Mas fuerte que la ley

Título en castellano Mas fuerte que la ley
Titulo original Shockproof
Año de filmación 1949
Duración 79′
Pais Estados Unidos
Director Douglas Sirk
Guion Helen Deutsch, Samuel Fuller
Música George Duning
Dirección de fotografia Charles Lawton Jr. (B&W)
Reparto
Productora Columbia Pictures
Sinopsis Jenny Marsh es una ex presidiaria que, tras pasar cinco años en la cárcel y conseguir la libertad condicional, establece una estrecha relación con el agente que debe vigilarla.
Premios  
Subgénero/Temática Crimen, Drama, Serie B

tomado de filmaffinity

Primero de los dos films de Douglas Sirk para Columbia Pictures antes de firmar (1950) el contrato que le liga a la Universal hasta el final de su filmografía (1959). El guión, original de Samuel Fuller, es revisado y modificado por Helen Deutsch. Se rueda en escenarios reales de L.A. y en los platós de Columbia Studios. Producido por S. Sylvan Simon y Helen Deutsch (no acreditados) para Columbia, se estrena el 25-I-1949 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en L.A, San Diego y otras localidades de CA, entre los meses de marzo y agosto de 1948. Griff Marat (Wilde), hijo de inmigrantes italianos, es un eficiente y estricto funcionario judicial encargado de la tutela de convictos en situación de libertad provisional. Jenny Marsh (Knight), una joven que ha pasado 5 años en prisión por asesinato es puesta bajo su custodia. La relación entre los dos deriva gradualmente en amor y propósitos de matrimonio. Sus planes se ven obstaculizados por las interferencias del antiguo amante de Jenny, el empresario de apuestas ilegales Harry Wasson (Baragrey). Griff es un riguroso cumplidor de la ley, trabaja con diligencia y empeño y trata de ayudar a sus pupilos tanto como puede. Jenny es elegante, inteligente, desea conseguir cuanto antes la libertad plena, pero se siente deudora de los favores y atenciones que ha recibido y recibe de Harry. Éste es un personaje turbio, egoísta, manipulador y sin escrúpulos, que utiliza a Jenny en su provecho. Él fue quien la indujo a cometer el asesinato en beneficio de sus intereses.

El film suma crimen, cine negro, drama, romance y crítica social. Douglas Sirk acepta el encargo por el tema que trata la película: la superación y rechazo de tabúes. En el film los tabús más visibles son los relacionados con la licitud de las relaciones prematrimoniales, las relaciones plenas de las parejas de hecho (sin matrimonio), la primacía del amor verdadero sobre las restricciones civiles y religiosas, el derecho de la mujer (igual que el del hombre) de romper las relaciones de pareja cuando se extingue el amor, la igualdad de hombre y mujer, el derecho de defender el amor contra prohibiciones basadas en estereotipos anacrónicos y prejuicios, etc.

El guión, de Sam Fuller es realista, sincero y crítico. Con él se siente identificado el realizador, que muestra su disconformidad con los cambios que en el mismo introduce Helen Deutsch por cuenta de la productora, en especial por lo que respecta al final. Pese a ello, la historia se desarrolla con fluidez, intensidad y un refrescante y atinado sentido crítico. Defiende el amor verdadero y la preeminencia de sus valores.


Será casualidad, o cosa de los guionistas, pero al apreciable Douglas Sirk se le nota aquí la querencia por aquel género por el que es reconocido dentro de la historia del cine: los arrebatados melodramas de los años 50. Algunos realmente notables, como la espléndida y lacrimógena «Imitación a la vida» (1959).
Creo que la película que nos ocupa no satisfará ni a los amantes del cine negro ni a los amantes de arrimar el pañuelo a los lacrimales. Aunque tiene algún momento apreciable, creo que la indefinición del guión, el precipitado final y algunos errores imperdonables para decepción de unos y otros, hacen que la película no termine de cuajar ni de satisfacer las espectativas. Y eso que Cornel Wilde me parece ahora un actor más que aceptable.


tomado de cinemelodic

Discreta película del magnífico director Douglas Sirk, más conocido por sus melodramas, pero que en sus inicios realizó interesantesincursiones en el cine negro como es ésta que aquí comento. Una incursión  bastante indefinida y que navega sin un rumbo fijo entre el género negro y el melodrama sin profundizar y resultando excesivamente esquemática en todos los aspectos

El agente de la condicional Griff Marat (Cornel Wilde) debe encargarse del caso de Jenny Marsh (Patricia Knight), que sale de la cárcel  ras pasar en ella 5 años por asesinato. Esta relación se va haciendo cada vez más íntima lo que provocará conflictos con Harry Wasson, el benefactor de Jenny y del que ésta es amante, un turbio personaje que lleva a Jenny por el camino de la ilegalidad.

Griff es un personaje garante extremo de la legalidad, estricto, modesto, trabajador, inflexible, que va viendo como su forma de pensar y sus prioridades van cambiando al enamorarse de Jenny, una mujer fatal involuntaria. Básicamente la historia de la trayectoria de este personaje y la redención de Jenny son la columna vertebral de la película, siendo la chica, como suele ser habitual en el mejor cine de Sirk, el personaje más importante y el vértice principal del triángulo amoroso. El guión de Samuel Fuller es discreto, con lagunas, y se queda a medio camino de todo, resultando esquemática tanto la parte más de cine negro como la melodramática. En la parte final, con la huida de la pareja, cobra una mayor importancia la trama policial o negra, aunque resulte acelerada. Algunas escenas entre la pareja no transmiten credibilidad y las interpretaciones son justitas.

En un principio se hace un análisis crítico sobre el sistema de libertad condicional, pero la trama se desvía hacia el conflicto de personajes quedando esa primera intención en un esbozo. Luego vemos la dependencia, algo indefinida, de Jenny hacia Harry (John Baragrey) y su posterior atracción hacia el bueno y noble Griff, una relación que hasta el último tercio no se acaba de tener claro si es auténtica. Esa parte de melodrama, donde Griff se desnuda (espiritualmente) en la habitación de Jenny, en una sentida escena, concluye con la decisión final de estar juntos, sin pensar en otras circunstancias, para centrarse más en la trama negra y la huida que se ven obligados a realizar debido al disparo de Jenny a Harry. Esta tensa huida acaba desembocando en un final feliz artificioso y poco creíble, con el villano convertido en una especie de papa Noel algo absurdo. Una huida al infierno y renuncia a los anteriores principios. Paradoja interesante con respecto al cumplimiento de la ley.

El personaje de Harry se desnaturaliza en el final, un personaje mal construido y con una falta absoluta de personalidad y fuerza. El final al menos tiene un punto interesante en esa ironía de Sirk con el juego del periódico.

Lo más brillante, sin duda, de esta película que va como a tirones, es la dirección de Sirk, su profundidad a la hora de retratar a los personajes femeninos y los sentimientos así como su puesta en escena. El inicio con esa rubia despampanante entrando en el despacho del agente remite a los clásicos del cine negro de detectives, donde la mujer fatal se presentaba en el despacho del protagonista, sólo que en esta ocasión llama la atención porque la escena la vemos desde el punto de vista de la chica, que como mencioné es el personaje vehicular.

En el aspecto de la puesta en escena son destacables sobre todo las secuencias en la casa de Griff, rodadas de maravilla y donde todo tiene un sentido y profundidad. El retrato del protagonista, en su vida cotidiana y sus raíces italoamericanas, el uso de los decorados de forma simbólica, como las escaleras, tan caras al cine de Sirk, símbolo aquí de tránsito, transición en la evolución del conflicto o de los propios personajes, son buen ejemplo de ello. Suelen mantener discusiones o argumentos contrapuestos que ese espacio simbólico acentúa en su significación. Las escaleras como el espacio simbólico del progreso.

Es curioso que Douglas Sirk en algunas de sus películas policíacas se interese tanto por los métodos policiales, de forma bastante analítica, así si en ésta se toma mucho interés por los procedimientos de la libertad condicional, en “El asesino poeta” (1947) lo hacía por los procedimientos de investigación que se usan, un poco en plan C.S.I.

Otro personaje interesante es el de la madre, ciega, la voz de la sabiduría, ceguera simbólica, que ve más allá y guía en ocasiones a los personajes, pero que también acaba resultando superfluo en la historia, totalmente olvidado. Un ejemplo más de las carencias del guión. Los planteamientos sobre las normas y su cumplimiento son algo simplistas, aunque eficaces en la descripción del protagonista especialmente, un protagonista que acabará en el lado opuesto de lo que predica. Todos tienen su evolución aunque la del “villano” es mejor ni mentarla. Jenny, por ejemplo, se redimirá

A %d blogueros les gusta esto: