aunque Bundesmann (que cambió su nombre por Anthony Mann para evitar la fonética alemana) no se afilió a ninguna organización política radical, sus obras de teatro presentaban una preocupación por las cuestiones políticas del momento y una simpatía marcada por las clases más necesitadas. Este principio de carrera interesa a Selznick, que le contrata para la pre-producción de Lo que el viento se llevó y Rebecca. En 1939 entra en la Paramount como asistente de Preston Sturges antes de realizar su primera película en 1942. Su contrato con la RKO le permite firmar sus primeras obras maestras, que pertenecen al género negro.
Undécima película de Anthony Mann, primera incursión en el cine negro, prometedora en su estreno y culta al día de hoy, Desperate es un film negro violento y expresionista. El director y George Diskant utilizan todas las herramientas de la puesta en escena: ángulos contra-picados, tomas con techos bajos, escorzos, primerísimos planos, contrastes blanco-negros saturados y efectos de luz de los más creativos. Mientras el muy eficaz Diskant seguirá en la RKO con Nicholas Ray, Ted Tetzlaff e Ida Lupino, Anthony Mann encontrará al muy reconocido John Alton el mismo año para acompañarle en la realización de T-Men (La brigada suicida) con el mismo Paul Sawtell en la dirección musical, y repite con John Alton en He walked by night (Orden: Caza sin cuartel) el año siguiente. En el cine negro, Mann sigue realizando películas caracterizadas por sus fotografías contrastadas, como Railroaded y Raw Deal (1948) antes del “negro histórico” sobre la Revolución Francesa, Reign of Terror, en 1949. La llegada de Howard Hugues a la RKO y la salida de Dore Schary, productor y administrador de los estudios. Éste reemplaza a Louis L.Mayer en la MGM y contrata a Anthony Mann que realiza su primer western en su última colaboración con John Alton: Devil’s Doorway. En la década 1950 resaltan sus westerns con James Stewart y, en la siguiente, sus grandes producciones épicas rodadas en España (El Cid, La caída del Imperio Romano). Hasta cierto punto, se puede hablar de una trayectoria cinematográfica que refleja la del Hollywood clásico. Al día de hoy, es difícil compartir la visión negativa que tenía el propio Mann de sus realizaciones de la década de 1940 de bajo presupuesto, en particular su serie negra. De hecho, se podría decir que las secuencias más reveladoras de la obra de Mann – o sea las más intensas emocionalmente, con sus defectos y la sensación de urgencia –se encuentran en su cine negro (Ver: The Crime Films of Anthony Mann, by Max Álvarez, University Press ofMississippi 2013) http://www.wsws.org/en/articles/2013/12/18/man1-d18.html
Los protagonistas suelen enfrentarse a unos personajes o organizaciones tiránicas, luchan para sobrevivir mientras intentan no deshacerse de sus principios y de su dignidad. Los fuertes contrastes entre sombra y luz vacilante, único decorado del mundo del hampa, conciernen a unas películas hechas a la sombra de unos eventos a los que Mann era ciertamente sensible por sus orígenes judíos y su niñez en la comunidad teosófica de Lomaland (San Diego) entre los tres y trece años. Era la sombra todavía marcada del nazismo, del fascismo, y también el presentimiento sobre el supuesto de un imperialismo rampante después de Hiroshima, el estado de seguridad nacional y la histeria anticomunista. Con la fotografía de las sombras y la caracterización de los personajes de Desperate, Stevie Randall frente a Walt Radak y sus esbirros, Anthony Mann arranca la gran epopeya de su cinematografía.
Anthony Mann , con el nombre de Emil (o Anton) Bundesmann , (nacido el 30 de junio de 1906/07, San Diego , California , EE. UU.) Murió el 29 de abril de 1967, Berlín Occidental, Alemania Occidental), director de cine estadounidense. Poeta de acción y retribución en el viejo oeste americano, Mann ha sido reconocido durante mucho tiempo como un ejemplo del tipo de director que ama a los autores : uno que ofrece historias con temas recurrentes, cuyos protagonistas comparten una psicología común y cuyas técnicas visuales son reconocibles como su firma Sin embargo, los westerns de la década de 1950 que le valieron un lugar en la historia del cine se complementan con películas igualmente significativas en otros géneros..
La familia de Bundesmann se mudó a la ciudad de Nueva York alrededor de 1917, y él entró al teatro como actor después de la escuela secundaria con el nombre de Anton Mann. En la década de 1930 se convirtió en un director y gerente de producción en el gremio del teatro , donde dirigió Christopher Morley ‘s trueno en la izquierda , entre otras obras. De 1936 a 1938 fue director del WPA Federal Theatre Project , donde llamó la atención del productor de cine.David O. Selznick , quien lo contrató para buscar talento y dirigir pruebas de pantalla para Gone with the Wind (1939) y Rebecca (1940).
Una vez en Hollywood, comenzó a trabajar como ayudante de dirección en Paramount , más notablemente en Preston Sturges ‘s viajes de Sullivan (1941). Se le dio la oportunidad de dirigir su primer largometraje, el misterio de bajo presupuesto Dr. Broadway (1942). En Universal , hizo el musical Moonlight in Havana (1942), por el cual cambió su nombre de pantalla a Anthony Mann, y luego firmó en 1943 con el especialista en películas BRepublic Studios . De las cuatro películas que hizo para Republic Studios, la más notable fueThe Great Flamarion (1945), protagonizada por Erich von Stroheim como el personaje principal, un tirador que es seducido por su asistente de escena para matar a su esposo.
El Gran Flamarion llevó a Mann a un contrato con RKO , donde realizó Two O’Clock Courage (1945), un misterio protagonizado por Tom Conway como un amnésico ayudado por un taxista (Ann Rutherford) y descubre que es un sospechoso de asesinato. . Regresó a Republic Studios para hacerStrange Impersonation (1946), un misterioso misterio que tuvo a una científica investigadora (Brenda Marshall) atrapada en una red de asesinatos y chantaje.The Bamboo Blonde (1946) era un híbrido de un musical y una película de guerra sobre un piloto de bombardero que se enamora de un cantante de discoteca.
Desesperado (1947) fue el primer éxito crítico y comercial de Mann y el primero de sus grandes noirs . Citó la historia original sobre un camionero (Steve Brodie) que se enfrenta a un gángster (Raymond Burr ) y sus ladrones de pieles y tiene que correr por su vida.Railroaded! (1947) fue el primero de los cuatro noirs que Mann dirigió para la pequeña Producers Releasing Corporation (luego Eagle-Lion); allí un policía duro (Hugh Beaumont) trata de salvar al personaje de Sheila Ryan de un barrio bajo (John Ireland). Railroaded! fue la primera película de Mann con guionistaJohn C. Higgins, quien escribió cinco de los noir de Mann. T-Men (1947) fue más ambicioso, con Dennis O’Keefe y Alfred Ryder como agentes del tesoro encubiertos para atrapar a una pandilla de falsificadores. Con esa película, Mann comenzó una colaboración de seis películas con el director de fotografía.John Alton , cuyo uso de sombras profundas e iluminación intensa ayudó a definir el aspecto del cine negro
Considerado por muchos como el mayor de los noir de Mann, Raw Deal (1948) trataba sobre un convicto (Dennis O’Keefe) que salía de prisión para vengarse de su compañero (Burr) que lo había incriminado. Mann también dirigió gran parte de He Walked by Night (1948), sobre la búsqueda de un asesino de policías. La película fue filmada en un estilo semidocumental y finalmente fue acreditada a Alfred Weker. A menudo llamado película negra «histórica», Reign of Terror (1949; también llamado The Black Book ) fue un thriller ambientado durante la Revolución Francesa .
El trabajo de Mann lo llamó la atención de Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), que le asignó a él, a Higgins y a AltonBorder Incident (1949), un relato del comercio de contrabando de trabajadores indocumentados a través de la frontera entre Estados Unidos y México, con Ricardo Montalbán como agente de inmigración mexicano que se infiltra en una banda de traficantes de personas.Side Street (1950) fue un negro tenso en el que un cartero (Farley Granger) roba $ 30,000 de un par de chantajistas, poniendo su vida en peligro.