Título en castellano | ¿Angel o diablo? |
Titulo original | Fallen Angel |
Año de filmación | 1945 |
Duración | 97 minutos |
Pais | Estados Unidos |
Director | Otto Preminger |
Guion | Harry Kleiner (Novela: Marty Holland) |
Música | David Raksin |
Dirección de fotografia | Joseph LaShelle (B&N) |
Reparto | |
Productora | 20th Century Fox |
Sinopsis | Eric Stanton (Dana Andrews) se ve obligado a bajar del autobús en que viaja porque no tiene dinero para todo el trayecto. Es así como llega a un pueblo desconocido, donde empieza a frecuentar un local de comidas, cuya principal atracción es una hermosa camarera llamada Stella. Un clásico del cine negro. |
Premios | |
Subgénero/Temática | Local de comidas, Camarera |
Mira que he ido veces a bares y me ha gustado alguna de las mujeres que allí había. Camareras o no. Pero, nunca, nunca me han hecho ni puto caso. Ya sé que no tengo nada que ver con el gran Dana Andrews (sí, el que tiene nombre de fémina), pero creo que merezco una oportunidad.
Hoy toca crear el club de fans de Dana. Al parecer excelente cantante (aunque por su imagen nunca lo pareciera), es uno de esos actores que para llenar la pantalla no necesita ni de gestos rinbombantes ni entonaciones melodrámaticas. Pudiera parecer frío, pues a la mencionada falta de gesticulación le une las expresiones secas y cortantes. Pero la mirada, con eso lo dice todo. Y cómo le queda el cigarrillo (y la copa, casi toda su vida tuvo problemas con el alcohol). De ahí que bordara el papel de tipo duro y destacara en el cine negro.
Andrews consiguió el reconocimiento con Laura. Pero con anterioridad había aparecido (como secundario excepto en la de Renoir) en Bola de fuego, La ruta del tabaco, El forastero, Aguas pantanosas o Incidente en Ox-Bow. Después (y con altibajos) protagonizaría, por ejemplo, Los mejores años de nuestra vida, Tierra generosa, Al borde del peligro, Más allá de la duda o Mientras NY duerme.
Aquí, por no tener dinero ni para llegar a San Francisco, a Dana le echa el conductor del bus en un pueblo pequeño (no sabía con quien se andaba el pobre hombre). Allí entra en un bar (maldición) y encuentra a Stella (fogosa Linda Darnell, maldición), camarera del mismo y joven con aspiraciones casaderas mientras que la mayoría de hombres tienen la rara idea de acostarse con ella (si puede ser sin compromisos). La pasión está servida. Pero el argumento a partir de aquí comienza a girar inesperadamente.
Stella es la imprescindible femme fatale de este film noir, que no llega a la calidad de otras películas (incluso dentro del género) de Preminger, pero que desprende un maravilloso aroma a cine clásico (el guión es poco consistente en muchas ocasiones). Además, claro, contamos con Dana. Y con una grandiosa escena que recojo en el spoiler.
Con un dólar en el bolsillo llega Dana Andrews a un pueblecito californiano entre Los Ángeles y San Francisco y da comienzo una vertiginosa historia de amores obsesivos y fracasos personales y que inevitablemente terminan encaminándose a la fatalidad. De nuevo el tándem Preminger-Andrews construyen una cinta inolvidable como ya lo fuera «Al Borde del Peligro» y otra vez obra cumbre del cine negro americano.
La cinta se puede dividir perfectamente en dos partes: una, la inicial, bastante lenta y marcada por la presentación de Eric Stanton (Dana Andrews) un buscavidas que se ve sorprendido por la aparición en su vida de una camarera de hostal de carretera de la cual queda locamente enamorado y dispuesto a cualquier cosa por conseguir poseerla. Termina esta primera parte con la presentación del resto de personajes que serán claves para el desarrollo de la historia. Sin embargo, a partir de la media hora de metraje, los acontecimientos empiezan a sucederse vertiginósamente y con un ritmo narrativo fulgurante Preminger rueda con exquisita calidad el camino que Eric Stanton emprende, sin saberlo, hacia el fin de su sino de hombre perdedor y fracasado.
Así pues, con esta segunda parte se completa una cinta sobresaliente y que te va atrapando poco a poco. Y no solo por su excelente guión y dirección, sino también por unas interpretaciones imponentes de Dana Andrews y las guapísimas Alice Faye y Linda Darnell que completan un trío amoroso lleno de pasión, desprecio y en ocasiones obsesión hasta la locura. Destacar también una preciosa y pegadiza banda sonora de David Riskin, que colabarara con Preminger también en otros muchos films, y una perfecta ambientación del pueblecito costero de la alta California
Con un final bastante trabajado y por momentos inesperado se completa una película que, aunque muchos dicen que muy lejos de «Laura» y «Al Borde del Peligro», supone otro acercamiento excelente de Preminger al cine negro y una demostración más de lo gran director que fue este americano nacido en Viena y huido del nacismo.
La huella de Otto Preminger en el cine negro es incuestionable. El director de origen austro-húngaro, es habitualmente recordado como el artífice de ‘Laura‘ (id, Otto Preminger, 1944), una maravilla del género. Un año después del éxito que supuso este film, llegó ‘¿Ángel o diablo?‘ (‘Fallen Angel’, Otto Preminger, 1945), considerada por muchos como una prolongación de la fórmula usada en ‘Laura’.La cinta supone, más bien, una profundización, por parte de Preminger, en la observación de los recovecos más oscuros de la sociedad americana del momento y el preludio de obras posteriores. Un cineasta preocupado especialmente por los aspectos más conflictivos de dicha sociedad y cuyas películas reflejan, como pocas, la tensión latente de una época en la que, tras la aparente calma que trajo el fin de la Segunda Guerra Mundial, crecía el miedo exacerbado por lo desconocido.
La película se basa en la novela de Marty Holland, pseudónimo de Mary Holland, una de las escritoras de novela negra o policíaca más destacadas –junto con Dorothy B. Hughes o Patricia Highsmith–. Harry Kleiner, en su primer trabajo, se encargó de su adaptación a la pantalla. Su guión, quizás sea la pieza más endeble del film, por la apresurada resolución de determinadas situaciones, a lo largo del film. En la trama principal confluyen dos temáticas muy presentes en el film noir y, por extensión, en todo el cine. Una de ellas es la llegada de un extraño que trastoca la supuesta calma de una pequeña comunidad, la otra es la contraposición de dos arquetipos femeninos. De ahí también el explícito título en su versión traducida, en el que se enfrentan las personalidades de dos mujeres, pero en la que también se deja entrever como esa oposición suele convivir en una misma persona. Esa es la esencia de ‘¿Ángel o diablo?’, la manifiesta dualidad del ser humano.
El personaje de Stella, interpretado por Linda Darnell, representa la femme fatalede la cinta. Despreocupada, decidida y seductora, se convierte en el objeto de deseo de la mayor parte del elenco masculino del film. Aunque sus motivaciones resulten más prácticas que pérfidas, es consciente de su influencia sobre los hombres. Su personaje antitético es el de June Mills, que corre a cargo de la actriz Alice Faye. Un rostro poco habitual en este tipo de películas, pues fue el musical, su género estrella. En un intento de ofrecer papeles más dramáticos y disponer de más tiempo para su familia, Faye firmó un contrato para realizar una película por año. Después de muchos proyectos descartados, se decantó por este film. La decisión no pudo ser más desafortunada ya que vio como sus escenas se iban recortando, frente al creciente auge de Linda Darnell. Todo ello propiciado por el productor Darryl F. Zanuck, que dejó de favorecer a Faye para sacar partido de Darnell. Ésta fue, en consecuencia, su penúltima película para la 20th Century Fox, estudio al que no regresó hasta los años sesenta.
En medio de este triángulo, se encuentra Dana Andrews. Un buscavidas ambiguo y astuto, sin rumbo fijo, que cede ante el orgulloso afán de poseer a la sensual Linda Darnell. En él está muy presente la dualidad que comentaba. En la primera parte del film, su actitud resulta poco agradable, se muestra frustrado, violento. Posteriormente, a través de su relación con June, se revela su lado más humano. Andrews se encontraba entonces en el momento de máximo esplendor de su carrera pues su interpretación en ‘Laura’, le convirtió en uno de los actores del momento. Hasta la fecha, se había desenvuelto con papeles secundarios en cintas de la talla de ‘El forastero‘ (‘The Westerner’, William Wyler, 1940), ‘Bola de fuego‘ (‘Ball of fire’, Howard Hawks, 1941) o ‘Incidente en Ox-Bow‘ (‘The Ox-Bow Incident’, William A. Wellman, 1943). La dureza de su rostro y una marcada impasibilidad, encontraban su contrapunto en su socarronería y en un atractivo aire de cinismo. Para Preminger y otros grandes directores, todos estos ingredientes le convirtieron en la perfecta personificación del prototipo de hombre de su tiempo. Sus cuatro colaboraciones con Otto Preminger, junto con la magistral ‘Los mejores años de nuestra vida‘ (‘The Best Years of Our Lives’, William Wyler, 1946), inscribieron su nombre para siempre en la historia del cine.
A pesar de presentar elementos similares a ‘Laura’, como son el crimen pasional y la necesidad de averiguar la identidad del asesino, existe una clara evolución entre ambas. En la primera, la figura del criminal tiene mayor importancia en la trama. En ‘¿Ángel o diablo?’, sin embargo, la resolución del crimen ocurre de manera un tanto abrupta. En realidad, son las motivaciones de los personajes y la atmósfera de aislamiento y de vacío que los envuelve, los que focalizan el discurso del film. La cinta transcurre mayoritariamente en una pequeña localidad, a excepción de alguna incursión en la ciudad de San Francisco. El epicentro de la acción tiene lugar en el sórdido bar Pop’s, un antro regentado por un individuo cuya principal debilidad es Stella, su camarera. El local se presenta como un personaje más, como también lo hace la canción Slowly que suena a través de una clásica jukebox. Pura nostalgia.
Los personajes secundarios son también fundamentales para el desarrollo de la trama. Además de Pop, el dueño del bar, encontramos a una espléndida y veterana Anne Revere, que interpreta a la protectora hermana de Alice Faye. Un personaje también ambiguo, a pesar de su comprensible recelo hacia Dana Andrews. Del mismo modo destaca un magnífico Charles Bickford como un brusco policía que, a menudo, sobrepasa los límites de su oficio. Estos dos personajes resultan claves y reflejan, asimismo, la doble moral que coexiste en su entorno. En un papel menos trascendente, sobresale John Carradine con un extravagante y oportunista personaje que escenifica a la perfección.
Una parte importante del mérito de este film, se debe a la maestría del director de fotografía Joseph LaShelle. Colaborador habitual de Preminger –trabajaron juntos hasta en seis ocasiones–, LaShelle se labró su reputación, sobretodo en el uso del blanco y negro, con películas como ‘Laura’, ‘Marty‘ (id, Delbert Mann, 1955) o ‘El apartamento‘ (‘The Apartment’, Billy Wilder, 1960). En esta cinta su iluminación es clave. Las escenas con Linda Darnell, casi todas nocturnas, son oscuras y llenas de contraste. Aquéllas en las que aparece Alice Faye, por el contrario, son diáfanas, ya que suelen suceder durante el día. Una vez más, de forma sutil y en completa sintonía con la capacidad perceptiva del espectador, su atmósfera nos conduce hacia la verdadera esencia de la película.
A diferencia de otros directores, los films de Otto Preminger, pese a evidenciar los matices más turbios de la sociedad americana del momento, no perseguían transmitir un discurso ideológico. Con fama de ser un tirano en el set de rodaje, sus cintas tenían en última instancia al público en mente, sus reacciones y sus impresiones. La voluntad de transgredir e innovar en el lenguaje cinematográfico eran, a su vez, su objetivo. Tuvo que sortear, muy a menudo, la censura de la época. Esta película no es una excepción. La violencia del cuerpo policial o el sexo, se manifiestan a través de objetos, no con escenas demasiado explícitas. La primera se representa a través de un guante, el que usa Charles Bickford para sonsacar información. La culminación de las relaciones entre Dana Andrews y Alice Faye, se nos muestra hábilmente por medio de la palabra ‘hot’, que proviene de unas letras de neón que conforman letrero luminoso de ‘hotel’. La ventana de su habitación nos ofrece convenientemente sólo la parte de la palabra que interesa que retengamos. Éstas son algunas de las muestras del ingenio que debían desarrollar los cineastas para eludir el código Hays.
En definitiva, ‘¿Ángel o diablo?’ resulta una cinta absorbente, cuyo interés va in crescendo. Ya desde sus fabulosos títulos de crédito, podemos apreciar que detrás de la cámara se encuentra un cineasta que nos quiere contar algo más. Una obra de un director heterodoxo que no se adscribió a un género en particular, pero que contribuyó sobremanera a dotar al cine negro de tensión, elegancia y modernidad. Os invito a disfrutar de la mirada de Linda Darnell, de la enigmática ala del sombrero de Dana Andrews o del café más turbio del cine negro, porque todo anverso tiene su reverso, que nos contradice y nos define.
tomado de diariocinefiloclasico
“Ángel o Diablo” (“Fallen Angel”), dirigida por Otto Preminger en 1945, la cual lo devolvió al sendero del “cine negro”, donde realizaría varias de sus películas más interesantes de su filmografía de los años cuarenta y principios de los cincuenta.
En 1944 había realizado “Laura” (Laura) considerada su obra maestra por muchos críticos, en la cual actuaba originalmente como productor, pero que debido al abandono de Rouben Mamoulian de la dirección, el jefe de la Fox , le permitió que se encargara de su realización. Después de “Laura”, Preminger incursionó, con poca fortuna, en la comedia de época con “Escándalo en la Realeza” (A royal scandal), para regresar con mayor éxito al “cine negro” con la ya mencionada “Ángel o Demonio”.
Con un dólar en el bolsillo llega Dana Andrews a un pueblo californiano entre Los Ángeles y San Francisco y da comienzo una vertiginosa historia de amores obsesivos y fracasos personales y que inevitablemente terminan encaminándose a la fatalidad. De nuevo el dúo Preminger-Andrews construyen una cinta inolvidable como ya lo fuera «Al Borde del Peligro» y otra vez obra cumbre del cine negro americano.
La cinta se puede dividir perfectamente en dos partes: una, la inicial, bastante lenta y marcada por la presentación de Eric Stanton (Dana Andrews) un buscavidas que se ve sorprendido por la aparición en su vida de una camarera de hostal de carretera de la cual queda locamente enamorado y dispuesto a cualquier cosa por conseguirla. Termina esta primera parte con la presentación del resto de personajes que serán claves para el desarrollo de la historia. Sin embargo, a partir de la media hora, los acontecimientos empiezan a sucederse vertiginosamente y con un ritmo narrativo fulgurante Preminger rueda con exquisita calidad el camino que Eric Stanton emprende, sin saberlo, hacia el fin de su sino de hombre perdedor y fracasado.
Así pues, con esta segunda parte se completa una cinta sobresaliente y que te va atrapando poco a poco. Y no solo por su excelente guión y dirección, sino también por unas interpretaciones imponentes de Dana Andrews y las guapísimas Alice Faye y Linda Darnell que completan un trío amoroso lleno de pasión, desprecio y en ocasiones obsesión hasta la locura. Destacar también una preciosa y pegadiza banda sonora de David Riskin, que colaborara con Preminger también en otros muchos films, y una perfecta ambientación del pueblo costero de la alta California
La película posee un aire de novela negra de sabor a fuerte café tomado en el bar de Stella, con esa cancioncilla de fondo que te cautiva en la trama y te sumerge en un preciso y brillante guión que sin duda refuerza el gusto por el fidedigno cine policíaco.
Los comportamientos de los personajes, el ambiente intrigante, las citas a medianoche, el fondo de las secuencias, los bailes, el mar, todo lleva a comprender con facilidad que todos están enamorados, unos y otros, pero sin corresponderse. Amores fuertes, pasionales, sin reservas y sin bromas.
Con un final bastante trabajado y por momentos inesperado se completa una película que, aunque muchos dicen que muy lejos de «Laura» y «Al Borde del Peligro», supone otro acercamiento excelente de Preminger al cine negro y una demostración más de lo gran director que fue este americano nacido en Viena y huido del nazismo.
Clásico del cine negro, con la atmósfera fascinante del género que saboreaba sus mejores años.
Comentarios de Otto Preminger:
Abundando en la selección de los actores y el sistema del estudio, pues la película fue realizada en la época en que Otto Preminger era un director bajo contrato en la Fox, sin mucha libertad de movimiento como la que tuvo cuando se convirtió en director y productor independiente, el propio Preminger, en una de las entrevistas que tuvo Gerald Pratley con él, para su libro “Otto Preminger” señala el director: “Me han preguntando muchas veces sobre la libertad que tenía para elegir a los actores cuando trabajaba en la Fox. Por esa época todos los estudios tenían sus estrellas. Cuando había un papel para Dana Andrews, que tenía contrato con la Fox, lo utilizábamos. En esos años muchos actores estaban fuera debido a la guerra y no era fácil encontrar a los más apropiados para ciertos papeles. Sencillamente no podíamos salir y contratar a alguien. Me ha oído hablar hoy con Sinatra. En mi situación actual, cuando compre “Where the Dark Steets Go” lo hice pensando en Sinatra y se lo envié a él. Ahora bien, si hubiera estado en la Fox lo más probable es que habríamos recibido una circular el día antes –estas circulares solían enviarlas a menudo- que dijera: ‘Cuando ruedes tu próxima película acuérdate de tal y de tal que está libre’: Los estudios procuraban que sus actores tuvieran trabajo. No creo que Dana Andrews llegara a ser nunca una gran estrella pero en aquel momento el problema de la Fox edra que no tenía estrellas importantes. Aunque Dana Andrews durante la época de la guerra, fue uno de los actores principales más respetados, la única gran estrella de la Fox era Tyrone Power pero nunca llegamos a trabajar juntos, aunque éramos muy buenos amigos”.
“Con este sistema de trabajo la última palabra siempre la tenía el director del estudio; además, aparte de esto, uno sabía como pensaban y lo que probablemente decidirían los jefes a propósito de los actores, así que a menos que se planteara un conflicto entre sus deseos y la integridad del director no nos metíamos en discusiones. En otras palabras, cuando me encargué de una historia como “Ángel o Demonio” (Fallen Angel) Dana Andrews estaba disponible y yo sabía que Zanuck (porque yo había tenido un gran éxito con él en Laura y trabajamos a gusto juntos) estaría de acuerdo con que lo utilizara. Así que lo elegí antes de que me lo pidiera él. Había una especie de toma y daca que no era el sistema más apropiado para que las cosas salieran de la mejor manera posible. Los compromisos personales no sirven para hacer el mejor trabajo; hay que buscar el ideal –no sólo en el cine sino en la vida-, la solución perfecta, y si eso no es posible la más parecida a la perfecta. Pero vivir en una comunidad, como a fin de cuentas era un estudio, con una serie de estrellas, actores de reparto y escritores significaba elegir entre lo que teníamos, también estaba en juego la amistad personal. Como Dana Andrews trabajó conmigo y llegamos a ser buenos amigos si yo hubiera insistido en traer una estrella de fuera cuando íbamos a rodar una película en la que él podría encajar hubiera venido y me habría dicho: ‘Otto, ¿Qué te he hecho? Es un buen papel para mí y lo necesito”. Eran humanos”.
Otto Preminger fué un director, productor y guionista (1906-86) nacido en Viena (Austria). Hijo de un magistrado judio, estaba dispuesto a seguir los pasos de su padre, así que licencio en derecho en la Facultad de Viena. Ejerció de abogado durante poco tiempo, al estudiar teatro (su verdadera pasión). Llegó a ser ayudante del mítico Max Reinhardt (un gran director teatral de la época) y al dejar la abogacia sustituyó a este al frente de su compañia teatral, con la que montó mas cincuenta espectáculos. En aquella época rodo una pequeña pelicula “Dier Got Lebbe” (1931). Con el ascenso de los nazis, se fué a USA en 1932, donde tuvo que empezar de cero. Probó fortuna en los escenarios de Broadway, obteniendo un gran éxito. La 20 Th Century Fox le tentó para el cine, debutando en 1937 con “Amor en la oficina”. Sus dos primeros films fracasaron y tuvo discursiones con el productor Darry F. Zanuck , que solía intervenir en los rodajes. No quiso salir de Hollywood y sobrevivió como actor. Rodó dos films mas, el segundo como productor (así tenia el control absoluto). “Laura” (1944) fue su quinta película, su primer gran éxito y una de las cumbres de su cine. Desde entonces realizó variados films, como el noir “¿Angel o diablo? (1945) thrillers como “Voragine ” (1949) y Al borde del peligro” (1950), comedias de epoca como “La zarina” (1945), “La dama de armiño” (1948) o “El abanico de Lady Windermere” (1949), dramas de epoca como “Ambiciosa” (1947) o modernos como “Daisy Kenyon” (1947). En los cincuenta destacan el noir “Cara de ángel” (1952), el western “Rio sin retorno” (1954), lel musical “Carmen Jones” (1954), os dramas históricos “El proceso de Billy Mitchell” (1955) y “Santa Juana” (1957) y el drama “Buenos dias tristeza”. Pionero en tratar temas escabrosos y polémicos , trató la drogadición en “El hombre del brazo de oro” (1955), La violación en “Antatomia de un asesinato” (1959), la política en “Tempestad sobre Washington” (1962), el catolismo en “El Cardenal” (1963). Cuando realizó “Exodo” (1960) , crónica de la creacción del Estado de Israel, metió como guionista a Daltron Trumbo, legendario guionista represaliado en la caza de brujas. Con este gesto hizo que las lista se acabasen para siempre. Luego hizo el brillante drama bélico “Primera victoria” (1965), el angustioso thriller “El rapto de Bunny Lake” (1965) y el drama sureño “La noche deseada” (1967). De sus últimas cintas destacan “Rosebud” (1975), thriller sobre terrorismo y “El factor humano” (1979) thriller de espionaje adaptado de Graham Greene. Preminger fué un gran director, autor de un buen puñado de obras maestras. “¿Angel o diablo?” es una de sus obras mas desconocidas, tapada por la memorable “Laura”. Este film resulta ser un magnífico “noir”. La dirección es muy buena, el guión espléndio, la fotografia maravillosa, la música muy eficaz, el montaje muy cuidado y cuenta con una maravillosas interpretaciones, sobretodo de Dana Andrews (fetiche del director) y Linda Darnell. El film tiene un ritmo muy sereno, se ve muy bien y contiene interesantes reflexiones sobre el amor, la ambición, los celos, etc… En la mejor tradición del noir clásico. Muy recomendable.
El enorme éxito de Laura puede haber hecho más mal que bien en la carrera de Otto Preminger, no solo por establecer altas expectativas al principio del juego, sino también por forzar una imagen de «maestro de los misterios noir» en un artista mucho más interesado en hacer preguntas que en respondiendo a ellos. Ángel caidoEl seguimiento del director a su clásico de 1944 a menudo se ve desde abajo como una aventura de género menor, pero su análisis sutil de los trópicos sombríos demuestra una continuación y una profundización del uso de la ambigüedad moral de Preminger como una herramienta de perspicacia humana. Linda Darnell, una provocativa bomba atrapada detrás del mostrador de un café en un pequeño pueblo de California, es la llama que rodea al polilla macho de la imagen, aunque luego se revela que el ángel caído titular es el drifter Dana Andrews, que viene a la ciudad y se aplasta rápidamente con ella. Sin embargo, tiene que ponerse en fila, ya que todos los hombres locales, incluido el policía de Nueva York trasplantado Charles Bickford, el operador de la máquina de discos Bruce Cabot y el dueño del café, Percy Kilbride, parecen estar igualmente interesados en probar sus productos. Sabiendo que la seguridad es el camino hacia el uniforme ajustado de Darnell, Andrews enciende el sombrío encanto y ata a la organista de la iglesia Alice Faye en matrimonio, esperando un rápido divorcio y una parte de su herencia; Cuando Darnell aparece asesinado, se convierte en el principal sospechoso. Como siempre con Preminger, ningún personaje puede resumirse en una sola palabra, sus introducciones ofrecen rasgos abreviados (el estado de ánimo de Andrews, la tristeza oscura de Darnell, la nobleza rubia de Faye) que se contradecirán durante el curso de la película; Faye le asegura a su nuevo novio que «También tengo mis pequeños secretos», mientras Darnell, quien Andrews le pidió que abandonara a su pareja en la pista de baile, susurra: «No hago trampa en una cita». La negativa de Preminger a sacar conclusiones fáciles (su pragmática curiosidad por la gente) se refleja en su notable fluidez visual, la cámara de vigilancia en constante movimiento,Es posible que Fallen Angel no satisfaga a los fanáticos del género a quienes les gusta su noir con menos zonas grises, pero la obsesión del director por la obsesión sigue siendo no menos fascinante para el intercambio de suspenso por una lucidez multicapa. Los ángeles caen y se levantan y, como Faye reflexiona en un momento dado, «¿Debemos juzgar?
El excelente guión de Harry Kleiner sigue la estructura general de la novela homónima de Marty Holland, que mejora enormemente el material de escena en escena. Las eliminaciones significativas de la novela se indicarán en cursiva .
El autor de la novela, Marty (Mary) Holland …
… Y las portadas de las ediciones de 1945 (las dos primeras) y 1950 (la tercera).
La novela y la película comienzan con una memorable escena de apertura: el vagabundo Eric Stanton (Dana Andrews) es desalojado de un autobús y aterriza en el lugar de Pop en las afueras de Walton, California. Los «mecanismos» sexuales de la historia se establecen de inmediato con la espectacular entrada de Stella (Linda Darnell), que vuelve de otra fecha «mala».
Después de un intercambio cauteloso, lleno de tensión sexual, Eric regresa por Pop’s y lleva a Stella a una cita. El espectáculo «espíritu» falso de «Professor» Madley (John Carradine) y la presentación de June y Clara Mills (Alice Faye y Anne Revere) siguen.
El escenario se aparta entonces de la novela al describir una versión más madura y ligeramente menos crédula de junio ( Emma ). En la novela de Holanda, ambas hermanas continúan creyendo durante mucho tiempo en el regalo «sobrenatural» de Eric. (Esta estratagema dramática se explotará completamente en el libro, con Eric alistando la ayuda de Madley para engañar al asesino de Stella y obtener una confesión pública poco probable .) La rubia, de pelo corto Stella (otro cambio visual significativo) se convierte en la obsesión de Eric y rápidamente inspira a otra de sus ingenuas intrigas. Eric ejercerá todo su encanto natural para seducir al tímido, virginal (?) June, se casará con ella, le robará el dinero y huirá con Stella, un plan absurdamente amateur en el que la aparentemente venal camarera está de acuerdo por un momento. Clara, la hermana mayor de June, reprimida, podría ser un obstáculo importante, pero Eric logra manipularla. Después de una ceremonia de boda pequeña e íntima, la pareja tiene una triste luna de miel de una semana de duración. Todavía concentrado en su plan «maestro», y más obsesionado que nunca con Stella, Stanton se comporta de manera desagradable con su esposa, esperando que ella acceda a una rápida separación. Junio, sin embargo, sigue mostrando nada más que devoción a él . El escenario «corta a la persecución» significativamente, y elimina hábilmente ese episodio difícilmente plausible .
De vuelta a Walton después de esa desastrosa luna de miel, Eric tiene que enfrentar los celos y el frío y decidido rechazo de Stella.
Él regresa con su esposa, se emborracha para tener sexo con ella (aparentemente por primera vez) y la abandona por el resto de la noche. La novela de Marty Holland continúa con el anuncio de la muerte de Stella. ( El estado del cuerpo y las heridas letales infligidas a ella se describen brevemente; su entierro se menciona junto con las reacciones de la ciudad. ) Aunque profundamente afectado por el drama, Eric está tentado de dejar a Walton y su esposa. Mientras tanto, junio ha recibido la visita de un gordo de aspecto extraño.policía: Judd (Charles Bickford), quien extrajo astutamente de ella varias piezas de información condenatoria sobre Eric, que pretendía ser un «médium», su deserción durante la noche del asesinato. Eric se encuentra rápidamente bajo presión, ya que Judd lo ha incluido en su lista de los principales sospechosos. El primero es Atkins (Bruce Cabot), un vendedor ambulante que ha estado acosando a Stella durante años. Además de Eric, el viejo pobre e inofensivo (Percy Kilbride) parece estar bajo sospecha. (En el capítulo 13, una «pista» plantada discretamente: Judd le dice a Eric Pop que le dio a Stella algunas joyas de alto precio como muestra de su amor. Esta mentira imprudente se explotará para desenmascarar al verdadero culpable … y tenemos que preguntarnos por qué el escenario omitió ese detalle crucial, a riesgo de hacer que el final sea oscuro y apresurado.)
Atkins es arrestado y brutalmente interrogado por Judd. Holland amplifica los antecedentes del personaje al explicar cómo pudo conocer a Stella y estar «obsesionada» por ella. Después de que la prensa local anuncie prematuramente el arresto del culpable, Eric, muy aliviado, elabora su plan inicial: huirá de la fortuna de June después de haberla convencido de que abra una cuenta conjunta para comprar su nueva casa. La inocencia de Atkins está establecida sin lugar a dudas, y Eric se convierte en el principal objetivo de Judd. El policía regresa a la casa de las hermanas y planta algunas dudas muy serias en la mente de Clara. Los acosadores, hiper-emocionales y detestadores de hombres, acusan a Eric de conspirar para robar a June y posiblemente asesinarla. Aunque profundamente afectado por este arrebato, June sigue siendo ferozmente leal a Eric.Ambos escapan por la noche, y hacen autostop para llegar a San Francisco. (Un viaje peligroso en una sucesión de bares y hoteles de mala muerte provoca una nueva relación más tierna.
Enamorarse de June no disuade a Eric de querer robarla . Su plan está a punto de tener éxito cuando es arrestada frente a un banco minutos después de haber retirado el dinero. Eric nunca se ha hundido tan bajo … y esa «caída en desgracia» provoca una autoevaluación saludable y tardía: después de haber huido de muchas situaciones incómodas y planes estúpidos, Eric ahora debe enfrentar sus responsabilidades e identificar al asesino. Clara y Pop casi no encajan, pero tres cartas de amor encontradas en el lugar de Stella le apuntan en la dirección correcta.El exuberante «Profesor» Madley se convierte en un aliado inesperado y digno en este punto. A sugerencia de Eric, regresa a Walton para una sesión espiritual espectacular, cuidadosamente «escrita» por Eric. Refiriéndose a las indicaciones de esta última, entabla un diálogo durante el cual el «espíritu» de Stella desenmascara al asesino. Judd se rompe públicamente y es arrestado en el teatro … Eric se arrepiente y se despide de junio para liberarla, pero ella lo atrapa en la ciudad más cercana y lo lleva de regreso a Walton. En un postludio particularmente tonto, nos enteramos de que Eric ha sido recompensado por su brillante investigación: ha sido nombrado ayudante del alguacil de Walton, es un ciudadano muy respetado, envidiado por todos por su joven y bella esposa. En cuanto a Clara, ha encontrado el amor en los brazos de un … conductor de autobús.