Cayo largo

Título en castellano Cayo Largo
Titulo original Key Largo
Año de filmación 1946
Duración 100 minutos
Pais Estados Unidos
Director John Huston
Guion Richard Brooks, John Huston (Obra: Maxwell Anderson)
Música Max Steiner
Dirección de fotografia Karl Freund (B&W)
Reparto
Productora Warner Bros. Pictures
Sinopsis Frank McCloud (Humphrey Bogart) es un veterano de guerra que viaja a Cayo Largo, en Florida, para visitar al padre (Lionel Barrymore) y a la viuda (Lauren Bacall) de un compañero muerto en combate. Pero su estancia se complica, ya que en su hotel se aloja también una banda de gángsters que, aprovechando una fuerte tormenta, los toman como rehenes. 
Premios
1948: Oscar: Mejor actriz secundaria (Claire Trevor)
1948: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión drama
Subgénero/Temática Gangsters, Mafia,Barcos

Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)

Tomado de filmaffinity

  • «Uno de los títulos míticos del cine negro. Huston supo rodearse de un reparto de altura, capitaneado por un magistral Bogart, par dar vida a esta claustrofóbica intriga. (…) guión sin fisuras para todo un clásico»
    Fernando Morales: Diario El País 
  • «Un poco vacía y retórica para mi gusto, pero sigue siendo uno de los mejores trabajos de John Huston.» 
    Dave Kehr: Chicago Reader 
  • «El énfasis está en la tensión de la narración y en el eficaz uso del tono melodramático que se ha utilizado para señalar el suspense.» 
    Variety 
  • «El guión elaborado por el Sr. Huston y por Richard Brooks está demasiado lleno de palabras e implicaciones cruzadas como para dar plena rienda suelta a la acción.» 
    Bosley Crowther: The New York Times 
  • «Una atmósfera perfectamente tensa y buenas interpretaciones, con chispas que vuelan entre Bogart y Bacall. (…) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)» 
    Ian Nathan: Empire 
  • «Un drama tenso y vigoroso» 
    Bill Higgins: The Hollywood Reporter 
  • «Huston separa la acción con habilidad (…) generando sutiles variaciones de sus agrupaciones con la ayuda del excelente trabajo de cámara de Karl Freund» 
    Tom Milne: Time Out 


Muy mal deben andar las cosas para que una película de John Huston en la que intervienen Humphrey Bogart, Edward G. Robinson, Lauren Bacall, Claire Trevor y Lionel Barrymore pueda considerarse una obra menor. No es el caso de Cayo Largo, más bien al contrario. Estamos ante una película excelente del mejor y más genuino cine negro americano, con uno de los gangsters más típicos del cine USA junto a Cagney, Edward G. Robinson, una de las vamps más seductoras, Lauren Bacall y el Bogart más de vuelta de todo, de todos los Bogarts conocidos.

La elección es difícil pero me quedo con Claire Trevor en su papel inconmensurable de esposa de mafioso, alcohólica hasta las cejas y con la vida destrozada sin remisión. Su escena cantando por un trago de whisky es de un patetismo absolutamente doloroso. El Oscar conseguido significa el mínimo reconocimiento a su excepcional trabajo. Si el resto de actores está francamente bien, Claire está suprema. 

Esta mezcla de claustrofobia, tensiones, pistolas y sexo, tiene tanta fuerza explosiva que nuestra retina queda inevitablemente impactada por imágenes como la del enfrentamiento sin palabras Bacall-Robinson, escenas como la del baño puro en boca ó el propio afeitado del mafioso, por no hablar de un inválido Barrymore literalmente caminando por la fuerza impelente de la ira. Película de pasiones, sentimientos y verdades donde las haya: Ira, Miedo, Egoísmo, Desencanto… y esa química especial que siempre surge de la unión de la pareja por excelencia del cine de siempre.

Como colofón, esa ventana que se abre tras la tormenta dejando pasar unos rayos de sol absolutamente purificadores. Y el retorno, la esperanza y la vida….

Quinto largometraje de John Huston (1906-87) y último que realiza par la Warner. El guión, de Richard Brooks y John Huston, se basa libremente en la obra teatral “Key Largo” (1939), de Maxwell Anderson (1888-1959) y en un capítulo de la novela “To Have and Have Not” (1937), de Ernest Hemingway (1899-1961). Salvo unas pocas tomas panorámicas, se rueda íntegramente en los platós de Warner Studios (Burbank, CA). Claire Trevor, la simpática Dallas de “La diligencia” (Ford, 1939), gana el Oscar a la mejor actriz de reparto por el papel de Gaye Dawn. Producido por Jerry Wald para la Warner, se estrena el 16-VII-1948 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en el islote Cayo Largo, el mayor del archipiélago coralífero, de más de 1.700 islotes, llamado Cayos de Florida (Florida Keys). El ex mayor Frank McCloud (Bogart), licenciado del ejército tras la finalización de la IIGM y sin familia, llega a Cayo Largo con el propósito de visitar al padre, James Temple (Barrymore), y a la viuda, Nora (Bacall), de George Temple, uno de sus compañeros de armas, amigo y subordinado en la campaña de Italia, muerto en combate durante la durísima batalla de Montecasino (17/I a 19/V de 1944). El padre es propietario del Hotel Largo, que Frank encuentra tomado y secuestrado por una pandilla de gángsters liderada por Johnny Rocco (Robinson), famoso por sus tropelías durante los años de la Prohibición. Frank es un hombre generoso e idealista, pero cansado, decepcionado, desilusionado, solitario y sin ganas de luchar. James, postrado en silla de ruedas a causa de una artritis severa (enfermedad de Luis XVIII), como la que afectaba entonces a Lionel Barrymore, es combativo y temerario. Johnny, un gángster anticuado que se propone por oscuros motivos huir a Cuba con sus esbirros, es cruel, hipócrita, miedoso y cobarde.

El film suma cine negro, drama, thriller, crimen, suspense, enfermedad y mafia. La narración es tensa y en ella tienen gran importancia los diálogos y la expresión corporal. Una parte importante del relato se explica mediante gestos, posturas, miradas, reflejos del rostro y similares. En condiciones de manifiesta desigualdad, se enfrentan James Temple, Nora y Frank McCloud con el grupo de gángsters, desconsiderados, agresivos, cínicos y sanguinarios. Mientras la actitud de James Temple es valiente, franca y temeraria y la de Nora es clara y terminante, la de Frank evoluciona con lentitud desde posturas pasivas y de silencio consentido a otras más activas. El enfrentamiento va subiendo de tono en un crescendo que Huston administra con habilidad. De las burlas, las palabras injuriosas y las actitudes humillantes, el relato deriva hacia hechos físicos (bofetadas, arañazos, empujones…) y hacia hechos más graves que llevan el ambiente a una situación extrema.

Catalogada por la crítica como obra menor del genial Jonh Huston, esta cinta sin embargo supera en facturación técnica a otras de mayor renombre en su filmografía, gracias entre otras cosas a la sensacional fotografía en blanco y negro del prestigioso fotógrafo alemán Karl Freund, autor de obras tan celebérrimas como «Perversidad» de Fritz Lang.

Inspirada en la obra epónima para teatro del poeta y novelista norteamericano, Maxwell Anderson,Huston sin embargo, con la colaboración como coguionista de Richard Brooks (posteriormente director de cintas basadas en obras de la literatura universal, tan famosas como «A Sangre Fría», «La gata sobre el tejado de zinc» ó «Los hermanos Karamazov» entre otros títulos), intentó por todos los medios valiéndose fundamentalmente por sus rápidos movimientos de cámara suprimir su instintivo sello de pieza teatral, a la vez que modificar partes de la obra, como el hecho de que el protagonista en la obra teatral era un exiliado de la guerra civil española, así también como conferir protagonismo al personaje de la viuda…

Toda una odisea el rodaje de esta película, fundamentalmente porque Huston salía de otro rodaje, el de su obra maestra por excelencia, «El Tesoro de Sierra Madre», para casi de seguido, y con problemas por el tema del comité de actividades antiamericanas del que también habían sido parte esencial el dueto protagonista formado por la pareja Bogart y Bacall, afrontar este otro proyecto por exigencias de contrato con la multinacional de turno.

Muchos hablan de que quizá por ello, Huston creó una obra menor, dando la sensación de una película hecha con prisas. Lo cierto es que el resultado final es una sorprendente cinta de aventuras y drama en mitad del atlántico, en las islas Key del estado de Florida, y en concreto en Key Largo (Cayo Largo), con unos protagonistas que para nada acusaron el cansancio del momento tan tenso por el que estaban pasando, y donde incluso una de las protagonistas, Claire Trevor que interpreta magistralmente el papel de Gaye Dawn, se llevó el gato al agua en la ceremonia de los Oscars del año 1949, donde además Huston acumuló a título personal dos oscars por su otra película del mismo año «El tesoro de Sierra Madre»..


Tomado de lasmejorespeliculasdelahistoriadelcine

La toma de rehenes por una banda de gangsters en un hotel de la isla de Cayo Largo bajo la amenaza de un huracán es la base argumental de esta historia de Richard Brooks (posteriormente guionista y realizador de películas tan importantes como «El fuego y la palabra (1960)» y «La gata sobre el tejado de zinc (1958)«) basada en la obra del dramaturgo Maxwell Anderson. La buena dirección de actores a cargo de John Huston (el director venía de rodar «Let There Be light (1946), documental y última parte de la polémica trilogía sobre La Segunda Guerra Mundial) que acompañada de la fotografía de Karl Freund («Metrópolis (1927)«) y el buen trabajo musical del legendario compositor Max Steiner («Lo que el viento se llevó (1939)«,»Casablanca (1942)«)) harían de esta obra un clásico indiscutible del cine negro. El director contaría como protagonista y héroe atormentado del film a Humphrey Bogart, un actor con quien colaboró en diversas ocasiones desde el debut del realizador en la imprescindible «El halcón Máltes (1941)» y que en esta ocasión se pondría en la piel de Frank McCloud. Destaca la labor del actor de origen rumano Edward G. Robinson que sobresale ante un reparto lleno de estrellas cinematográficas con su interpretación del mafioso Johnny Rocco, (un perfil, el de gangster que ya le había lanzado al estrellato en los inicios de los años 30 con su papel de Rico Bandello en el destacable film de Mervyn LeRoy, «Hampa dorada (1931)«). Hago mención de la actriz Claire Trevor como la amante alcohólica de Johnny Rocco, papel que le hizo ganar la estatuilla de mejor actriz de reparto y de Lionel Barrymore, con su personaje de James Temple, el invalido dueño del hotel (donde ya el actor se encontraba realmente en silla de ruedas por sus problemas de artritis). Una de las escenas que me pareció significativa (y a la vez graciosa) durante la visión de esta obra es el momento donde Edward G. Robinson abofetea a Humphrey Bogart, tras este último llevarle un vaso de whisky a Claire Trevor. Como curiosidad, esta sería la última película que rodarían juntos la mítica pareja Humphrey Bogart-Lauren Bacall tras «Tener y no tener (1944)«, «El sueño eterno (1946)«, «La senda tenebrosa (1947)«.


Tomado de eltiempodetenido

Sesión de cine: Key Largo (John Huston. 1948) La tormenta, un personaje principal.

 

«Enviaron un tren de socorro desde Miami. El barómetro seguía bajando cuando el tren llegó a Homestead. El maquinista iba empujando los vagones vacíos hacia la zona de peligro. El huracán arrancó todos los vagones de la vía. El viento soplaba a más de 300 kilómetros por hora. Una ola de 4 metros barrió los cayos. Barrió varios pueblos. Kilómetros y kilómetros de calzada arrancados. Todo desapareció. No quedó nada. Después se descubrieron más de 800 cadáveres. Y durante meses, aparecieron más en los manglares»
 
(Lionel Barrymore en Key Largo)
 
Un veterano de la Guerra Civil española regresa desencantado a los cayos de Florida para visitar a la familia de un compañero caído en combate. Ahí descubre que un grupo de jugadores se ha apropiado del hotel que regenta la familia. Todos los que hayan visto Key Largo relacionarán con ella esta situación. Y efectivamente, esta historia del veterano de la Guerra Civil es la obra teatral de Maxwell Anderson (1939) titulada Key Largo, protagonizada en los escenarios por Paul Muni y comprada posteriormente por los estudios Warner para que la dirigiera John Huston, con guión de Richard Brooks y protagonizada por Humphrey Bogart. Huston y Bogart se encontraban rodando El tesoro de Sierra Madre y a ninguno de los dos les convencía la historia de Maxwell Anderson. Sin embargo, Richard Brooks sugirió cambiar sensiblemente la historia y sustituir a los malvados jugadores por unos mafiosos al estilo de Hampa dorada, conEdward G. Robinson como el capo de la banda. Aunque los preestrenos de El tesoro de Sierra Madre eran un éxito, la preproducción de Cayo Largo se vio marcada por el Comité de Actividades Norteamericanas. John Huston había formado el colectivo Hollywood se defiende (junto a William Wyler) que más tarde se convirtió en el Comité pro Primera Enmienda del que formaba parte el matrimonio BogartEdward G. RobinsonGene KellyJudy Garland o Danny Kaye. Redactaron una declaración en la que manifestaban su repulsa e indignación por el intento del comité de manchar la reputación de la industria y fue firmada por 500 cineastas. Pero el comité prosiguió con su persecución y sus interrogatorios. El estudio Warner presionó a Bogart y este, junto a Lauren Bacall, acabó declarando ante la prensa un texto que el estudio le había escrito: Yo no soy comunista y detesto esa filosofía. Soy americano y cabe que, como muchos de ustedes, sea a veces un americano estúpido e impetuoso. A mí esa palabra nunca se me hubiera ocurrido (aclaró, tras tartamudear en el adjetivo «impetuoso») Así Bogart cedió a la presión del estudio y recibió críticas por todos lados. Este hecho fue algo que Humphrey Bogart nunca superaría. 
Lauren Bacall y Humphrey Bogart, fotograma de Key Largo
John Huston viajó con su mujer a Cayo Hueso y decidió poner en marcha la película, trabajando con Richard Brooks, alojándose en el Hotel Largo. Para encarnar al villano principal, reconvertido en el gángster Johnny Rocco, Huston pensó en Charles Boyer y afortunadamente Jack Warner lo vetó exclamando: Veneno para la taquilla. ¡Jamás!. El personaje de Johnny Rocco está basado en Lucky Luciano y Edward G. Robinson es el actor perfecto para este papel. La primera aparición de Rocco, en el primer guión, sucedía bajando lentamente las escaleras principales del hall pero Huston, al ir a buscar un día a Brooks, se encontró que el guionista estaba metido en la bañera con un ventilador encendido. El director saltó de júbilo y exclamó: ¡Este es Rocco, con un puro!Como un crustáceo sin su concha… Y efectivamente, la primera vez que vemos a Edward G. Robinson en pantalla aparece en la bañera, con el ventilador encendido y un enorme puro que cuelga de su enorme boca de pez.

Esta primera aparición del gran Johnny Rocco es espectacular. Para Robinson y Bogart era la quinta película que rodaban juntos. Continuamente estaban bromeando y era una delicia verlos ensayar. Por aquella época Bogart estaba en la cima y Robinson empezaba a decaer. Edward G. recuerda en sus memorias: En ese plató recibí trato de estrella porque Bogie insistió en ello. Y era un plató lleno de estrellas. Completaban el reparto Lionel BarrymoreClaire TrevorLauren BacallThomas Gómez y John Rodney
Edward. G. Robinson, Humphrey Bogart, Lionel Barrymore y Lauren Bacall
Finalmente, el veterano de la Guerra Civil se convirtió en veterano de la Segunda Guerra Mundial, amante de la navegación y los jugadores que se habían hecho con el control del hotel se convirtieron en una banda de gángsters que vuelven de su exilio en Cuba. Así como Johnny Rocco (Edward G. Robinson) sería Lucky Luciano, Claire Trevor es la amante de Johnny Rocco (Gaye Dwan) y recuerda a Gay Orlova, novia de Luciano. El personaje de la viuda Nora fue retocado para Lauren Bacall y el final de la película en el yate Santana (bautizado como el barco que tenía en la vida real Humphrey Bogart) está tomado de la novelaTener y no tener de Ernest Hemingway, que no se había utilizado en su adaptación cinematográfica. Así nace la versión de Cayo Largo para el cine. 
La indignación de Huston por toda la situación política con el Comité de Actividades Antiamericanas se refleja en diversas referencias en el guión aRoosevelt. Los gángsters serían las fuerzas de extrema derecha, capitaneadas por Rocco y el luchador, el rebelde, sería Frank McCloud (Humphrey Bogart), el hombre de principios, ese personaje que se repite una y otra vez: aunque tu mente ordene una cosa, tu vida seguirá diciendo lo contrario. Ese luchador que no puede abandonar la lucha. En definitiva la película contiene un reparto de actores sin igual. Empezando por Lionel Barrymore (en el papel de James Temple), condenado a vivir y actuar en una silla de ruedas sus últimos quince años debido a una grave lesión en una pierna, agravada por una artritis crónica, completa una actuación memorable y uno de los diálogos más emocionantes como es el que abre este post. Claire Trevor ganó merecidamente el Oscar a la mejor actriz secundaria por interpretar a la acabada cantante alcohólica y amante de Rocco, Gaye Dawn. Trevor tiene una secuencia memorable que precede a la primera caída del gran Rocco. Gaye pide un trago a Rocco y este se lo niega. Le dice que si quiere un trago deberá cantar alguno de sus viejos éxitos. Gaye intenta cantar Moanin’ Low y al terminar desastrosamente su interpretación, Rocco sigue negándole el trago. Esta escena se rodó sin ensayar, lo que motivó el nerviosismo de Claire Trevor y probablemente, propició su gran actuación.
Bogart, Trevor, Bacall
Y llega la tormenta, primer personaje que derrota al gran Johnny Rocco. Hasta ese momento, Rocco se ha estado comportando como el gran césar que domina la situación, el gran capo que volverá desde la sombra a manejar de nuevo los hilos de la política en el país. Rocco es dominante y se ríe de todos los huéspedes del hotel, sobretodo de los Temple y de McCloud. Rocco es despiadado, un asesino que mata a sangre fría y así nos lo muestra el director. Como muestra, esa secuencia en que Rocco pide ser afeitado:
 
 

 
 

Pero la tormenta ha estado presente desde que McCloud y Nora cerraron puertas y ventanas para prevenir desperfectos por el aviso de un huracán. El ambiente claustrofóbico que crea Huston, dentro del hotel es tan agobiante que el espectador puede palpar la humedad y el calor propios de una tormenta tropical. Después de la descripción que el viejo señor Temple desgrana sobre las consecuencias de un huracán en el año 35, el gran Johnny Rocco disminuye, comienza a estar nervioso y el hotel va cayendo sobre él. El viento azota las ventanas en el exterior, el huracán azota el mar, que se lanza contra el hotel. Los vasos caen de las estanterías, la luz eléctrica deja de funcionar y se cortan los teléfonos. Eh, viejo ¿se pondrá peor esto? -dice Rocco- Bueno… la peor tormenta que tuvimos fue la del 35. El viento levantó una ola inmensa que se estrelló en Cayo Matecumbe. Barrió a 800 personas -responde el señor Temple- ¿Está eso lejos de aquí? -vuelve Rocco, tentando una esperanza- A unas pocas millas -sentencia Temple, lapidario- Edward G. Robinson ya no es el de Hampa dorada sino el hombre perturbado y culpable de Perversidad.
Rocco, preocupado por la tormenta, parece empequeñecido por el temor que le invade.
 
 La escena angustiosa termina con una palmera arrastrada por el viento que rompe una ventana y se introduce en la estancia principal del hotel. Rocco, volverá a la normalidad cuando recibe la visita de su amigo el gángster Ziggy, con el que tiene pendiente un trato. Hay que destacar que Cayo Largo está rodada en Hollywood con la excepción de unos exteriores filamdos en Florida. Así que esta escena, en la que constantemente percibimos una tormenta tropical que nos acosa y acosa a los personajes que sobreviven encerrados en un hotel, está filmada en Hollywood. Creo que la tormenta y el huracán (acentuados por la música de Max Steiner) forman aquí una pareja de personajes principales en la película y son los primeros en derrotar al gran Johnny Rocco, los primeros en convertirlo en un hombre insignificante, aunque sostenga un arma en su mano. Por último, la memorable escena de Claire Trevor cantando Moanin’ Low
Inmediatamente después de rodar la magnífica El tesoro de Sierra Madre, el realizador John Huston escribió junto a Richard Brooks y dirigió su último trabajo con la Warner, el quinto en su filmografía. Rodeándose de un excelente reparto plagado de estrellas e intentando restar en todo momento la teatralidad innata que derrocha la historia, Huston firma un trabajo en el que los diálogos, las expresiones y los gestos comparten protagonismo por igual y la tensión fluye entre ellos de forma magistral. Todo un clásico del noir estadounidense catalogado como obra menor por parte de la crítica. Con media docena de trabajos así al año me conformaba yo.

Cayo Largo, John Huston, Key Largo

Sinopsis: Frank McCloud (Humphrey Bogart) es un veterano de guerra que viaja a Cayo Largo, en Florida, para visitar al padre (Lionel Barrymore) y a la viuda (Lauren Bacall) de un compañero muerto en combate. Pero lo que en principio era una visita de cortesía se complicará por la presencia de un grupo de gansters a las ordenes de Johnny Rocco (Edward G. Robinson), al que también acompaña su novia (Claire Trevor), con los que quedarán atrapados por una fuerte tormenta y serán tomados como rehenes en el interior del hotel propiedad de la viuda y el padre de su antiguo compañero.

Cayo Largo, John Huston, Key Largo
 
El director: John Huston fue un director, guionista y actor de cine estadounidense nacionalizado irlandés, nacido en Nevada, Misuri, el 5 de agosto de 1906. Considerado por méritos propios como uno de los mejores realizadores de todos los tiempos, fue un personaje tan brillante como controvertido, que nos dejó un legado como director de 40 títulos para el recuerdo, de los que mencionaré algunos, no necesariamente los mejores (eso queda a gusto de cada consumidor): El halcón maltés (1941), El tesoro de Sierra Madre (1948), Cayo Largo (1948), La jungla de asfalto (1950), La reina de África (1951), Moulin Rouge (1952), Moby Dick (1956), Los que no perdonan (1960), Vidas rebeldes (1961), Freud, pasión secreta (1962), La noche de la iguana (1964), Reflejos en un ojo dorado (1967), Paseo por el amor y la muerte (1969), El juez de la horca (1972), El hombre de Mackintosh (1973), El hombre que pudo reinar (1975), Evasión o victoria (1981), El honor de los Prizzi (1985) o El honor de los Prizzi (1985). Sus memorias, lectura mas que recomendable, finalizan con una reflexión sobre lo que el mismo hubiera cambiado en su vida, fiel reflejo de como la vivió: «Pasaría más tiempo con mis hijos; ganaría el dinero antes de gastármelo; aprendería los placeres del vino en lugar de los de las bebidas fuertes; no fumaría cuando tuviera pulmonía y no me casaría por quinta vez».

La película: Si dedicamos un rato a repasar las opiniones de aficionados y críticos sobre la obra que hoy nos ocupa podemos encontrar casi de todo, desde los que no salen convencidos de la actuación de Humphrey Bogart y Lauren Bacall, los que piensan que Huston realizó este trabajo a regañadientes y solo por quedarle una película que filmar con la Warner, los que no la meten entre las mejores películas del realizador, los que opinan que su guión es mejorable en algunos aspectos, los que ven en ella poco menos que una obra maestra y así podría llevarme hasta mañana. En lo que casi todos coinciden es en darle como mínimo un siete de nota, siendo muchos los que suben esta hasta llegar a casi la excelencia, por lo que creo que como mínimo se merece un visionado. Lo que normalmente ocurre con trabajos de este nivel es que lees opiniones que los encumbran tanto que a la hora de visualizarla hay quien puede sentirse un tanto decepcionado, aunque no haya sido ese mi caso.
 
Cayo Largo, John Huston, Key Largo

Para mi estamos ante un trabajo imprescindible, en el que la tensión se masca en el ambiente y los reducidos espacios donde se desarrolla son un protagonista mas y no secundario precisamente. Lo que en él no me acaba de convencer del todo es la relación que se establece entre Humphrey Bogart y Lauren Bacall, un tanto forzada y poco creíble en algunos momentos, algo que hablando de una pareja que nos ha dejado películas como Tener y no tener, dirigida por Howard Hawks (1944), en la que la relación entre ambos llenaba la pantalla y copaba todo el protagonismo, resulta un tanto chocante y te descoloca un poco. Además en su magnífico reparto también aparecen un Edward G. Robinson espléndido y una Claire Trevor que realiza una actuación magistral (le valió para ganar el Oscar a la mejor secundaria), por lo que el trabajo de la pareja eterna queda un tanto eclipsado.
Pero no quiero que se confundan, lo que acabo de exponerles no debería ser nunca motivo como para dejar de disfrutar una película que ocupa un lugar de honor en la historia del cine, ya que trabajos como este son los que consiguieron que el cine negro perdurara en el tiempo como lo hizo, los que nos hacen repasar una y otra vez la historia de este arte y seguir buscando pequeñas maravillas que hayamos pasado por alto o volver a disfrutar de obras que, como ocurre con esta que hoy nos ocupa, siguen haciéndote disfrutar de ese cine que ya no se hace. John Huston hizo aquí lo que mas le gustaba hacer, viajar hasta el lugar que tenía en mente o donde se desarrollará la historia y dejar que en su mente fueran apareciendo entre copa y copa, muy poco a poco, las escenas que al final llevaba a la pantalla.

También sorprendió bastante en su momento que decidiera adaptar la obra de teatro con la que comparte nombre de Maxwell Anderson, que había pasado sin pena ni gloria por los escenarios, pero para ello redactó él mismo su guión junto a Richard Brooks, alterando suficientemente la historia e incluso introduciendo en ella una pequeña parte de la novela To Have and Have Not (1937), del señor Hemingway, un capitulo concretamente. ¿Es mejorable?, casi todos lo son, pero el resultado realmente merece la pena ser disfrutado. Además realizó también varias escenas en exteriores, obsesionado con maquillar el origen teatral de la misma. Hay que destacar la notable fotografía de Karl Freund (Drácula, Te quiero, Lucy, Metrópolis, Our Miss Brooks), un artista que en el momento del rodaje tenía ya mas de 35 años de experiencia, algo que se nota en su trabajo y mucho. Tanto las escenas de exteriores como las de interior están perfectamente filmadas, contribuyendo en estas últimas a la creación de la densa atmósfera que se respira en todo momento y que no hace mas que crecer y crecer.

Cayo Largo, John Huston, Key Largo

El reparto de Cayo Largo debe de ser el sueño de cualquier realizador, aunque cada cual tiene sus gustos y necesidades. Humphrey Bogart interpreta a Frank McCloud, un veterano de guerra ex-compañero del que fue esposo de Nora Temple, interpretada por Lauren Bacall e hijo de James Temple, al que da vida Lionel Barrymore, a los que va a visitar a la isla. En ella encuentra a un grupo de gansters liderados por Johnny Rocco, interpretado por un inmenso Edward G. Robinson. Junto a el viaja Gaye Dawn, a la que da vida de forma estelar Claire Trevor, una antigua cantante con problemas con el alcohol. Solo por ver la actuación de los dos últimos ya merece la pena la película. Entre el resto del reparto destacan nombres como Thomas Gómez, Harry Lewis, John Rodney, Marc Lawrence o Dan Seymore, entre otros. Un nivel difícilmente mejorable.

Conclusión: Key Largo (Cayo Largo en España) es uno de esos trabajos que me gusta volver a ver cada cierto tiempo. Una película de personajes, de gestos, miradas y diálogos, en la que resulta una delicia disfrutar de la asfixiante atmósfera que en ella se respira. Además contiene escenas realmente difíciles de olvidar y filmadas de forma sobresaliente, como la de Johnny Rocco fumándose un puro en la bañera, la de la canción que obliga a interpretar a Gaye Dawn o la rodada en el barco. Un trabajo que yo no me atrevo a clasificar dentro de la filmografía deJohn Huston, principalmente porque cada espectador tiene sus gustos y eso lo dejo al de cada cual. Personalmente si pienso que nunca me perdería un trabajo con este reparto y por ello recomiendo su visionado. Por cierto, es la cuarta y última película de Lauren Bacall y Humphrey Bogart juntos, por si les sirve de algo. 
El punto más meridional de los EEUU lo forman los Cayos de Florida, de los cuales, Cayo Largo es el más aislado de todos. Aislado geográfica y humanamente. Pero no emocionalmente. Por su parte, el estado más apagado y escéptico, anímicamente hablando, del mayor Frank McCloud (Humphrey Bogart), se da en el momento en que este decide visitar dicho lugar, ya que como en un determinado momento asegura, la vida en tierra se ha complicado demasiado. Tal vez por ello los azares del destino han determinado que ambas vertientes converjan en este remoto pero misterioso enclave.
 
Cayo Largo (Key Largo, Warner Bros., 1948) refleja lo que ocurre cuando dos personajes antagónicos regresan a su país de origen, transcurrido cierto tiempo; tanto el que marca los acontecimientos como el que desgasta las certidumbres.
 
En el caso que nos ocupa, un oficial que ha vuelto de la guerra y que deambula desilusionado con la vida (y seguramente con la condición humana); que antes del conflicto bélico ha ejercido como jefe de redacción de un periódico, taxista, camarero, albañil, etc., y que es el mayor interpretado por Bogart (1899-1957).

De otra parte, un gánster venido a menos pero con ganas de ir a más, puestas sus grandes esperanzas en su futuro y en el del país: Johnny Rocco (el estupendo Edward G. Robinson; 1893-1973), forjador de ídolos políticos y funcionariales que, para su consternación, observa como estos no le agradecen los servicios prestados y se atreven a llamarle criminal.
 
¡Ambos tienen sobradas razones para sentirse defraudados! Tanto los mundos de uno como de otro parecen haberse desvanecido en el aire, salvando las debidas distancias (ya que hay cosas que no cambian nunca).

Escrita por Richard Brooks (1912-1992) y el propio realizador, John Huston (1906-1987), Cayo Largo es la adaptación de la obra de teatro de Maxwell Anderson (1888-1959), de igual título, estrenada en 1939. La acción de la película se nos muestra de forma claustrofóbica y estanca –en el mejor sentido-, pese a lo cual, respira en todo momento gracias a la dinámica puesta en escena de Huston, que permite a sus actores moverse por el escenario tanto física como psicológicamente. Dicho de otra forma, son los actores quiénes determinan la puesta en escena y no la cámara; toda una lección de maestría cinematográfica.
 
Los calculados movimientos quedan en función de las derivas emocionales de los protagonistas que se congregan, por unas pocas horas, en el hotel regentado por Nora (Lauren Bacall) y su suegro, James Temple (Lionel Barrymore). Un espacio que, curiosamente, está fuera de temporada durante los conflictivos meses del verano, para abrir sus puertas en otoño. No podemos dejar de mencionar las secuencias de Nora y el mayor en el embarcadero o la de la emboscada en la embarcación de este último, magníficamente planificadas por Huston y fotografiadas por Karl Freund (1890-1969), además de musicalizadas por Max Steiner (1888-1971).
 
Pero además, en el Hotel Largo se avecina una noche de tormenta… esta vez climática. La huracanada ventolera no tarda en presentarse en forma de vendaval, como un personaje más, capaz de invertir las polaridades psicológicas de McCloud y Rocco. Curiosamente, el gánster ya se había hecho pasar antes por un misterioso aunque temido huésped, que respondía al nombre de Señor Brown.
 
En todo este entramado de relaciones, establecido a la fuerza, destaca, sin embargo, un aspecto en el que la suerte se ha echado de forma libre y consciente. La visita del mayor responde a la necesidad de conocer a los familiares de uno de sus reclutas, George Temple, para cumplir así una deuda de aclaraciones acerca de su actuación y fallecimiento en combate. No se imaginan lo que sé de ustedes dos, les comenta a James y Nora.
 
Pese a todo, para poder darse a los demás, McCloud deberá completar antes un viaje estrictamente personal. Las decisiones últimas corren de su cuenta, tras un proceso de interiorización en el que, finalmente, sale al encuentro de la inesperada, exigua aunque acogedora familia del soldado.
 
Son personajes que, como la cantante alcohólica Gaye Dawn (la excelente Claire Trevor), ya han hecho sus apuestas ante la vida, pero que, pese a todo, aún siguen apostando por un futuro mejor. En este sentido, la que es vieja conocidade Rocco, encuentra puntos de conexión con el mayor McCloud. No en vano, este le comenta al policía que, en un momento dado, le interroga, que se halla sin dirección; solo de paso.
 
Pero como advertíamos, McCloud no se enfrenta materialmente a Rocco en su terreno, sino en otro que le es más propicio. Con una salvedad: cuando ofrece, de forma arriesgada, una copa de licor a Gaye, después de que esta haya interpretado el tema Moanin’ Low, de Ralph Rainger (1901-1942) y Howard Dietz (1896-1983), en una de las secuencias más hermosas y dramáticas de la película. Su vida está en contra suya, le recuerda Nora a McCloud, poco después.
 
Finalmente, como nada está escrito, ni siquiera en las ficciones del cine o el teatro, McCloud atisbará la placentera perspectiva de ese ansiado futuro junto a los dueños del hotel, lugar por excelencia donde se entrecruzan los destinos de las personas.
Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)
 
Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)
 
Un clásico noir…o no tan clásico
Apabullante y muy inteligente ejercicio de tensión criminal por parte de John Huston, cuyo mayor esplendor creativo se sucedió entre los años 40 y 50, legando algunas de las mejores películas del género negro más clásico, como El halcón maltés (The Maltese falcon, 1941), El tesoro de Sierra Madre (The treasure of Sierra Madre, 1948) y La jungla de asfalto (The asphalt jungle, 1950), para más tarde adaptar dos de las más célebres piezas literarias norteamericanas de todos los tiempos como son Medalla roja al valor (The red badge of courage, 1951) y sobre todo la monumental (tanto la novela como su adaptación) MobyDick (1956). Finalmente se retiraría y moriría legando al mundo El honor de los Prizzi (Prizzi’s honor, 1985) sosa comedia gangsteril con Jack Nicholson, y la superior, ésta sí, adaptación de James Joyce Dublineses (Dubliners, 1987)Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)
La que aquí nos ocupa es sin duda uno de los trabajos de Huston mejor acabados, con una claustrofóbica y creciente tensión bajo los cánones y convenciones del mejor noir, que culminará en lo inevitable en estas películas, sí, pero es el cómo llega a eso lo que la convierte en un sobresaliente trabajo, adaptación, por otra parte de una obra de teatro estrenada en Broadway 10 años antes, en la cual un militar (Humphrey Bogart) que combatió en la Segunda Guerra Mundial llega a un hotel en Key Largo (Miami) para simplemente comunicar a un padre y a una novia la muerte de su hijo y amado en la contienda. Pero unos gángsteres- liderados por Edward G. Robinson, el rostro de la etapa clásica del crime film (Scarface, Hampa dorada), impagable su primera aparición en el filme, en la bañera y, por cierto, inspirado en el mismo Al Capone, el cual tuvo un retiro dorado en la misma Miami antes de morir- no le dejarán hacer lo que tiene que hacer, encerrándose con los protagonistas en el hotel, y, además, el hecho de que Bogart sienta algo más que simples condolencias por la hija del regente del hotel (Lauren Bacall), tan sólo empeorará las cosas.
Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)
Como ya se ha apuntado, éste Cayo Largo resulta de lo más fascinante filmado por Huston (cineasta, por otra parte, que tuvo sus años de bonanza, pero el cual hoy en día nadie coloca entre los más grandes del cine) pese a que siempre ha estado ensombrecido por, sobre todo, El halcón maltés(por compararla con un universo similar en su temática), pero lo cierto es que este noir de Huston cuenta con un guión de hierro (moldeado a partir de, cómo no, su influencia teatral, y se nota. Además, le pese a quién le pese, exégetas de los efectos especiales, el esqueleto de cualquier buena película es su guión) y el carisma habitual de Humphrey Bogart (en, personalmente, su más prestigiosa colaboración con Bacall), razones suficientes para degustar este relato bien narrado y mejor realizado.
Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)
Los dos protagonistas (y antagonistas al mismo tiempo) están perfectamente definidos, no hay fisuras en su creación. Ambos, Bogart y Robinson, han tenido siempre una voz y unas muecas reconocibles, interpretando al mismo personaje una y otra vez (dicho esto sin el menor ápice de crítica, en contraposición de lo que en su día se hizo con, por ejemplo, los action men de los 80) de modo que ya sabemos de qué van desde el primer instante en el cual les vemos en pantalla. El irónico y carismático Bogart frente al despiadado Robinson. Y en 1948, Bogart estaba en el pináculo de su éxito, mientras Robinson ya estaba de clara capa caída, aunque siempre se le dará el prestigio de haber participado en un film tan de serie A como éste, ya que los gangster films mencionados más arriba podrían considerarse más como serie B, sin estrellas de relumbrón en su cartel.
Quizás no de las más populares pero superior en todo caso a gran parte del noir que pululó por la industria en su etapa más clásica, la cual podríamos encuadrar (simple y llanamente por establecer períodos, como se hace con la historia e historia de las artes, aunque en ningún caso resultan definitivos) entre 1940 y 1960, Cayo Largo rezuma cine negro por todos sus poros, y demostró que no hacía falta una ciudad entera, con sus calles, su noche y sus persecuciones para contar una buena historia.
Cayo Largo (Key Largo, John Huston, 1948)

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