Llamad a cualquier puerta

Título en castellano Llamad a cualquier puerta
Titulo original Knock on any door
Año de filmación 1949
Duración 100 minutos
Pais Estados Unidos
Director Nicholas Ray
Guion John Monks Jr., Daniel Taradash (Novela: Willard Motley)
Música George Antheil
Dirección de fotografia Burnett Guffey (B&N)
Reparto
Productora Columbia Pictures
Sinopsis Un prestigioso abogado liberal, surgido de los barrios bajos y la pobreza, asume la defensa de un joven delincuente acusado de asesinar a un policía.
Premios  
Subgénero/Temática
Crimen, Sistema judicial

tomado de filmaffinity

La película “Llamad a cualquier puerta”, puede atraer a muchos cinéfilos por varios motivos: La dirección de Nicholas Ray, el nombre de ese inmenso actor Humphrey Bogart, e incluso quizás por ver que tal trabaja John Derek. Durante su proyección puede que no llegue a fascinar, quizás por la poca profundidad con qué son tratados la mayoría de personajes del filme (en especial los femeninos). La verdadera cuestión que mueve la película, es saber si realmente la sociedad es culpable de las situaciones más duras en que puede encontrarse un joven salido de unos de esos barrios neoyorquinos, y a los que nadie presta atención, hasta su caída final.

Realmente aunque se pueda compartir en parte la deducción final del abogado defensor (excelente Humphrey Bogart), difiero en parte de que cualquier día, cuando se llame a cualquier puerta, nos pueda salir un joven idéntico a Nicky Romano (aceptable trabajo de John Derek), en parte por qué no existen los clones, y por entender que en la mayor parte de los casos, la maldad se lleva dentro, puedes ayudar a regenerar a muchas personas, pero ello no es óbice de que surjan muchas más que no quieran ser regeneradas.

Buena película, recomendable sobre todo por la actuación de Bogart, en un papel que no solía interpretar.

“Vive deprisa, muere joven y tendrás un bonito cadáver».


Tercer largometraje de Nicholas Ray (1911-1979). El guión, de John Monks Jr. y Daniel Taradash, adapta la novela “Knock on Any Door” (1947), de Willard Montley. Se rueda en escenarios reales del lago Arrowhead (CA) y en los platós de Columbia Sunset Gower Studios (Hollywood, L.A., CA) con un presupuesto modesto de 900.000 USD. Producido por Robert Lord de Santana Productions para Columbia Pictures, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 21-II-1949 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en Chicago (Illinois) en los últimos años 1948-1949. El protagonista es el abogado Andrew “Andy” Morton (Bogart), que tuvo una infancia difícil, pero que consiguió salir adelante y ahora es un prometedor abogado felizmente casado. El coprotagonista es el joven Nick Romano (Derek), hijo mayor de una familia numerosa inmigrante de origen italiano, muy religiosa, que ha perdido al padre y tiene a la madre postrada en silla de ruedas a causa de un reumatismo severo. Viven en un barrio marginal de la ciudad, donde abunda la pobreza, el paro, la desestructuración familiar y la delincuencia. El film explora, entre otras cosas, el mundo de los adolescentes y de los jóvenes sobre todo en relación con el problema de la delincuencia juvenil, sus causas y sus relaciones con el entorno. Apunta que las situaciones familiares de pobreza, paro, enfermedad crónica, ausencia del padre, falta de formación y similares, pueden dar lugar a procesos personales, sobre todo en jóvenes, de búsqueda de falsas salidas en la delincuencia (robos, asaltos, atracos, hurtos, estafas, etc.).

El relato explica que los procesos de aproximación a la delincuencia tienden a degradarse muy deprisa por causas situadas más allá de la voluntad de los sujetos que la protagonizan. Cuando una persona se ha situado en la pendiente que conduce al crimen, su caída en el abismo suele producirse en un corto plazo de tiempo. Por el contrario, cuando se ha caído en la trampa de la delincuencia, resulta muy difícil la redención y la integración social. Pese a todo, la reincorporación a la vida normal plena es siempre posible, en especial cuando la persona afectada pone en ello empeño, decisión y fuerza de voluntad.

El vigor dramático de la historia se sustenta en un conjunto de variables que aportan incertidumbre, inseguridades y tensión, como es la falta de apoyos sociales y la negación práctica de segundas y terceras oportunidades. Desde el punto de vista del muchacho, la narración deja constancia de la soledad que anida en su ánimo frente a la tarea nada fácil de dar un giro a su vida. Necesita oportunidades, tiempo, apoyos y estímulos positivos, que la sociedad le niega o le concede con injusta avaricia.


tomado de filmdreams

La tercera película de Nicholas Ray está basada en la novela » Knock on Any Door «, escrita en 1947 por William Motley. El proyecto fue encargado al director americano, que en ese momento estaba trabajando con RKO, y de nuevo es una historia de una persona con pocos recursos económicos que termina metida en una espiral de robos y violencia para poder sobrevivir. La primera escena termina con la muerte de un agente tras una redada policial en un local nocturno. El principal sospechoso es Nick Romano ( John Derek ), que solicita la ayuda de un viejo amigo el abogado Andrew Morton ( Humphrey Bogart ).

 

La primera hora alterna el inicio del juicio con escenas del pasado de Nick, narradas por el abogado que intenta explicar que el joven es un hombre que se ha rehabilitado de su etapa criminal. Esa vuelta al pasado aporta datos, y tiene alguna escena interesante pero es bastante aburrida en relación con el dinamismo y las sorpresas de la parte final durante el juicio. Nick Romano es uno de esos jóvenes de familia inmigrante y que vive en un barrio pobre de una ciudad americana. Tiene que llevar el peso familiar, ya que su padre se encuentra en la cárcel. El círculo de amistades y las necesidades económicas terminan con el muchacho metido en el mundo de la delincuencia. 

Los diálogos no son tan intensos y ágiles como en » Los amantes de la noche » y los intérpretes secundarios no están a la altura de Bogart y Derek ( excepto George Macready, que interpreta al fiscal ). La asistenta social Adele, que terminará siendo la mujer de Andrew y que es la que insiste en que su marido tiene que llevar el caso de Nick, no da la talla como la pareja de Andrew, y tampoco Allene Roberts como la dulce chica que terminará casándose con Nick. La ironía y el suspense viene en el juicio, sobre todo por el duelo interpretativo entre el abogado y el fiscal, y las sorpresas que nos depara el guión.

La fotografía no es espectacular, y por supuesto inferior al de otras películas del género. La banda sonora de George Antheil  consigue imprimir intensidad en las escenas más dramáticas. Tampoco se nota el envejecimiento de los personajes, teniendo en cuenta que han transcurrido varios años desde las escenas de la vida de Nick hasta el juicio.
Una de las mejores interpretaciones de Humphrey Bogart, pese a ser una cinta menos conocida que otros trabajos anteriores. Un actor elegante, que no está entre mis favoritos, pero que al menos en este caso consigue imprimir carácter a su personaje.
Recomendable a los aficionados al cine de suspense con juicios, pero avisando que las principales escenas están en la media hora final.

SPOILERS:
Durante el juicio hay bastante ironía en las escenas del sombrero y sobre todo destaca el interrogatorio por parte del fiscal Kerman, que agobia a Nick y le obliga a confesar después de echarle la culpa de la muerte de Emma. Una escena con bastante tensión y con una buena actuación de George Macready que está incisivo en las preguntas. John Derek también está convincente con su rostro lleno de sudor y nervioso ante lo que está escuchando del fiscal.

Finalmente su abogado Andrew habla con el juez para que se le declare culpable, aunque antes de terminar el juicio da un discurso en donde pone el dedo en la llaga sobre los problemas de la sociedad americana de la época, que son los mismos casi 70 años después. En ese largo speech cita que hay mucha gente desintegrada en la sociedad, al igual que Nick, y que si llamamos a las puertas de la gente aparecerán muchas personas como el protagonista ( por eso el título de la novela y la película » Knock on Any Door » ). La última escena es la de Nick caminando hacia la sala donde va a ser ejecutado en la silla eléctrica.

LO MEJOR: Las escenas del juicio. La actuación de Humphrey Bogart.
LO PEOR: La actuación de Allene Roberts. Falta agilidad y acidez en los diálogos, sobre todo en las escenas del pasado de Nick.


tomado de lacajatonta

“Vive deprisa, muere joven y harás un bonito cadáver”, así es como se tradujo aquí este lema incendiario y así es como yo lo oí por primera vez hace ya más de treinta años.
Y no por boca de James Dean, desde luego, aunque él lo representó a la perfección, sino de un jovencísimo John Derek, en el papel de Nick Romano, en ‘Llamad a cualquier puerta’ (Knock On Any Door”, 1949), de Nicholas Ray; una de mis películas favoritas de entonces, filmada seis años antes de la aparición fulgurante del icónico chico de la cazadora roja en ‘Rebelde sin causa’, a quien erróneamente se le atribuye, también del gran Nicholas Ray, y con guión de John Monks Jr. y Daniel Taradash, a partir de una novela de Willard Motley. No los he leído, de modo que no sabría decir a quién de ellos atribuir el mérito de tan horaciano lema, o si era ya una sentencia conocida.

En el minuto 0:23 y en el 1:11 son los dos momentos en los que aparece la frase, como un relámpago chulesco.
Dejo también su versión original en inglés, más sentenciosa aún:

Vive deprisa, muere joven, deja un bonito cadáver. (‘Live fast, die young, leave a good-looking corpse’).


tomado de zangolcine

En efecto, ya no se hacen películas como ésta, sencillamente porque ya no hay actores como Bogart, porque los ambientes no son como se nos muestran, porque es difícil conseguir ver en una pantalla atmósferas nubladas por el humo de los cigarros y porque el diseño de producción es muy distinto al que fue. Es decir, ver ésta y muchas otras películas de los 40’s es prácticamente hacer un viaje en el tiempo con todo lo bueno y lo malo que eso implica. A mí me encanta de vez en cuando.
 
El argumento va sobre un delincuente de los suburbios de una ciudad norteamericana cualquiera en la primera mitad del siglo pasado (aunque sospecho que se trate de Chicago). Su nombre “Niño bonito” Romano, su ascendencia italiana y su historia la de una carrera criminal determinada por un carácter indómito y un ambiente social hostil. Esa historia nos la cuenta el abogado al que encarna un siempre magnético Humphrey Bogart en el transcurso de una vista oral para decidir la condena del muchacho tras un asesinato que vemos en las primeras imágenes.
 
 
 
 
Se trata de una película ambientada en el mundillo del hampa que hace un buen retrato de un personaje que nos conmueve al mismo tiempo que nos repele. Niño Bonito Romano (muy guapito John Derek, marido posteriormente de Linda Evans, Ursula Andrews y Bo Derek, el apodo le va como anillo al dedo) es un criminal al que se nos propone juzgar como hacen en la película porque lo que pretende Nicholas Ray es que nos planteemos si es el determinismo social el que crea a tipos como él. Para ello utiliza a Humphrey Bogart, un tipo que con los mismos orígenes que el protagonista, ha conseguido escapar del “fango” (llamémoslo así).
 
Hay pues dos cosas interesantes en esta película: el relato criminal por un lado (siempre resultan apasionantes) y por otro la reflexión social. ¿Puede un tipo que vive en un ambiente como el que vive Romano integrarse en la sociedad? ¿Es la sociedad y su falta de responsabilidad social la realmente culpable de que existan tipos como Romano? El alegato final de Andrew Morton es muy claro y directo, aunque el argumento de que llamando a cualquier puerta (como dice el título) puede aparecer un tipo como Nicky Romano es eficaz pero dudoso….Ahí surge el debate.
 
 
 
 
El tono de la película es dramático y el desarrollo posee esa sensación de fatalidad inevitable que acompaña a todo el buen cine negro, pero lo que realmente la sobredimensiona es la confianza en sí mismo y la determinación que acompañan al personaje de Bogart, una vez más el “alma” de la película pese a no ser el protagonista real de la historia (la verdad es que la actuación de John Derek tampoco ayuda a que emotivamente su personaje nos conmueva más). Sólo ver esa escena en la que él mismo se autoconvence de que debe ayudar a Nicky Romano mientras su pareja no dice esta boca es mía, es suficiente para entender la grandeza de este actor, capaz por sí solo de multiplicar el interés de un argumento.
 
Una película recomendable, que pese a no encontrarse entre las mejores de Humphrey Bogart (su filmografía es una colección de películas extraordinarias) es un título a tener en cuenta.
 
MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!
 
 
– El arranque con la redada y el tiroteo es muy bueno, puro cine negro y policiaco.
 
– Andrew Morton está jugando con su mujer al ajedrez cuando se entera que Nicky Romano ha sido detenido y sin que ella diga una palabra se va autoconvenciendo de que debe ayudarle poniendo en su propia boca lo que ella diría (una gran escena que define bien a los personajes y además incorpora un cierto sentido del humor).
 
– Brillante como Morton va entrevistándose con el círculo de Romano para ir indagando a quién puede usar como testigo, un poco en la línea de algunos detectives que ha protagonizado en otras ocasiones.
 
– Andrew Morton repasando a los componentes del jurado para saber cómo debe argumentar sus planteamientos (aunque después realmente esto no llega a verse de una forma evidente).
 
– Romano enamorándose de Emma cuando iba a robarle en su tienda y posteriormente luchando contra sí mismo: “No quiero destrozarte la vida, así que apártate de mí”.
 
– Morton recuperando de Romano en un callejón el dinero que le había quitado éste y demostrando que es mucho más duro que él.
 
– El lema de Nicky Romano es “Vive deprisa, muere joven y harás un bonito cadáver” (tanto él como el personaje parecen un antecedente de James Dean y del personaje que después interpretó para Nicholas Ray en “Rebelde sin causa”).
 
– La escena en la que el fiscal presiona a Romano con la muerte de Emma.
 
– La escena clave de la película es el alegato final de Andrew Morton tratando de convencer al jurado para que no manden a Romano a la silla eléctrica.

 
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