Testimonio fatal

Título en castellano Testimonio fatal
Titulo original Tight Spot
Año de filmación 1955
Duración 97′
Pais Estados Unidos
Director Phil Karlsom
Guion William Bowers (Obra: Leonard Kantor)
Música George Duning
Dirección de fotografia Burnett Guffey (B&W)
Reparto
Productora Columbia Pictures
Sinopsis Tras un cuarto de siglo de gobernar a su antojo el mundo del hampa, Ben Costain va a ser juzgado por un tribunal Federal de los Estados Unidos. Pero el principal testigo de cargo es asesinado por los secuaces del mafioso. El fiscal recurre entonces a una reclusa, cuyo testimonio puede ser vital para condenar al gángster.
Premios  
Subgénero/Temática Drama, Thriller

Testimonio Fatal (En un aprieto)

tomado de filmaaffinity

Un individuo mira hacia Manhattan desde un transbordador y luego se reúne con otros dentro de un coche. Son policías que se dirigen a la Corte de Justicia para llevar a un hombre a declarar contra un poderoso hampón, Benjamin Costain (Lorne Green, patriarca de la serie Bonanza). Uno de los policías bromea con el testigo “Esta noche serás uno de los hombres más famosos del país”, pero éste no parece estar tranquilo; tiene una mirada huidiza y se seca continuamente el sudor. Tras llegar al edificio de justicia, salen del coche el testigo y dos policías. Un plano general los muestra subiendo las escaleras hasta que suenan unos disparos: el testigo cae, los policías se inclinan hacia él y miran atrás: contraplano de un edificio alto con las ventanas cerradas: sensación de anonimato, de impunidad.

Este inicio del film que he relatado es lo mejor de la película de Karlson, la dureza de la fotografía en blanco y negro, la sequedad narrativa y el ambiente de las calles de la ciudad, reflejado con aire casi documental, es evidente que lleva su marca. Pero lamentablemente, a partir de ahí, lo que se nos ofrece es una especie de obra teatral, al parecer basada en una obra “Dead Pigeon” de un tal Leonard Kantor, con un interés más bien exiguo. Una vez eliminado el testigo que iba a declarar contra el hampón, al fiscal Hallett (un discreto Edward G. Robinson) sólo le queda el recurso de sustituir a aquél por una mujer que cumple condena en presidio: Sherry Conley (una Ginger Rogers en un gran papel alejada de sus trabajos habituales). La cuestión que plantea el film, y que resuelve recurriendo a un truco psicológico de una sencillez aplastante, es si la mujer estará dispuesta a declarar contra el hampón, ya que si lo hace pondrá en peligro su vida.

La pregunta se enuncia y se responde en un decorado casi único – la habitación de un hotel, en el que la policía protege a la reclusa -, quizá con la finalidad de crear una atmósfera doblemente angustiosa y opresiva: por un lado, para Hallett, que trata de conseguir como sea un nuevo testigo, y por otro, para Sherry que teme por su vida. Pero el cineasta no aprovecha bien los recursos dramáticos como hubiera hecho Mankiewicz o Kazan, pues Karlson es más cineasta de acción que de palabras y el tono teatral no lo domina. Tal vez con la intención de dar mayor dinamismo al relato, éste se ramifica en otras direcciones: el resentimiento de Sherry con la sociedad, la simpatía que siente por la carcelera que le acompaña y las vicisitudes del policía que la protege, Vince Striker (un excelente Brian Keith) en su relación con Sherry.

En definitiva un thriller de serie B, nada despreciable, pero inferior a otros trabajos de este cineasta, poco conocido, pero que merece más atención a sus obras por parte de los espectadores, destacando en mi opinión, el excelente trabajo dramático de Ginger Rogers, pues aunque es famosa como compañera infatigable de Fred Astaire en los musicales de la R.K.O. también hizo sus pinitos lejos del baile en papeles dramáticos.


En un aprieto es una de las películas de cine negro menos conocidas de Phil Karlson, un director muy capacitado para dar tensión y ritmo a historias con muchos tópicos y lugares comunes pero resueltas con sencillez. En esta ocasión, este título no se encuentra a la altura de sus mejores trabajos (El cuarto hombre, Calle River 99 o Trágica información) porque adolece precisamente de esa falta de tensión y ritmo debido a los orígenes teatrales del guión. Aquí, la acción se ralentiza para dar lugar a un desarrollo de la historia centrada casi en un único escenario y basado en los largos diálogos entre la testigo de cargo que requiere protección (Ginger Rogers), un policia algo resentido (Brian Keith) y un fiscal del distrito (Edward G. Robinson).

En principio, Ginger Rogers da la impresión de ser una actriz poco apropiada para este género y más capacitada para la comedia romántica. No obstante, consigue darle credibilidad a su personaje gracias a un tono socarrón e insolente donde siempre lleva la contraria con sentido del humor. El resto del reparto, a pesar de la calidad de sus actores, cobra menos protagonismo, sobre todo, el mafioso de turno que interpreta Lorne Greene (Ben Cartwright de la serie Bonanza).

Hay un par de secuencias destacadas que imprimen a la historia una atmósfera inquietante y giran en torno a la violencia física que se infringue al policia, un aspecto que domina a la perfección este director como queda de manifiesto en esas intensas peleas de su otra película, El imperio del terror. Es una lástima que el desenlace final resulte tan poco verosímil y desvirtúe, en gran medida, los aciertos del films.

En definitiva, otro título más a añadir de serie B dentro del cine negro con suficientes elementos de interés para recomendar su visionado. Por mi parte, sugiero antes la recuperación de las tres películas más completas de Phil Karlson, que señalé al principio de la crítica.


tomado de britannica

Karlson volvió a los dramas criminales con Tight Spot (1955), que marcó la primera vez que el director tenía un reparto de renombre : Ginger Rogers retrató a un ex moll que cumplía una pena de prisión, y Edward G. Robinson fue el abogado que le ofreció libertad a cambio de su testimonio contra un gángster . Aún mejor fue 5Against the House (1955), una imagen de atraco hábilmente realizada (basada en una novela de Jack Finney ) sobre estudiantes universitarios que intentan robar un club nocturno de Reno. Karlson completó 1955, posiblemente su mejor año para películas, conThe Phenix City Story , una exposición de corrupción de dos puños en una ciudad de Alabama que se inspiró en hechos reales. La película, que fue filmada en el lugar, presentaba a Richard Kiley como un abogado cruzado que busca justicia después del asesinato de su padre.The Brothers Rico (1957), basada en una historia de Georges Simenon , fue otro drama criminal superlativo , con Richard Conte como contador tratando de proteger a sus hermanos mafiosos que han sido blanco de asesinato. Karlson terminó la década conGunman’s Walk (1958), un western protagonizado por Van Heflin como un ranchero que tiene problemas con sus hijos (interpretado por James Darren y Tab Hunter).


tomado de cinenegromemento

El guión nos recuerda  The enforcer (Sin conciencia-Bretaigne Windust-Raoul Walsh-1951) en el que un fiscal intenta condenar al jefe de una mafia y, por eso, cuenta con un testigo que se suicida ante de ser asesinado por el hampa, lo que conduce al fiscal a una mujer que conviene convencer. En Tight Spot, cuando se le pide declarar en contra del gánster Benjamin Costain, el jefe de un gang del crímen, Sherry Conley tiene unas cuantas razones para resistirse a esta colaboración. Sale de la miseria, ha pasado por la cárcel por otro asunto. Pero, sobre todo, la mafia acaba de asesinar al testigo principal. El fiscal Lloyd Hallett fuerza su decisión y, dos días antes de sentar a Costain en el banquillo,  decide instalar a Sherry en un hotel, bajo la vigilancia de Vince Striker. La estrategia de Hallett de convencerla para que cuente una historia que compromete al gánster no parece funcionar, así que la deja en manos de Striker. El guardaespaldas intenta no dejarse influenciar por el juego de víctima que le hace Sherry.

  En esta escenografía prácticamente a puertas cerradas,  la interpretación contenida de Brian Keith,  la verborrea y los excesos de Ginger Rogers se apoyan sobre unos diálogos eficaces y unos encuadres de la cámara que dan a la confrontación los resortes que permiten pasar de los rayos y relámpagos al amanecer del flechazo. Estos dos acaban domando uno al otro: los intentos del hampa para eliminarla no impiden a Sherry enamorarse de su guardia.

  En este juego entre el calor del amor y el frío de la muerte, adaptado de la obra teatral de Leonard Kantor,  y principalmente con la excelente actuación de Brian Keith, Phil Karlson tiene los elementos que le permiten mantener un buen ritmo. Sin embargo no se satisface con este dúo Keith / Rogers:

 …a esta tensa atmósfera de encerramiento en el hotel, potenciada por los encuadres y la profundidad de campo, aprovecha el formato “wide screen” para el dúo y  añade un juego televisivo que tiene su papel en la acción. Se libera también por momentos de las secuencias en estudio con  unas cuantas escapadas. La primera secuencia en exteriores representa, con el manifiesto interés de Karlson para los detalles, la llegada del primer testigo en barco, temblando de miedo, hasta su caída mortal en unas  escaleras del tribunal por el disparo de un hombre en la sombra. 

   La persecución en coche del asesino,  los largos travellings en las escenas en la cárcel con Sherry…  

 ….o  en los pasillos del hotel detrás de Sherry que parece entrar en una nueva cárcel, la secuencia entre Lloyd Hallett y el abogado de Constain y, particularmente la paliza que recibe el corrupto policía Vince Striker en el sótano,  son momentos de ruptura que dan su carácter más negro a la película. 

  Si a Karlson no parece interesarle dar una clase de moral o de política, sabe en cambio retratar a los individuos dominados por la maquina infernal judicial.  Como lo señalamos en la biografía de Karlson, hoy en día, revistas como Positif  le inscriben en la lista de los  “pequeños maestros” como Tay Garnett o EdgarG.Ulmer, estos realizadores que no encontraron  las circunstancias que les permitieran  desarrollar una filmografía coherente y controlada. Tight Spot confirma esta calificación por lo menos en el marco del cine negro; pero conviene reconocer también la aportación de Burnett Guffey a la dirección de la fotografía. La parte negativa la tenemos con las muecas de la pesada comediante Ginger Rogers que ocupan más de la cuenta la pantalla. La actriz en decadencia, miembro de la iglesia Christian Scientist como Doris Day o Cecil B.DeMille y muy marcada a la extrema derecha del partido republicano,  sobreactúa y su presencia en el casting se debe probablemente a un orden de la productora.  

  Eso hace más frustrante la limitación del papel de este grande del cine negro que es Edward G.Robinson, este ciudadano demócrata, que acaba de vivir la pesadilla del macartismo. A los 62 años este año, después de su vuelta al cine negro con Black Tuesday (Hugo Fregonese-1954),  el actor rueda cuatro películas más: The violent men (un western de Rudolph Maté), A Bullet for Joey(film negro de Lewis Allen, donde se reúne de nuevo con George Raft), Hell on Frisco Bay (un film negro de Frank Tuttle con Alan Ladd) e Illegal (otro film negro de Lewis Allen). Al año siguiente, empieza con la película negra adaptada de la obra de Cornell Woolrich,  Nightmare (Maxwell Shane)… Brian Keith es la buena sorpresa y rueda el mismo año con Phil Karlson 5Against the house con un guión de Stirling Silliphant que produce la película y que, dos años más tarde, escribe con David Goodis el excelente guión de Nightfall (Al caer la noche-Jacques Tourneur) donde Brian Keith  tiene el papel de John que persigue a Aldo Ray y Anne  Bancroft con la ayuda del temible Rudy Bond.


 

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